EL PAíS › LIDERAZGO MORAL, PIQUETEROS Y BURGUESIA NACIONAL VERSION K.

La nueva agenda de la Casa Rosada

En el Gobierno quieren aprovechar el aire ganado con las elecciones para imponer nuevos enfoques en la relación con los piqueteros, la “burguesía nacional”, las discutidas AFJP y la política regional.

 Por Sergio Moreno

“Hay un proceso político de cambio de aire, que es el aire de las nuevas ideas de Néstor y Cristina. Los resultados en estas últimas elecciones están demostrando que vamos por el camino correcto.” El secretario de Estado que dijo esto a Página/12 suele ser uno de los hombres de consulta permanente del Presidente. Forma parte, además, del pequeño núcleo donde se toman las decisiones más importantes en el Gobierno y desde donde se trazan las estrategias a seguir. El funcionario, entusiasmado con los resultados electorales que fortalecieron la idea de la transversalidad que fogonea Néstor Kirchner, imagina, además, un papel broncíneo para su jefe en el hemisferio. “Por su política de defensa de los derechos humanos y lucha contra la corrupción, Kirchner puede ser el líder moral de la América latina. Lula tendrá el liderazgo efectivo, por el peso de su país, que es casi un continente, pero Néstor bien puede liderar moralmente”, sentenció.
Las nuevas ideas a las que hacía referencia el funcionario en la apertura de estas líneas son las que, al paladar de los Kirchner, deben renovar la política criolla. “Por eso hay que apostar fuertemente a la transversalidad”, suele decir el Presidente a los suyos. “Kirchner está construyendo el primer peldaño de un proyecto de largo plazo para la Argentina”, sostiene uno de sus habituales contertulios, que –vehemencias al margen– sabe que este gobierno tiene una larga marcha cuesta arriba para revertir los injustísimos niveles de exclusión socio-económica que asolan este país.
Sin dejar de lado la ejecución de políticas sociales –y remendando las desprolijidades en planes como el Jefas y Jefes de Hogar (tal como reveló este diario el domingo pasado)–, en la Casa Rosada saben que dar un golpe a la desocupación y la pobreza es vital para comenzar a revertir la situación de injusticia social. Kirchner sostuvo, cual declaración de principios, en el discurso de asunción de su mandato, que las injusticias sociales no se resuelven con políticas sociales, sino con políticas económicas. Los funcionarios más fieles al pensamiento presidencial consideran que los planes de obra pública que empezaron a concretar serán la llave, el inicio de una etapa en que los índices de desempleo deberían descender.
“Viene un proceso de obra pública muy fuerte: viviendas, rutas, interconexión de las provincias del sur al sistema de generación de energía del norte de la Patagonia. Eso se va a ir viendo, de a poco, pero se va a sentir”, augura un cercano colaborador presidencial, para el cual la incipiente reactivación más los planes de empleo están morigerando la protesta social y dividiendo aguas en el campo piquetero. Ello sería, además, otra muestra de la dinámica que ha adquirido la economía en tiempos de K. Repasemos tres frases claves del punto de vista del funcionario mencionado:
- “La protesta social se está desestructurando en la Argentina. Los grupos piqueteros que siguen manifestando cada vez se aíslan más. Sus consignas son cada vez más ideológicas: protestan contra el ALCA, la represión, la injusticia, el imperialismo y otras consignas generales. Van a terminar aislados, como hizo siempre la izquierda argentina, hasta desaparecer”.
- “Esto (la protesta piquetera) se terminará del todo con los planes de trabajo, de generación de empleos, no parches como el Jefas y Jefes”.
- “Prácticamente, la protesta social está ya fuera de las calles. Sólo queda esa protesta cada vez más ideológica”.
Las palabras del confidente de Página/12 no son más que una muestra del sitio –uno de los sitios– donde apunta ahora el Gobierno. Una etapa que se abre para desarticular la protesta piquetera profunda y aislar a los sectores más radicalizados de desocupados organizados. Este diario dio cuenta de la aparición de piqueteros kirchneristas, de la transformación de otros de ellos al oficialismo y de la negativa de otros tantos por nombrarse como tales, a pesar de serlo.
Un ministro graficó los ánimos oficiales hacia los piqueteros: “Con los ruteros (piqueteros) es un negocio persa: es todo peaje, piden todo, todo el tiempo y nosotros les damos”.
Burguesía nacional
“No tenemos proyecto nacional, de burguesía nacional, desde (José Ber) Gelbard. Ahora lo estamos construyendo”, dice un integrante del gabinete nacional, otro entusiasta del ideario patagónico, a este diario. El exhumado concepto insufla los corazones en Balcarce 50, sobre todo después de que el Presidente lo invocara en un acto con banqueros que en un acto de generosidad podrían nominarse como nacionales.
Muchos de los financistas que estuvieron el lunes pasado en la Casa Rosada y aportaron 500 millones de pesos para obra pública son, a su vez, titulares o socios de las AFJP, una hidra de decenas de cabezas que el Gobierno ha decidido enfrentar. Al respecto, no hay unanimidad en Balcarce 50.
Un integrante del gabinete dijo a este diario: “Lo de las AFJP es una batalla difícil, pero ganada. La frase que ustedes –por Página/12– publicaron la semana pasada les metió un miedo terrible (la frase a la cual hizo referencia el confidente de este diario fue ‘Los directivos de las AFJP deberían estar en cana’, emitida por un altísimo miembro del Poder Ejecutivo)”.
Otro alto funcionario, par del citado antes, sostuvo un parecer distinto. Dijo: “Con las AFJP vamos a tener que hacer algo. No es sólo confrontar. La verdad es que a ellos el Estado los obligó a comprar las Letes, Domingo Cavallo los obligó. Y eso es guita de los futuros jubilados. En definitiva, el Estado es responsable más allá de los gobiernos de turno. Debemos hacerle frente. Hay que reformular el sistema, hay que apretarlos –porque son unos delincuentes– pero en ese punto hay que hacerse cargo. No se puede dejar a la gente sin una red, y al final del camino la perjudicada es la gente que aportó”.
¿Qué quiere el Presidente? Kirchner pretende que las AFJP se hagan cargo de sus malos negocios, que respondan ante sus inversores (los futuros jubilados) y, finalmente, cambiar el sistema. “Habrá que ver –dice un miembro del gabinete al respecto–, buscar la manera de no joder a la gente y encontrar el mejor sistema. El reparto tampoco es la panacea, todo lo contrario. Esta discusión (la previsional) es un tema de debate que no está saldado en el mundo, los países centrales tienen problemas que aún no están resueltos. Nosotros tenemos que andar con pies de plomo, cambiar el sistema que fue reformulado para que diez vivillos ganaran un fortuna sin dar nada a cambio, separar a los bancos de las AFJP, pero no mandarnos macanas, porque esto no es simple. Yo diría, todo lo contrario.”

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La defensa de los derechos humanos de la pareja Kirchner es un capital en el mundo, dicen en la Rosada.
 
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