DEPORTES › LA SELECCIóN ARGENTINA, ENTRE EL GRUPO DE LA MUERTE Y UNA ZONA MUY SENCILLA

Para jugar y especular con el sorteo

La posibilidad de simular el programa del conjunto de Sabella en la próxima Copa del Mundo genera más morbo por un eventual grupo complicado que por uno fácil, por más que la segunda opción es más probable. El resultado de cien posibles sorteos.

 Por Pablo Vignone

La confirmación definitiva de las 32 selecciones que disputarán la fase final de la Copa del Mundo de 2014 en Brasil, establecida la semana pasada, habilitó el terreno de la especulaciones, cada vez más masivas, en torno de la suerte que deparará el sorteo de los grupos, especialmente a la Selección Argentina. Los medios ya han dado cuenta de esa fiebre, especialmente a partir de la manipulación de diversos simuladores de sorteos, que permiten jugar con las chances de que al equipo nacional le toque un auténtico Grupo de la Muerte –nunca está de más un coqueteo con la desgracia– que en general causa más impacto que la posibilidad de que la Selección disponga de un fixture más relajado en la fase inicial del torneo. Como sucedió en Sudáfrica 2010.

Esa compulsión al pronóstico del desastre, a la que son tan afectos en general los medios audiovisuales, se basa además –en este caso del sorteo– en un desgraciado registro relativamente cercano, como fue la eliminación del equipo albiceleste en la primera fase del Mundial 2002, cuando lo dirigía Marcelo Bielsa y despertaba grandes expectativas en función de lo que había producido en las Eliminatorias y en amistosos contra potencias del fútbol. En aquella oportunidad, los rivales fueron Nigeria, Inglaterra y Suecia, selecciones respetables en el concierto internacional pero de ninguna manera notablemente superiores en composición futbolística a lo que puede producir el medio argentino.

Quedaron los reflejos: se acerca la hora del sorteo, que se producirá la semana que viene, el viernes 6 de diciembre, en Costa de Sauípe, en el estado de Bahía, y la reacción instintiva del inconsciente futbolero es recordar los traumáticos pasos de aquella humillación. Las especulaciones respecto de cómo podría conformarse la zona que deba enfrentar la Argentina, entonces, está signada por ese temor que se ha hecho carne pese a su instalación relativamente reciente.

Para el caso es bueno recordar los antecedentes de la Selección en las Copas del Mundo. Antes de ese aciago 2002, la Argentina se había ido del torneo en primera fase cuarenta años antes, en 1962 (haciendo la salvedad de que en 1970 ni siquiera llegó a la fase final), repitiendo lo sucedido en 1958, en Suecia.

Esos años de frustración colectiva responden a un oscuro período, que quedó atrás cuando la Selección entró en su era moderna, después del Mundial de 1974, en la que consiguió sus dos Copas del Mundo. En ese marco, hay que considerar a la eliminación en primera ronda del 2002 más una circunstancia desafortunada que una tendencia.

Pero el contagio generalizado del temor es inevitable: sucederá lo mismo, sin duda, cuando la Argentina afronte su partido de cuartos de final en los Mundiales, una instancia que no supera desde 1990. Pero eso es anticiparse demasiado.

El sorteo de los grupos está condicionado con la particular elección de las cabezas de serie, tomada en base a los méritos más o menos actuales y no en función de los antecedentes históricos. Nunca en la historia del fútbol se organizó un Mundial con tantos campeones: a la concurrencia de laureles que engalanó Sudáfrica 2010 (Brasil, Alemania, Italia, Argentina, Uruguay, Inglaterra y Francia) se le agregó para esta cita España, el más moderno integrante del círculo de monarcas, consagrada cuatro años atrás. De esos ocho campeones mundiales históricos, solo cinco serán cabeza de serie: Brasil, Argentina, Uruguay, Alemania y España. Colombia, Bélgica y Suiza, en base al ranking FIFA, completan la nómina. En Suiza, cabe recordar, tiene su sede la FIFA; sus leyes en general despiertan la simpatía de los popes de la máxima entidad del fútbol.

No será esa la única distorsión que suponga el sorteo. De acuerdo con la particular disposición de los cabezas de serie, quedaron nueve selecciones europeas (y no ocho, como habría sido el caso si las cabezas hubieran sido los campeones) para “repartir” en el sorteo. Una de ellas queda afuera del copón europeo. Francia terminó yendo a parar al copón en el que se agrupan los dos equipos sudamericanos que no son cabezas de serie (Chile y Ecuador) y los cinco africanos que viajarán a la cita. La restricción adicional impuesta es que ni chilenos ni ecuatorianos se crucen con las cabezas de serie sudamericanas. Eso reduce el azar del sorteo.

