DEPORTES › LA SERIE ANTE ALEMANIA PASó DE PELíCULA DE TERROR A UNA APTA PARA TODO PúBLICO

Charly y la fábrica de dulces ilusiones

Berlocq, que peleaba como reparto, terminó como actor principal con su increíble triunfo sobre Kohlschreiber. Mónaco ganó en efectos especiales, al contrarrestar a Mayer para poner al equipo argentino de Copa Davis 2-0 arriba. Hoy, Nalbandian y Zeballos definirán sus roles.

 Por Facundo Martínez

El comienzo de la serie por el Grupo Mundial frente a Alemania no fue una película de terror, como muchos imaginaban luego de la deserción de Juan Martín Del Potro, el mejor jugador argentino en la actualidad y número siete del ranking. Tampoco se trató de una de esas películas dramáticas, como los propios protagonistas imaginaron el día del sorteo durante la presentación de los equipos: todos coincidieron en que por lo parejo que se presentaba, la serie recién se definiría en el quinto acto. Pero no, nada eso. Para los argentinos que estuvieron ayer en el estadio Mary Terán de Weiss del Parque Roca, la que vieron ayer terminó siendo una película épica, atrapante, con mucha acción y hasta algunos pasos de comedia, no precisamene fresca debido a los 38 grados de temperatura que debieron soportar los protagonistas. Pero, lo más importante, se trató de una película con final feliz: con los triunfos de Carlos Berlocq por 3-6, 7-5, 2-6, 6-4, 4-5 y abandono sobre Philip Kohlschreiber y el de Juan Mónaco por un cómodo 6-7 (4), 6-3, 6-3 y 6-4 frente a Florian Mayer, Argentina se puso 2-0 arriba y hoy tiene una inmejorable oportunidad para asegurarse su pasaje a los cuartos de final, cuando desde las 13 la dupla argentina conformada por David Nalbandian y Horacio Zeballos disputen el tercer punto de la serie.

Fue larga la cinta y hubo que soportar un intenso calor en el estadio de Villa Soldati. Pero los actores estuvieron a la altura y eso amenizó la parada, a la que apenas se animaron poco más de 4000 fanáticos. Sin dudas, en tren de elegir al mejor actor, las palmas se las llevó Berlocq, quien a priori tenía el partido más difícil de la serie ante la primera raqueta alemana, quien además venía con un historial a favor de tres triunfos y una sola derrota frente el chascomusense. Pero, como suele pasar en las películas, quien parecía condenado a un papel de reparto, Charly Berlocq, se terminó llevando el reconocimiento del público, como seguramente nunca antes lo había sentido en su carrera. “Fue un partido impresionante. Es la victoria más importante de mi vida”, expresó Berlocq en conferencia de prensa.

Berlocq (número 70 del ranking) fue de menor a mayor en su juego y también en su agresividad, pero lo que sí fue una constante fue su entrega. Peleó cada pelota como un “gladiador” –como le dicen sus allegados– y Kohlschreiber (19) puede dar fe de ello. Tan difícil le puso las cosas, que terminó lesionado y cediendo el primer punto por abandono, cuando el partido estaba 3-6, 7-5, 2-6, 6-4 y 4-5 (40-0 con servicio del argentino). Fue un partido intenso, con algunos altibajos de ambos tenistas, pero en el que siempre sobresalió la voluntad del argentino, que no se rindió nunca, ni siquiera cuando el partido se le complicaba, como sucedió en el sexto game del tercer set: tras recuperar un quiebre, sacaba para empardar el marcador y terminó otorgándole a Kohlschreiber cinco oportunidades de quiebre; o cuando se le nubló la vista y la concentración y parecía no poder encontrar el cierre del partido, incluso a pesar de que su rival se mostraba ya en una pierna.

Fue precisamente con un mal drop, como prácticamente todos los que Berlocq jugó ayer, que Kohlschreiber sintió el tirón que lo sacó del partido. “Martín (Jaite) me pedía que no tirara más drops, pero igual yo saqué unos cuatro o cinco más, y en uno de esos, lamentablemente, se lesionó.” Ciertamente no había sido ese su mejor golpe de la jornada. Antes al contrario, Berlocq había quedado regalado y apenas pudo ver a su rival cuando después de impactar la pelota se tomó los isquiotibiales de su pierna izquierda, ahí donde sintió el tirón que le demandó atención médica durante tres o cuatro minutos. Apenas dos games más probó el alemán, antes de mirar al capitán Carsten Arriens, quien ingresó al court y paró el encuentro.

Charly Berlocq se abrazó con Jaite y sus compañeros de equipo, que tras entrenarse en la cancha auxiliar habían ingresado al estadio promediando el quinto set. No hizo el bailecito de Willy Wonka, aunque no hubiera estado mal para la ocasión, pero al menos se dio el gusto de emular a Novak Djokovic, desgarrándose la remera y golpeándose el pecho; después les dedicó el triunfo a los hinchas, llevando su mano una y otra vez desde su corazón a las tribunas.

Con la tranquilidad que le dio el triunfo de Berlocq, Mónaco salió a buscar su propio cartel y lo logró con un triunfo que no dejó resquicios para la duda. El tandilense (12 del ranking) jugó muy bien ante Mayer (28), quien no pudo hacer valer la versatilidad de sus golpes ante un Mónaco que, si bien no parece estar en su mejor versión, se pudo dar el gusto de, pese a perder ajustadamente el primer set en el tie break, ganar los tres siguientes con comodidad para darle el segundo punto de la serie a la Agentina, nada menos que ante un rival talentoso y por momentos impredecible, que además lo tenía alquilado ya que lo había vencido en cinco de las seis veces que se habían enfrentado, hasta ayer.

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Charly Berlocq, con la remera desgarrada, tras el festejo a lo Djokovic.
Imagen: Télam
 
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