DEPORTES › DERROTO 3-1 A BOCA Y VOLVIO A FESTEJAR EN EL VERANO

River ya le tomó el gustito

El equipo de Astrada ganó nuevamente con los juveniles, y se llevó la Copa Revancha. Además de los dos superclásicos, Boca perdió su cuarto partido consecutivo en esta temporada estival.

El verano llegó de la mejor manera para River. Después de un final de 2003 para el olvido, el equipo dirigido ahora por Leonardo Astrada venció por segunda vez a Boca, en Mendoza, y se adjudicó la Copa Revancha. En esta oportunidad, ambos equipos presentaron a jugadores que habitualmente no son titulares, y River repitió el éxito logrado en Mar del Plata el mes pasado. El equipo de Núñez comenzó el encuentro exhibiendo el estilo que le inculcó su nuevo entrenador: presionando en la mitad de la cancha para adueñarse rápidamente de la pelota, y a partir de ahí intentar desbordar por los laterales.
Por ese camino, el sector derecho fue por donde más inquietó a Boca, sobre todo cuando se encontraban Juan Fernández y Gabriel Pereyra. Sin embargo, a pesar de poseer más la pelota, Boca fue el que se acercó primero con mayor peligro: Cángele no pudo definir ingresando por la derecha, luego de una gran habilitación de Marinelli. Más tarde, a los 14 minutos, Caneo remató por arriba dentro del área chica, después de un centro de Marinelli.
Para completar un gran primer tiempo, Marinelli estrelló un tiro libre en el travesaño, con un suave zurdazo. Pero después de que Sand tardó en definir ante la salida del arquero, Ludueña puso en ventaja a River con un gran derechazo. El cordobés ingresó por el centro y remató desde afuera del área. Tres minutos más tarde, a los 38, Muñoz retuvo un cabezazo de Husain, y luego López la tiró por arriba.
El final del primer tiempo fue a puro vértigo. Boca llegó al empate con un toque de Caneo, después de que Costanzo no pudo retener un tiro de Villarreal. El festejo de Boca no duró mucho porque Sand aumentó con un cabezazo por arriba de Muñoz. Antes, el arquero le había ganado un mano a mano a López.
El segundo período siguió con el mismo ritmo que había finalizado el primero. El juvenil Sand fue el principal protagonista, debido a que desperdició tres oportunidades para ampliar la ventaja. En la primera no llegó a conectar un centro de López, luego Muñoz desvió su cabezazo, y después definió afuera ingresando por derecha. Con el correr de los minutos las imprecisiones dominaron la escena. Pero nadie pudo evitar el perfecto tiro libre de Montenegro –luego estuvo cerca de marcar el cuarto–, que cerró una noche inolvidable para River.

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José Sand festeja el segundo gol de River, en el final del primer tiempo.
 
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