DEPORTES › EL BURRITO Y SUS MAS DE VEINTE AÑOS DE AMOR POR RIVER

Ultimo capítulo de una gran historia

Con su exclusión del plantel profesional de River, Ariel Ortega escribió un nuevo capítulo, quizás el último, de su larga historia en el club de Núñez, donde debutó en Primera de la mano de Daniel Passarella allá por 1991. Fueron dos décadas cargadas de buenos y malos momentos, que culminó con 65 goles, siete títulos, seis locales y uno internacional, la Copa Libertadores de 1996.

Formado en Atlético Ledesma, el club de su pueblo en Jujuy, Ortega llegó a River con apenas 15 años, para debutar, ya con 17, el 14 de diciembre de 1991 frente a Platense. Si bien tardó casi un año y medio en marcar su primer gol con la camiseta de la banda, el 5 de julio de 1993 ante Quilmes, la historia le tenía guardado un lugar especial: el de ídolo.

Su gambeta endiablada le valió el rápido reconocimiento del ambiente y la convocatoria al Mundial de Estados Unidos ’94, donde le tocó la responsabilidad de reemplazar a nada menos que a Diego Maradona, excluido del torneo por doping positivo. Su fútbol le valió también las convocatorias a los mundiales de Francia y Corea-Japón.

Tras la obtención de cuatro títulos locales y la Libertadores ’96, Ortega emigró al fútbol europeo, donde su experiencia, más allá del título con Parma, estuvo lejos de la promesa. Los problemas con el DT Claudio Rainieri lo sacaron de Valencia y en Sampdoria apenas brilló.

Volvió a River en 2000 para integrar el equipo que se destacó por su delantera: “Los cuatro fantásticos”, que incluía además a Juan Pablo Angel, Javier Saviola y Pablo Aimar. Pero recién dos años más tarde el Burrito logró sumar un nuevo título, el Clausura 2002.

Ese año emigró para Turquía, comprado por el Fenerbahce. Y otra vez la desilusión. El delantero incumplió su contrato y fue inhabilitado por la FIFA. La suspensión fue levantada gracias a la gestión del inefable ex presidente de Newell’s Eduardo López, quien lo llevó al equipo rosarino para que, de la mano de Américo Gallego, sumara un nuevo título a su historial, el torneo Apertura 2004.

De Newell’s volvió a River, donde logró el torneo Clausura 2008 con Diego Simeone como DT. Pero por su adicción al alcohol y sus recurrentes faltazos fue excluido del plantel para terminar jugando una temporada en la B Nacional, una salida decorosa que incluía un tratamiento específico para su enfermedad.

Su último regreso fue en 2009. La presidencia de José María Aguilar hacía agua por todos lados y el equipo no encontraba el rumbo. Ortega no pudo ser el salvador, fue apenas uno más, con sus problemas a cuestas, en el desconcierto general que situó a River entre los equipos que debían mirar la tabla de promedios.

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Ortega practicó un rato.
Imagen: Télam y Sandra Cartasso
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