[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Eduardo Duhalde firmó ayer el decreto de necesidad y urgencia que establece la apertura del corralón, pero antes de que el trámite estuviera listo se produjo un cruce entre la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía. La discusión llegó a poner en duda que la medida se llevara a la práctica. La versión de la Casa Rosada es que Roberto Lavagna buscó capitalizar el anuncio en su favor, asumiendo sin consultar una tarea que estaba reservada para el Presidente. El enojo creció cerca de Duhalde cuando se comprobó que la reacción general de ahorristas y economistas fue positiva. Si bien la medida no llega a cumplir la promesa de devolver dólares a quien depositó dólares, se le acerca bastante. Para el duhaldismo es un logro entregar el poder sin que haya más restricciones bancarias, pero antes de que el Presidente pudiera armar el acto para dar la buena noticia, “Lavagna se cortó solo”, de acuerdo a la queja de Jefatura de Gabinete.
Atanasof sostuvo ayer a la mañana, en su habitual conferencia de prensa, que el anuncio que había formulado el día anterior su par de Economía era sólo “una propuesta”. “Lavagna dio a conocer la propuesta que puso a consideración del Presidente, pero la decisión final la tomará Duhalde”, remarcó el ex sindicalista. Intentando demostrar una prudencia que supuestamente a Lavagna le había faltado, se excusó de abundar en detalles respecto del decreto de apertura del corralón. “El Presidente considerará ahora el proyecto que le han elevado y luego tomará una decisión. Sería incorrecto avanzar en precisiones”, completó.
Un par de horas más tarde se produjo la respuesta de Economía. El portavoz del ministro, Armando Torres, repitió lo que había dicho su jefe el día anterior: “Este es un decreto que se acordó con el Presidente el miércoles a la noche”. La tensión siguió durante la tarde, hasta que Luis Verdi, vocero de Duhalde, confirmó que el decreto había sido firmado. Su publicación en el Boletín Oficial se producirá el próximo martes y después de cinco días hábiles entrará en vigencia. A partir de allí, los ahorristas tendrán 10 días para ejercer la opción.
El esquema de apertura del corralón está dividido en tres escalas. La primera es para los depósitos de hasta 42.000 pesos, que quedan automáticamente liberados. El ahorrista tendrá a su disposición, además, un bono en dólares con vencimiento en 2013 por la diferencia entre 1,40 más CER y la cotización del dólar al día en que formalice el trámite. La suma de 1,40 y la actualización del CER, más la tasa de interés de 2 por ciento que acumularon los cedros durante todos estos meses equivale a 2,05 pesos. De allí a 3,02 pesos del dólar (tomando el cierre de ayer) es lo que se cubrirá con un bono.
Para los depósitos de entre 42.000 y 100.000 pesos se constituirá un plazo fijo a 90 días, mientras que los depósitos de más de 100.000 quedarán en un plazo fijo a 120 días, en ambos casos con una tasa de interés del 2 por ciento anual. Vencidos esos plazos, la devolución se hará igual que los depósitos de hasta 42.000 pesos. De todos modos, los bancos tienen la posibilidad de acortar los tiempos de los plazos fijos y ofrecer mejores tasas de interés a sus clientes.
Duhalde decidió cortar la pelea con Economía para que la noticia de la apertura del corralón no quedara opacada por la interna política. Antes de que eso ocurriera, Atanasof había transparentado otro motivo de enojo con Lavagna: las compensaciones a los bancos. “Se trata de un tema que amerita una ley porque está en juego una decisión muy importante, vinculada a los fondos del Estado”, enfatizó el jefe de Gabinete, consciente de que Lavagna había propuesto incluir las compensaciones en el decreto ómnibus de apertura del corralón y de cancelación de redescuentos. “Es preciso que el conjunto de las fuerzas políticas resuelva el tema y tome una decisión a conciencia”, insistió el funcionario.
Lavagna perdió esa pulseada y con él, Alfonso Prat Gay, quien también postulaba cerrar las cuentas pendientes con el sistema financiero. Las compensaciones son por los amparos –los bancos tuvieron que asumir ladiferencia entre 1,40 más CER y la cotización del dólar al día que les llegaba la orden judicial para reintegrar el depósito dolarizado al ahorrista– y por la eliminación del CER para gran parte de los créditos hipotecarios, prendarios y personales. Las entidades financieras ejercieron una fuerte presión sobre Lavagna y Prat Gay, que finalmente había prosperado. Pero Duhalde no quiere cargar con el costo político de entregarles miles de millones de dólares a los bancos, al mismo tiempo que abre el corralón. En marzo salieron 360 millones de pesos por amparos, pero se calcula que las compensaciones totales rondarían los 3500 millones. La decisión de enviar el tema al Congreso significa su virtual postergación hasta que asuma el próximo gobierno, lo que generó gran malestar entre los banqueros.