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El Diablo renovó, en Semana Santa, el interminable Calvario de Huracán

En partido muy peleado, jugado en un campo pesadísimo, Independiente le ganó bien a Huracán. Insúa, Silvera y Villa, los goles.

Los infortunios de Huracán incluyen desde anoche una nueva variante: las lesiones en el túnel de acceso al campo... Así le pasó al pobre Cristian Fernández, que se golpeó la rodilla con un escalón y debió ser reemplazado a los dos minutos de juego por Monsalvo. Después vendría el partido, el penal del primer tiempo, la combatividad nunca negada, los detalles de una nueva derrota. Pero no caben dudas de que lo del Globo ya es histórico, como para el Guinness: diez partidos iniciales sin ganar y sólo tres puntos. Lo del Rojo, dentro un panorama sombrío, fue por lo menos un buen resultado y algunas actuaciones estimulantes, como la del Pocho Insúa y de Pusineri, y alguna mejoría sensible, en el caso de Silvera. Nueve puntos ahora para los de Gallego, que no miran para arriba sino desde y para abajo. Hay que sumar...
Aunque llegó al gol sobre el final y con un penal –mano de Ortiz ante un centro de Pusineri que convirtió Insúa–, Independiente había tenido varias y mejores llegadas que el Globo durante el primer tiempo. Los visitantes fueron a jugarle al Rojo de igual a igual, pero sólo una vez llegaron, con un zurdazo desde la derecha de Alonso, que se movió bien junto al batallador Camejo. Y eso fue todo, pues los centros del uruguayo en las jugadas de pelota parada se fueron lejos. Por el lado del local, en cambio, hubo mejor producción ofensiva.
Hubo remates de Montenegro de afuera, dos cabezazos muy precisos –uno de Silvera para el que voló el eficiente Ríos, otro de Milito– y varias llegadas en jugada colectiva de Pusineri e Insúa, muy activos en sus movimientos ante una defensa habitualmente desubicada. El 1-0 fue justo.
En el segundo, los goles sucesivos sobre los diez minutos –buen pase de Insúa y toque de Silvera, excelente pared Villa-Gigena-Villa– dieron un pico de emoción e hicieron que la incertidumbre se mantuviera hasta el final. El partido fue de ida y vuelta, con características similares al primer tiempo: parejo en el medio pero con diferencias en la cantidad y calidad de las llegadas. Silvera hizo uno pero se perdió dos más; Huracán, pese los cambios, no tuvo chances equivalentes. Al Globo le cuesta una enormidad llegar al gol.
Tanto como le costará mantenerse en Primera. Pero anoche no tuvo nada que reprocharse: puso todo.

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Ataca Independiente. Despeja Kobistyj frente a Pusineri.
El zaguero trabajó mucho, el volante fue de lo mejor del Rojo.
 
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