ECONOMíA › LA REACTIVACION ESTA CONDICIONADA POR LA SALIDA POLITICA, OPINAN

La UIA hace sus cuentas mirando al PJ

Tanto el reagrupamiento empresario, en torno del viejo Grupo de los 8, como las posibilidades de reactivación, se mide en la central fabril con la vara de los desacuerdos en el PJ.

 Por David Cufré

La devaluación proporcionó a la mayoría de los sectores industriales una base para recuperar mercado y rentabilidad. Rubros como el siderúrgico, textil, papelero, maderero, agroquímico, petroquímico y de la maquinaria agrícola atraviesan su mejor momento en años. Sin embargo, los industriales plantearon ayer en el inicio de la 8º Conferencia Industrial que la guerra en el peronismo y la crisis política en sentido amplio ponen en riesgo la recuperación. La sensación de angustia que el año pasado despertaba el riesgo país y la recesión ahora se transformó en preocupación por el impacto que la incertidumbre política puede tener sobre la economía. La mayor demanda de los empresarios fue ayer hacia los dirigentes, sobre todo del oficialismo, para que ordenen su interna y den previsibilidad institucional.
“Nos une el espanto frente a esta situación”, definió Alberto Alvarez Gaiani, titular de la cámara de la alimentación y vicepresidente de la UIA, ante la consulta de Página/12. El dirigente se refería a la reconstitución del Grupo de los 8 que, como reveló ayer este diario, vuelve a operar como en la década pasada. La explicación de Alvarez Gaiani para esa unión fue que “si hacemos críticas al sector político por vivir permanentemente en internas, desde la dirigencia empresaria debemos mostrar otra cosa”. Su única aclaración respecto al reencuentro de la UIA con las cámaras empresarias ligadas al establishment fue que “yo no lo llamaría Grupo de los 8 para no herir viejas susceptibilidades, pero sí necesitamos conformar un grupo de cúpulas de las entidades empresarias con representación nacional”.
En la Unión Industrial existe un clima de confrontación por este reacomodamiento. Ayer faltaron a la inauguración de la conferencia varios dirigentes que tuvieron una participación destacada en la etapa anterior, cuando la UIA rompió con el G8 y conformó el Grupo Productivo. No estuvieron los representantes de las cámaras del calzado, la madera, la siderurgia y de las pymes. Tampoco asistieron dos históricos como Paolo y Roberto Rocca, ni Sergio Einaudi, todos del Grupo Techint, aunque la corporación estuvo representada por un alto ejecutivo como Luis Betnaza.
Héctor Massuh, presidente de la UIA, y Alvarez Gaiani acordaron volver a juntar al G8. Una interpretación del rotundo viraje de la entidad entre las posiciones que expresaba el año pasado y las que sostiene ahora es que el empresariado, en su conjunto, ve la necesidad de reagruparse para enfrentar eventuales presiones salariales. Otra motivación sería la de actuar como un bloque unificado frente al futuro gobierno. Salvo Carlos Menem y Ricardo López Murphy, el resto de los candidatos son vistos por los empresarios con desconfianza. Un tercer motivo sería conformar un polo empresario que apoye las candidaturas de aquellos políticos. Alvarez Gaiani, de hecho, expresa la línea menemista dentro de la central fabril.
Curiosamente, mientras el hombre de la alimentación plantea la necesidad de que el peronismo termine con su pelea interna, hacia el interior de la UIA repite ese combate. Cuando este diario le preguntó por la ausencia de José Ignacio de Mendiguren en la conferencia, Alvarez Gaiani respondió tajante que “él no está en la UIA”. En rigor, De Mendiguren es el presidente de la entidad, aunque estará de licencia hasta que finalice su mandato. El ex ministro de la Producción fue uno de los que terminó con el G8 y denunció abiertamente al establishment financiero por defender políticas antiindustrialistas. Otra diferencia que mantiene con Alvarez Gaiani es su alineamiento con Eduardo Duhalde, el enemigo de Menem en la interna.
“No podemos prever una estabilidad económica ni esperar inversiones que coadyuven al crecimiento mientras no logremos la estabilidad política”, interpretó Luis Spanggemberch, presidente de la conferencia y ejecutivo de Quilmes. La visión de los empresarios fue coincidente en este punto. También en que una eventual postergación del acuerdo con el FMI podríaproducir un sacudón en los mercados financieros. Los industriales estiman que si se firma el acuerdo, el escenario económico será todavía de mayor tranquilidad. Sólo faltaría resolver la crisis política, repiten, para permitir la reactivación.

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Felipe Solá, gobernador de Buenos Aires, orador principal en la primera jornada.
 
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