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“¡Usá el potencial, usá el potencial!” La frase del conductor televisivo a uno de sus panelistas sería la contraseña perfecta para poder lanzar al aire cualquier disparate, sin el más mínimo rigor periodístico. Bajo ese paraguas protector, un periodista estaría autorizado, sin siquiera sonrojarse, a ensuciar a un protagonista, denigrar a otro o lanzar versiones infundadas.

Así, podrían lanzarse bombas de humo o pergeñar operaciones de prensa con sólo recibir un mensajito de texto. Siempre al aire, lo que generaría una sensación de credibilidad. Existiría el derecho a réplica, que se anunciaría para después de la tanda. Pero, obvio, el ofendido, para tener pantalla, debería garantizar para el contraataque, al menos, un par de infundios más graves que los recibidos. Tal vez habría que sumar una notebook, con la posibilidad de un twitter que confirmaría mentiras al instante, con sólo un enter. Todo sería más sencillo y, sobre todo, más divertido. Luego, durante el resto del tiempo se podría debatir, dando por ciertas, confirmadas y rechequeadas, las versiones antes propagadas.

Con ese cóctel, el impacto inicial del programa estaría garantizado, según la lógica de los ya probados chimenteros de la tarde. Luego, su suerte quedaría librada a la veracidad (o no) de los rumores inventados o al ánimo bélico de los contendientes, lo que podría derivar en una pelea del estilo Samid-Mauro Viale o el anuncio de la presencia de un fiscal por las amenazas de muerte que habría recibido alguno de los panelistas. Eso sí, todo en potencial...

Lo grotesco es que el presente y ¿el futuro? de la Selección parece debatirse en ese ámbito, donde Alejandro Fantino les pide a sus columnistas en el Show del Fútbol que denuncien, en potencial, que los utileros de la Selección vendían camisetas autografiadas; que digan que Alejandro Mancuso, también en potencial, les pedía comisiones a los representantes de los jugadores para sumarlos a las convocatorias. Y, por supuesto, donde Oscar Ruggeri asegura que Diego Maradona le contó que Julio Grondona le iba a pegar un tiro en la pierna si seguía insistiendo con sumarse a su cuerpo técnico...

Semejante puesta en escena podría entenderse como un show televisivo, aprovechando el espacio de confusión que se genera porque el “traidor” Bilardo le reabre la puerta a Maradona y porque Mancuso asegura que la convivencia con el doctor en Pretoria fue inmejorable. Sin embargo, el presidente de la AFA no desmiente a Ruggeri, sino que asegura que lo dijo pero en sentido figurado. Por eso, usando esa fórmula ya en práctica, podría titularse: “Habría quilombo en la Selección”.