ECONOMíA › LA MESA DE ENLACE DESCARTO MEDIDAS DE FUERZA Y SOLO CONVOCO A ASAMBLEA PARA MAYO

Mucho ruido y pocas nueces

Los ruralistas habían amenazado con dejar de comercializar su producción y volver a las rutas, pero por ahora sólo harán un acto en Coronel Pringles a principios del mes próximo porque no quieren interrumpir la cosecha record de soja.

Los referentes de la Mesa de Enlace volvieron a verse las caras en la sede de CRA.
Imagen: DyN.

Durante los últimos días, los principales dirigentes de la Mesa de Enlace dijeron que el campo es una “caldera en ebullición”, que lo que está ocurriendo es “de-sesperante”, que “no cierran los números” y que si el Gobierno no toma medidas la situación va a “explotar”. Incluso amenazaron con dejar de comercializar su producción y volver a las rutas. Sin embargo, luego de la reunión que mantuvieron ayer lo único que anunciaron fue la convocatoria a una asamblea en Coronel Pringles para el próximo lunes 3 de mayo porque no quieren interrumpir la cosecha record de soja.

“Continúa el proceso de concentración, y a pesar de la buena cosecha del presente año, a muchos productores no les cierran los números. Nuevamente son viables sólo aquellos esquemas de gran escala”, aseguró el fin de semana Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria. Alfredo De Angeli fue un poco más allá y adelantó que “la idea de los productores es realizar un boicot de comercialización de granos”. En el mismo sentido se expresó Carlos Garetto, de Coninagro: “La gente se cansó de esperar y de esperar. Vamos a un cese de comercialización o algún tipo de medida”, adelantó. Todas esas declaraciones fueron generando expectativas en torno de la reunión de ayer, pero al final “las bases” parecieran haberse quedado con las ganas porque no hubo grandes anuncios.

Luego de cuatro horas de reunión, Buzzi, Garetto, Biolcati y Llambías dieron una conferencia de prensa donde reiteraron los reclamos del sector: eliminación de las retenciones de soja, maíz, trigo, sorgo y girasol y liberar exportaciones de carne. Luego convocaron a la asamblea en Coronel Pringles. “Es una de las zonas que más sufre las inclemencias del tiempo y se ve la falta de ayuda del Gobierno”, afirmó Mario Llambías, titular de CRA.

Cuando les preguntaron por qué no habría lockout fueron muy cautos. “Habrá que ver la voluntad de los productores para saber si el cese es uno de los instrumentos al que tengamos que apelar. Iremos viendo. La realidad va a indicar el momento en que tengamos que apelar a eso. Esperemos que no sea necesario”, aseguró Buzzi. El titular de Federación Agraria incluso negó que haya pedido la devaluación del peso. “No queremos ni promovemos la devaluación. Ante el diagnóstico de que hay retraso cambiario, el mecanismo para mejorar la competitividad es modificar las retenciones”, aseguró, pese a que tres días antes había declarado públicamente que “hay que pensar en un dólar de 4 pesos para arriba”. El cambio de opinión de Buzzi tal vez obedeció a las duras críticas que le propinó, sin nombrarlo, el presidente de Carbap, Pedro Apaolaza. “No es progre ir en desmedro del salario real”, había asegurado el ruralista bonaerense a través de un comunicado, aunque ayer Buzzi evitó responderle.

Por su parte, Llambías admitió que no le pareció “correcto” hablar de devaluación”, aunque consideró que “lo que hace el Gobierno es una flotación sucia”. “Sí, hemos hablado hoy (por ayer), lo aclaró bien Buzzi, que lo que tenemos que cambiar es el cambio efectivo para los productos agropecuarios”, sostuvo Llambías.

El motivo por el cual los dirigentes rurales se limitaron a anunciar una asamblea dentro de veinte días se debe a que ahora se está cosechando la soja y saben que si llaman a cualquier otro tipo de protesta se quedarían solos. La cosecha de cereales y oleaginosas estará cerca de los 100 millones de toneladas y la soja aportará nada menos que 54 millones de toneladas. Algunos lobbistas del sector afirman que el productor recibirá sólo una pequeña parte de la ganancia que arroje la oleaginosa, mientras que el Estado se llevará la parte del león. Sin embargo, ni siquiera los productores parecieran creer ese discurso porque están abocados a producir para disfrutar las mieles de la soja, que en los últimos años les permitió comprar propiedades en los principales centros urbanos y vehículos de primera calidad. Indicadores que muestran a los productores lejos de la situación desesperante que intentan mostrar sus representantes. Los que seguramente están en peor situación, son aquellos que no cultivan sojas y se dedican a cultivos de subsistencia en zonas marginales, pero ellos nunca fueron razón suficiente para convocar a un lockout. Ese tipo de decisiones siempre van al ritmo de la soja.

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