DEPORTES › PAGINA/12 EN LONDRES: LOS INGLESES ESPERAN EL PARTIDO CON TEMOR

SE ACHICARON

Aunque todavía no es pánico, el miedo se palpa en la capital británica ante la proximidad del partido contra la Argentina y la posibilidad de quedar eliminados precisamente ante tan clásico rival. Cómo viven la previa los fanas ingleses.

Por Marcelo Justo
Desde Londres

El miedo se palpa, pero todavía no es pánico. La jerarquía de la Selección Argentina, el fantasma de Diego Maradona y el peso de la historia reciente son sombras tenebrosas que aparecen en las discusiones de los pubs y en los análisis de las columnas deportivas y la televisión. Aún así, ni los más lapidarios, descartan una recuperación inglesa tras el decepcionante empate contra Suecia. “Argentina venció a Nigeria en un partido de calidad tan superior al que disputó Inglaterra que sería penoso entrar en detalles. Si Inglaterra quiere ganar este viernes tendrá que dejar de jugar como en el potrero. Es posible pero requiere una transformación total”, escribió, James Lawton del The Independent.
Es una opinión generalizada. El ex goleador de la selección inglesa Gary Lineker, hoy uno de los principales presentadores de fútbol televisado, lo resumió al final del partido contra Suecia con típica ironía inglesa. “Un desempeño decepcionante, pero no hay que preocuparse. El próximo rival es solo Argentina”, dijo torciendo la cara con una deliberada mueca de terror. Otro futbolista convertido en comentarista, el escocés Alan Hanssen, opinó que “jugando así, Inglaterra no tiene la menor chance con Argentina”. Los hinchas entrevistados por la televisión y los consultados al azar por este corresponsal, mostraban un pesimismo similar. “Es cierto que cada partido tiene su propia historia, pero si no mejoramos Argentina nos va a arrasar”, señaló a Página/12 el abogado Barry Linnane. Sólo unas pocas excepciones, como el ex goleador del Arsenal y la selección inglesa Ian Wright, rechazan ese fatalismo. “Es el primer partido. Inglaterra casi siempre empieza mal los mundiales, pero como otras veces se va a recuperar. Tenemos que tener más fe en nosotros mismos”, dijo Wright.
Wright se refería a los comienzos de la selección inglesa en la Copa Mundial del ‘82 y el ‘86. En el Mundial de México, Inglaterra estuvo a un tris de hacer las valijas cuando perdió el primer match uno a cero contra Portugal y empató el segundo 0 a 0 con Marruecos. Recién la victoria 3 a 0 con goles de Linecker en el partido contra Polonia, les dio la clasificación para los octavos de final, donde vencieron 3 a 1 a Paraguay. Los pesimistas prefieren recordar que el paso siguiente a esa recuperación fue uno de los momentos más traumáticos e inolvidables del fútbol inglés: la derrota 2 a 1 contra Argentina.
Unos 16 años más tarde, la mano de Dios del primer gol y la gambeta divina del segundo siguen siendo tema de debate. Una encuesta televisiva previa a este mundial sobre los 100 momentos inolvidables de los mundiales de todos los tiempos y una votación paralela por Internet arrojaron un resultado sorprendente. En ambos casos los ingleses opinaron que el segundo gol de Maradona era el momento más sublime de la historia de los mundiales.
Este recuerdo y la dramática derrota por penales en el ‘98, obsesionan a los ingleses. Maradona es odiado por el primer gol y reverenciado por el segundo, pero ningún comentarista se ha atrevido a insinuar que Inglaterra debió ganar ese partido. El match en Saint Etienne en la Copa del ‘98 es otra cosa. La opinión generalizada es que Inglaterra estaba jugando mejor que Argentina hasta la expulsión de David Beckham y que aún cuando se quedó con 10 jugadores, podría haber ganado el partido de no ser por la intervención del referí holandés en dos oportunidades: el gol anulado a Sol Campbell cuando quedaban 20 minutos para el final del partido y el penal que cometió Chamot con la mano (otra vez la mano) para impedir que cabeceara Alan Shearer en el tiempo adicional. Esta percepción de injusticia profundiza una sensación de fatalidad histórica: juegue bien o mal, mejor o peor, Inglaterra perderá contra Argentina.
Esto no quiere decir que los ingleses den por perdido el partido. Como muchos otros equipos de jerarquía, Inglaterra tiene una tendencia a jugar mejor en partidos de importancia y contra rivales de fuste. Cuanto menos se espera de ellos, mejor es la performance.
El armado es el gran problema. David Beckham sigue luchando por recuperarse plenamente de su lesión. Otros dos jugadores clave del Liverpool están fuera del mundial: Danny Murphy y Steve Gerrard. El resultado es la predictibilidad del juego inglés contra Suecia. “Todo el mundo sabe lo que vamos a hacer: centro al área y cabezazo”, dijo Alan Hansen. Linecker habló de un “retroceso del fútbol inglés de 20 años” y lo más parecido a Maradona que produjo el fútbol inglés, Paul Gascoigne, se mostró decepcionado por la incapacidad del equipo de “bajar la pelota y hacer pases”. Con su visión de juego, inteligencia y rápida profundidad en los pases, el delantero del Tottenham Teddy Sheringham se perfila como una posibilidad para que jugadores como Michel Owen puedan repetir la gloriosa performance de 1998.
En contraste con las falencias inglesas, los comentaristas elogiaron unánimemente la formación argentina contra Nigeria. A diferencia del equipo del ’86, percibido en Inglaterra como un “show unitario” de Maradona o un “equipo del montón con un genio”, la escuadra de Marcelo Bielsa es descripta como “extraordinariamente sólida”, con grandes actuaciones de Verón, Ortega y Sorin, pero que mostró gran calidad en todos los puestos, con la excepción, notada en algunos medios con esperanza, del arquero. “El equipo entero es una máquina bien aceitada por el técnico Marcelo Bielsa”, señaló The Guardian. “Verón manejó el equipo como seguramente el Manchester quisiera que lo haga durante la Liga”, remarcó The Independent. “El hecho de que en el banco de suplentes figuren Crespo y Aimar muestra a las claras la calidad de este equipo”, aclaró The Times. Entre tantas adversidades, los ingleses atesoran un sueño: que Michael Owen repita la magia del partido de Saint Etienne. En la lista de los momentos más gloriosos de los mundiales, los aficionados pusieron su segundo gol detrás del de Maradona y delante del cuarto de Geoffrey Hurst contra Alemania en 1966, en aquella victoria inglesa en un mundial que los argentinos recordamos por otro hecho: la expulsión de Antonio Rattin.

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