DEPORTES › LA JABULANI SEGUN LA NASA

Tenemos problemas, Houston

Cuando la Jabulani, uno de los protagonistas más criticados del Mundial de Sudáfrica, viaja a más de 72 kilómetros por hora, su recorrido se vuelve “impredecible” por el efecto aerodinámico “nudillo”, según lo establecieron nada menos que científicos de la NASA.

La pelota de Adidas, formada por ocho paneles tridimensionales, pesa 440 gramos y sus costuras son tan lisas que podrían ser la causa de trayectorias aleatorias, junto a la ligereza de la pelota.

Así lo creen expertos del Laboratorio de Mecánica de Fluidos de la agencia espacial estadounidense, que pusieron a estudio el balón con futbolistas profesionales estadounidenses.

Según el ingeniero aeroespacial Rabi Mehta, uno de los investigadores de la pelota, “es bastante obvio que lo que se ve es un efecto ‘nudillo’”.

El experto se refiere a cómo la pelota, después de impactada, se proyecta en una curva irregular, volando hacia arriba y hacia abajo sin seguir un camino preciso.

Para explicar este comportamiento extraño, Mehta señala que, cuando una pelota relativamente lisa parece volar sin mucho efecto, el contacto del aire con su superficie se ve alterado por los canales que dejan sus costuras, lo que provoca un recorrido asimétrico del esférico.

Esa asimetría crea un conjunto de fuerzas laterales que pueden de repente empujar la pelota en una dirección de forma aleatoria y causar giros bruscos y caídas en picado, como en los goles de larga distancia del uruguayo Diego Forlán.

Mehta, que estudió el movimiento de las pelotas de tenis y de cricket en túneles de viento, indica que la Jabulani sufre ese efecto “nudillo” (“knuckle”, en inglés) a partir de los 70 o 80 km/h. El gol del holandés Gio van Bronckhorst contra Uruguay se produjo cuando la pelota entró al arco de Fernando Muslera a una velocidad de 105 km/h, tras casi 40 metros de recorrido.

La imprecisión de la pelota podría verse afectada también por la altitud a la que se encuentran los estadios de este Mundial, donde la densidad de aire es baja, como los 1700 metros de Johannesburgo, donde se disputará la final, el domingo. En esas altitudes, la pelota podría tender a volar más rápido, pero también a desviarse menos, según los científicos.

Mehta no es el primero que descubre este tipo de efectos. Delanteros y arqueros han criticado estas irregularidades que vuelven sus tiros menos exactos y dificultan las atajadas bajo los palos.

El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien fue desafiado por el ex seleccionador brasileño Dunga a patear la pelota en el campo de juego para comprobar las dificultades de sus jugadores, respondió a las quejas diciendo que la pelota sería examinada recién después del Mundial.

Para algunos, los problemas pueden adquirir mayor importancia si la gran final se tiene que decidir en las tandas de penales, el momento más decisivo y cuando la Jabulani puede demostrarse más incontrolable.

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