ECONOMíA › ESTADOS UNIDOS Y EUROPA DISCREPAN SOBRE LA RECETA PARA SALIR A FLOTE

Pulseada de peces gordos con la crisis de fondo

Estados Unidos y Europa arribaron a la reunión de representantes del G-20 con distintas soluciones para un mismo problema: la crisis financiera internacional. El segundo capítulo en la debacle económica mundial, esta vez con epicentro en el Viejo Continente, ha dado lugar a la aplicación de sucesivas recetas de ajuste fiscal del otro lado del Atlántico. En cambio, el presidente estadounidense, Barack Obama, llegó a Toronto, Canadá, con propuestas de impulso para estimular la alicaída economía global. Las diferencias en la forma de encarar la salida de la crisis pondrán a prueba la integración de ambos bloques, algo que ya pudo verse durante un encuentro que mantuvo ayer el G-8, del cual forman parte las grandes potencias. Sobre lo que sí existe consenso es en la necesidad de limitar el accionar del sistema financiero.

La discusión se encendió a partir de una carta de Obama, dirigida a sus pares del G-20 la semana pasada, manifestando su preocupación de que los países de ese selecto grupo decidan retirar los paquetes de estímulos. “Espero que este fin de semana en Toronto podamos seguir avanzando en el progreso y coordinar nuestros esfuerzos para continuar la reforma financiera y fortalecer la economía global”, dijo el mandatario desde la Casa Blanca antes de partir rumbo a Canadá. Obama instó a “actuar de manera concertada” debido a que las economías de esos países están ligadas inextricablemente”.

La lógica que intenta imponer Obama es que si el gasto público global se contrae de forma brusca, la demanda podría caer, lo que a su vez complicaría el crecimiento provocando otra recesión. No obstante, las sugerencias delineadas por los asesores del presidente estadounidense no fueron bien tomadas por los representantes europeos, quienes se muestran partidarios de medidas de contención fiscal para reducir sus déficit presupuestarios.

La interlocutora por Europa es la canciller alemana Angela Merkel. “He dejado claro que necesitamos un crecimiento sustentable y que este crecimiento y unas medidas de austeridad inteligentes no tienen por qué ser contradictorios”, informó la canciller alemana luego de participar del encuentro de líderes del G-8, que se desarrolló a escasos kilómetros de la capital canadiense. Merkel comunicó además que “la discusión no fue una controversia”. “Hubo mucha comprensión mutua”, agregó. El gobierno alemán es quien encabeza las iniciativas de recorte del gasto para evitar que siga extendiéndose la crisis en Grecia.

Otros países también tomarán partido de esta discusión. Es así que China apuesta a frenar los estímulos fiscales y al sector financiero, en tanto que Brasil manifestó que continuará manteniendo “políticas pro crecimiento” pese a las advertencias de los organismos internacionales de crédito de un calentamiento de su economía.

Fuera de este debate, y con un mayor grado de entendimiento, se encuentran las reformas financieras que a ambos lados del océano buscan implementar para evitar nuevas crisis. En la agenda, Europa pretende que se trate su iniciativa para establecer un impuesto global a la banca, cuyos fondos tendrían como destino financiar futuros rescates bancarios. El Congreso de Estados Unidos, por su parte, logró un principio de acuerdo para una reforma integral financiera (ver aparte). En este caso, la voz disonante provendrá de los países que no sufrieron la crisis, encabezados por Canadá, quien particularmente adelantó su rechazo a un control del sistema bancario.

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