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El Mundial de rugby, una disputa geopolítica entre los hemisferios

El Sur, con Australia y Nueva Zelanda, y la Argentina como cuco, se mide contra el Norte, con Inglaterra y Francia como adalides, e Irlanda tratando de ser sorpresa. Habrá choque entre ambos bandos en la final, el 22 de noviembre.

Por Pierre Galy
Desde Sydney

La quinta Copa Mundial de rugby, que comienza el viernes en Australia, se anuncia como una lucha entre Inglaterra y Nueva Zelanda, los dos grandes favoritos, por delante de Australia y Francia, en tanto Irlanda y Argentina intentarán entrar en el círculo de los mejores equipos del planeta. Escasas posibilidades se abren en cambio para Uruguay, que tendrá en su llave dos adversarios muy duros, Inglaterra y Sudáfrica, además de Samoa y Georgia.
En principio, el desarrollo de este Mundial puede preverse fácilmente. Tras una primera fase que, con la excepción del Grupo A (que integran Australia, Argentina, Irlanda, Namibia y Rumania) y del partido Inglaterra-Sudáfrica, tendrá poco suspenso, se desembocaría en unas semifinales “hemisféricas”: neocelandeses y australianos de un lado, ingleses y franceses del otro.
Un análisis racional permite deducir que el título, propiedad exclusiva del hemisferio austral desde la primera edición en 1987, se resolverá, el 22 de noviembre en Sydney, en una gran final Norte-Sur.
¿Por qué no entre Inglaterra, que logró el Grand Slam en el Torneo de las Seis Naciones y realizó una gira triunfal en el Hemisferio Sur en junio, y los All Blacks, victoriosos en el Tri-Nations?
Más allá de las consideraciones deportivas, las siete semanas de competencia, la vida en comunidad durante más de 50 días y sus inevitables tensiones, así como la alta temperatura, serán otros rivales difíciles de superar.
En todo caso, los dos grandes favoritos parecen muy superiores a los otros 18 aspirantes, especialmente respecto de Australia, campeón vigente, y Francia, su adversario en la final de 1999, que navegan en un mar de dudas.
Los Wallabies, que abren el Mundial jugando ante Los Pumas, tienen fresco en su memoria el Tres-Naciones perdido y, especialmente, el duro revés frente a los All Blacks (50-21), el 26 de julio en Sydney.
En cuanto a los franceses, tienen pendientes todavía algunos interrogantes acerca de su juego ofensivo. Su recorrido este año fue más bien decepcionante, con un Seis Naciones mediocre, tres derrotas en su gira por Argentina y Nueva Zelanda en junio, y un revés en Inglaterra (45-14), en septiembre en Twickenham.
Aunque Australia contará con el apoyo del público, primero deberá salir con vida del Grupo A, el “grupo de la muerte”, a raíz de la presencia de Irlanda y Argentina, dos equipos en clara progresión y que parecen contar con los atributos necesarios para entrar en el baile de los grandes. ¿Argentina o Irlanda? Quizás uno de los dos sea el rival de Francia en cuartos de final, el 9 de noviembre en Melbourne.
Mientras tanto, el duelo argentino-irlandés será uno de los grandes atractivos de la primera fase. El choque directo entre Los Pumas y el equipo del trébol, el 26 de octubre en Adelaida, así como el comportamiento de cada uno frente a los Wallabies, aportarán datos importantes en la perspectiva de la fase final.
Otro atractivo de la primera etapa será el partido de Inglaterra con Sudáfrica, el 18 de octubre en Perth. Sin haberse totalmente recuperado del tercer puesto en el Mundial 1999, los Springboks, sacudidos por problemas de racismo, más de diez años después de su retorno oficial al escenario internacional, tendrán que forjarse un alma para poder sobrevivir. Al menos hasta los cuartos de final, donde deberían encontrarse con los All Blacks.
Finalmente, la disputa del segundo puesto del grupo D, detrás de Nueva Zelanda, se presenta muy abierta. Tanto Italia como Gales, Canadá y Tonga parecen estar a la altura de los cuartos de final.
Por otra parte, las batallas de este Mundial podrían incorporar un factor decisivo, como lo es el nuevo reglamento, que otorga puntos extra alos equipos derrotados por siete puntos o menos, y a aquellos que anotaron al menos cuatro tries.
La aplicación de ese sistema, ya utilizado en el Super 12, el Tri-Nations y el campeonato de Inglaterra, se supone que favorecerá a los equipos ofensivos, y en particular incitará a los jugadores a entregarse a fondo en cada partido, ya sea para marcar un try más o para reducir la diferencia.
Con la tendencia actual en todos los equipos de dar prioridad a la defensa, el rugby buscará en esta quinta Copa Mundial dar una imagen más espectacular al deporte del balón oval.

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Nico Fernández Miranda en plena acción en el entrenamiento.
 
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