DEPORTES › RAFAEL NADAL DECIDE SI VIENE A JUGAR

Podría esquivar Buenos Aires

Entre mañana y pasado determinará el grado de recuperación de la lesión que sufrió en Australia. Si mejora, vendrá al ATP porteño.

El mejor tenista del mundo, Rafael Nadal, decidirá entre mañana y pasado si participa del ATP World Tour 250, a realizarse en Buenos Aires la semana próxima, por una lesión en el reciente primer Grand Slam del año, el Abierto de Australia. Nadal es el principal favorito del torneo, a jugarse en el Buenos Aires Lawn Tennis Club y del que también tomarán parte, entre otros, los españoles Tommy Robredo y Nicolás Almagro, el francés Jeremy Chardy, el holandés Robin Haase y el italiano Fabio Fognini, reciente verdugo del equipo argentino de Copa Davis en Mar del Plata.

“Jueves y viernes próximos voy a entrenar y depende de cómo evolucione, de mis sensaciones y de la opinión de los médicos. Ahí decidiremos si podemos jugar en Buenos Aires o tendremos que esperar al siguiente torneo en Río de Janeiro”, declaró ayer Nadal, que se lesionó la espalda en el calentamiento previo a la final del Abierto de Australia, disputado en Melbourne, que perdió ante el suizo Stanislas Wawrinka.

“Estoy bien. Pasé otra revisión y seguí con el mismo tratamiento desde que volví de Australia. Aún no he vuelto a una cancha ni he hecho ejercicios, sólo descansé e intenté hacer la rehabilitación adecuada para volver a entrenar lo antes posible”, expresó el español, cuyo calendario de juego comprende Buenos Aires, Río de Janeiro, Indian Wells y Miami.

El español confesó de paso que en esa final vivió “la peor hora y media en una cancha de tenis”. “Estoy bien. Sigo con el mismo tratamiento desde que volví de Melbourne. Aún no pisé una cancha ni he hecho ningún tipo de ejercicio, estuve sólo reposando e intenté hacer la rehabilitación adecuada para volver a estar en la cancha lo antes posible.”

Según Nadal, “no tenía ninguna opción de ganar, pero no tuve intención de abandonar. Fue uno de los peores momentos posibles. Estar enfrente de una final de Grand Slam y 15.000 espectadores, en un partido que vienes bien preparado, aunque el rival también, pero creo que estaba listo para el reto después de haber pasado una semana complicada con la llaga en la mano, de llevar meses preparándome y con este torneo entre ceja y ceja”.

Luego afirmó: “Por dolor de espalda no hay lágrimas. Dolor de impotencia, de haber llegado hasta ahí y verme inhabilitado para poder competir, evidentemente son momentos complicados de aceptar y más cuando estás en medio de la cancha y sabes que no vas a ganar, que no tienes ninguna opción”. Y agregó: “Sinceramente, gané el tercer set por errores de mi rival. Creo que él en un momento dado tuvo la sensación de que tenía la final ganada, por el estado en que yo estaba, y el set lo perdió él. Yo estuve en la cancha, pero el set lo perdió él. Y en el momento que consiguió serenarse otra vez y jugar normalmente al tenis, no hubo más partido”.

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Imagen: Alejandro Leiva
 
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