En definitiva, los tres rivales de la Argentina en su grupo saldrán de entre 22 selecciones (y no 24, de acuerdo con la restricción): 8 del copón que reúne a seleccionados de Asia o la Concacaf, 8 del copón europeo (que mezcla a Italia, Inglaterra u Holanda con Bosnia o Grecia, rivales dispares si los hay), y 6 del copón mixto, ya mencionado, excluyendo a Chile y Ecuador. Son 384 combinaciones posibles.

La mayoría de ellas son inocuas, ésa es la verdad. A la Argentina podría tocarle un grupo como el de Sudáfrica 2010 si le salen sorteados Corea del Sur, Nigeria y Grecia, lo que perfectamente podría ocurrir. O más sencillo todavía si le tocaran, por ejemplo, Irán (ranking FIFA 49), Camerún (ranking 59) y Bosnia (ranking 16, pero recientemente derrotada por el equipo nacional).

Pero, pudiendo sufrir, ¿para qué ser feliz? También podrían darse combinaciones en apariencia terribles, como que inevitablemente Francia salga sorteada junto a la Argentina además de un europeo que pueda ser Inglaterra, Italia, Holanda o Portugal, más un México o un Estados Unidos. Frente a semejante, pavorosa posibilidad, ni la estampita de San Messi parece causar efecto tranquilizador.

En definitiva, ¿qué puede pasar en el sorteo? De todo. Cuando la Argentina fue sorteada en Leipzig para el Mundial 2006, su grupo fue catalogado como tremendo: Costa de Marfil (con el mejor Drogba), Serbia y Montenegro (valla prácticamente imbatible en las eliminatorias), Holanda. La Selección pasó caminando esa zona, con una demostración inolvidable ante los serbios, el día en que Messi marcó su único gol en la historia de los Mundiales.

Sin perjuicio de lo que vaya a suceder efectivamente el 6 de diciembre, el jueguito de la simulación es demasiado tentador como para dejarlo pasar... Lo hicimos correr no una ni dos, sino cien veces consecutivas, para achicar márgenes de incertidumbre y sacar algunas conclusiones. En nuestra simulación, el grupo de la Argentina está conformado por México (salió 21 de las 100 veces), Francia (25) y Grecia (20), una zona de interesante dificultad aunque no especialmente peligrosa, teniendo en cuenta que los mexicanos solo accedieron vía repechaje, lo mismo que Grecia (que nunca pasó la primera fase de un Mundial, en 1994 y 2010 derrotada por la Argentina) y que Francia, que fue al repechaje solo porque fue segunda de España en la zona menos concurrida de la Eliminatoria europea, y transpiró en exceso para dejar en el camino a Ucrania.

En nuestras simulaciones, Ghana salió sorteada en el grupo de la Argentina unas 22 veces, menos que las 25 de Francia. Argelia (18), Italia (17) y Camerún (16) siguieron en orden de aparición. Lo interesante del caso es que, de las 100 simulaciones realizadas, solo en 8 oportunidades (el 8 por ciento) se sorteó un presunto Grupo de la Muerte, un resultado previsible teniendo en cuenta que, entre los 22 posibles rivales de la Argentina, solo un puñado puede señalarse como auténticamente preocupantes. Lo concreto es que la Argentina tiene mayores chances de acceder a un grupo accesible que lo opuesto.

De esos grupos difíciles que aparecieron en las simulaciones, dos veces (de 100) salió uno integrado por Estados Unidos, Francia y Portugal; no sería lo más sencillo para la Argentina pero resultaría de una atracción universal concentrando a los –probablemente– tres mejores futbolistas del mundo en la actualidad, Messi, Cristiano Ronaldo y Franck Ribéry. También se repitió en dos ocasiones otro igual al anterior con Inglaterra en lugar del seleccionado portugués, aunque los ingleses no tienen nada que ofrecer en la dimensión de Cristiano. En 7 de esas 8 simulaciones “mortales”, Francia aparecía en el grupo; solo en una ocasión se armó un grupo respetable sin su presencia, con México, Costa de Marfil y Portugal. Los 22 posibles rivales salieron sorteados al menos una vez en el grupo de la Argentina, pero los que menos aparecieron en las simulaciones fueron Holanda (5 de 100), Bosnia (8), Costa de Marfil (8), Japón (9) y Honduras (9)

En definitiva, será una cuestión azarosa. La mirada lógica supone para la Selección posibilidades más amplias para acceder a un grupo relativamente cómodo, pero el sorteo bien puede dictar otra fortuna. Son juegos para calmar la ansiedad. Después, la fortuna le deja la escena a la calidad de los futbolistas. Aunque para eso faltan, todavía, 198 días, hasta el 12 de junio, cuando el juego entre en acción.

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La imagen del grupo de Argentina en Sudáfrica. Hay chances de que sea el mismo en Brasil.
 
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