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Guillermo Coria iniciará hoy el sueño argentino de alcanzar por segunda vez en la historia la final de la Copa Davis de tenis. “Siempre me gustó jugar en el primer turno”, dijo un satisfecho Coria, al saber que el sorteo le había otorgado la apertura de la serie ante Eslovaquia, enfrentando a Karol Beck sobre la velocísima superficie montada en Bratislava, desde las 10, con televisación de TyC Sports. La Copa Davis es una asignatura pendiente desde 1981, cuando Guillermo Vilas y José Luis Clerc perdieron la final ante Estados Unidos en Cincinnati. Los argentinos disputarán desde hoy su tercera semifinal de la Davis en los últimos cuatro años.
David Nalbandian jugará ante el número uno eslovaco, Dominik Hrbaty, el segundo encuentro. El dobles de mañana enfrentará a Nalbandian y Mariano Puerta contra Beck y Michal Mertinak, y el domingo se invertirán –salvo cambios de último momento– los rivales de hoy.
“Estamos conformes con que Coria abra la serie, viene confiado, jugando muy bien y no le disgustó la superficie –analizó el capitán argentino Alberto Mancini–. A él le gusta jugar primero y a David no le hace ninguna diferencia. Los puntos más difíciles son los de Hrbaty. El dobles de ellos también es una pareja formada para esta competencia, pero los nuestros están realmente en un nivel superlativo.”
Coria coincidió: “Siempre me gustó jugar el primer turno. Además, el sorteo salió igual que ante Australia y ojalá sea como una cábala. La práctica de ayer (por el miércoles) con David me dejó muy conforme. Me sentí bien frente a él, que juega muy rápido y plano, muy parecido a los rivales”. Para el santafesino “sería espectacular estar 1-0 para que David entre más tranquilo en el segundo punto. Hrbaty entraría con mucha más presión. Y si no se da, por lo menos hacer un partido muy largo porque Beck juega los tres días y eso no es nada fácil en Copa Davis”.
La de ayer fue una mañana distinta en Bratislava, porque luego de varios días grises apareció el sol por primera vez. Y con el buen tiempo –que no se asegura que se extenderá demasiado– llegó la hora de la tradicional ceremonia del sorteo. A las 11 en punto y en un lugar poco convencional (dentro del court donde se jugará la serie) se dilucidó el orden de los encuentros de hoy.
El vicepresidente de la Federación Internacional de Tenis (ITF), el español Joan Margets, fue el que extrajo el papelito con el nombre de Karol Beck, y allí se desencadenó el resto de la serie de partidos. Todo transcurrió en un clima muy distendido, y sin aparente rivalidad a la hora de darse la mano por parte de los jugadores, especialmente entre Hrbaty y los argentinos.
A medida que pasaron los días, el factor más irritante de las semifinales para los argentinos –la velocidad de la cancha y su composición– fue asumido por los visitantes, y prácticamente ya no se habla de ello. Pero a la hora de verlos en acción se nota claramente que en muchas situaciones no pueden controlar con precisión la devolución, ya que la pelota tiene piques diferentes según los sectores, pero siempre veloces y a bajísima altura.
Los argentinos sólo practicaron una hora ayer, luego del sorteo, entre las 13 y las 14, donde Gastón Gaudio jugó singles con Puerta, bajo la mirada del capitán Alberto Mancini y de Franco Davin, entrenador de Gaudio. Luego lo hicieron los eslovacos que, como sucedió la mayoría de las veces, continuaron con los enfrentamientos entre Beck y Hrbaty, debido a que, llamativamente, el dobles no tuvo una atención especial por parte de los locales.