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Marche la sidra y el pan dulce para el Rectorado

Fracasaron las negociaciones para levantar la toma en la UBA, que ayer cumplió quince días. Los alumnos de Sociales impedirían hoy el ingreso del personal.

 Por Javier Lorca

“Parece que vamos a pasar fin de año acá. Vayan trayendo la sidra y el pan dulce”, decía, medio en serio, medio en broma, uno de los dirigentes estudiantiles que participa de la toma del Rectorado de la UBA. Ayer, cuando se frustró la posibilidad más cierta de acuerdo que hubo hasta ahora entre los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales y las autoridades universitarias, la medida de protesta cumplió quince días consecutivos. Y las negociaciones para destrabar el conflicto volvieron a foja cero. La toma se intensificará hoy y mañana: los estudiantes resolvieron impedir el ingreso de empleados y funcionarios al edificio de Viamonte 444.
Consejeros y operadores allegados al rector Guillermo Jaim Etcheverry les habían propuesto a los estudiantes que levantaran la toma ayer a la mañana –aunque fuera en forma transitoria– para permitirle sesionar en comisión al Consejo Superior: la idea era sacar de esa sesión una declaración de los consejeros asumiendo el compromiso público de atender las demandas estudiantiles de un mayor presupuesto y un edificio único para Sociales, retirar a la universidad como querellante de dos alumnos implicados en la quema de urnas ocurrida en 1999, aumentar las becas estudiantiles y no intervenir desde la universidad en el conflicto que atraviesa la carrera de Sociología de la facultad.
Pero los estudiantes rechazaron la oferta en una tensa asamblea realizada en la facultad, donde participaron las agrupaciones de izquierda e independientes implicadas (PTS, MST, PO, PC, CEPA, Venceremos, El Mate, Andamio y otras). “La propuesta en sí era potable, se podía discutir. Pero no podíamos levantar primero la toma. Primero nos tienen que dar algo”, contó un miembro del centro de estudiantes de Sociales. “Todas las agrupaciones, desde la ultraizquierda hasta las independientes, estamos pensando cómo salimos de acá. El problema es si tenemos marco político para hacerlo”, confesó otro dirigente estudiantil.
Del otro lado, el rector y la mayoría de decanos y profesores del Consejo Superior mantienen su exigencia de que la toma se levante para discutir los compromisos reclamados. “En estas condiciones, no se negocia”, repiten. Mientras, varios insisten con la necesidad de dar intervención a la policía y la Justicia. Entre reuniones y charlas, los dirigentes universitarios barajaban la posibilidad de convocar a una sesión extraordinaria del Consejo Superior para encontrar una salida. Algunos sectores estudiantiles, en consonancia, planeaban ofertar que liberarían la sala ocupada y se correrían unos metros hasta el patio interno del Rectorado para que se pueda hacer esa sesión.
Hoy y mañana los estudiantes planean impedir el ingreso del personal al Rectorado. Ayer realizaron diversas clases públicas y mantuvieron cortado el tránsito sobre Viamonte. Sobre la calle y en la sala del consejo, varios docentes dictaron sus clases.

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La toma afecta a la sala del Consejo Superior, en el Rectorado de la UBA, sobre Viamonte al 400.
 
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