ECONOMíA › ECONOMISTAS RELATIVIZAN EL IMPACTO POR NO ACORDAR CON LOS BUITRES

Lejos de cualquier derrumbe

La visión de economistas heterodoxos es que el Gobierno hizo bien en evitar el “mal mayor” de activar la cláusula Rufo, mientras que el escenario de falta de acuerdo con los fondos especulativos no causará lesiones severas a la economía.

Hernán Letcher, Ramiro Castiñeira, Fernanda Vallejos, Mariano Kestelboim.

Economistas heterodoxos afirmaron ayer que la decisión de la Corte de Nueva York de no recomponer la cautelar de la sentencia de Thomas Griesa no tendrá efectos macroeconómicos graves para la Argentina. Aseguraron a Página/12 que los fondos buitre no aceptaron el stay porque especularon con el cobro de los seguros contra default, pero que una vez que reciban esos pagos estarán dispuestos a pedir una cautelar para alcanzar un acuerdo con el Gobierno a partir de 2015. Afirmaron además que el equipo económico avanzó con la prioridad de evitar el riesgo de la cláusula RUFO, con demandas potenciales por 120 mil millones de dólares, mientras que ahora aparece un nuevo riesgo a través de los bonistas con Discount, los cuales podrían realizar demandas por 33 mil millones de dólares.

“No hay un escenario apocalíptico porque hoy (por ayer) no haya habido acuerdo. Eso es lo que intentan hacer creer los fondos buitre en su estrategia de presionar a la Argentina para que pague lo que dicta la sentencia”, dijo a este diario la economista Fernanda Vallejos. Agregó que “la volatilidad de los papeles bursátiles que se verá en estos días está asociada con las maniobras de especuladores externos e internos, pero no tiene relación con los fundamentos de la macroeconomía”. Vallejos precisó que lo que importa hacia el futuro es potenciar las herramientas que posibilitaron el proceso de crecimiento e inclusión de los últimos años. “Este proceso no se interrumpe por lo que digan un juez de Nueva York o las calificadoras de riesgo. Argentina tiene grandes oportunidades para avanzar en el desarrollo. Es un país que genera posibilidades de inversión en la industria, hace alianzas estratégicas como las de China y Rusia, planifica obras de infraestructura para el sector de energía y cuenta con sectores agroexportadores de enorme potencial.”

La economista destacó “la fortaleza” del equipo económico para no caer en la trampa del gatillo de la cláusula RUFO, por la que los bonistas que aceptaron la reestructuración de la deuda podían reclamar entre 120 mil y 500 mil millones de dólares a través de nuevos juicios contra el país. “El riesgo clarísimo era la RUFO y de eso estamos exentos por la firmeza del Gobierno. En términos criollos, que se dispare esa cláusula implicaba la caída de la deuda soberana y un retroceso de todos los logros de los últimos años en materia de desendeudamiento”, afirmó. El discurso de ayer del ministro de Economía, Axel Kicillof, fue una clara prueba del compromiso para defender a las mayorías, aseguró Vallejos. “Es central resaltar la posición de dignidad del ministro defendiendo el interés nacional en la cara de la Justicia norteamericana que convalidó los intereses del capitalismo más salvaje”, precisó.

Mariano Kestelboim, de la Sociedad Internacional para el Desarrollo (SID), compartió la idea de que evitar que se active la RUFO fue la prioridad del Gobierno. “Al no acatar la sentencia de Griesa se optó por no caer en el mal mayor, que eran los juicios por hasta 500 mil millones de dólares que se podrían haber generado a través de la cláusula RUFO. Aparece ahora un mal menor, una nueva tensión, asociada con las demandas que podrían hacer los bonistas con Discount, los cuales no recibieron sus cobros por el fallo de Griesa y ahora podrían organizarse para pedir el aceleramiento de esa deuda, lo cual implicaría otro juicio contra el país por 33 mil millones de dólares.”

El economista apuntó que los fondos buitre buscaron forzar un escenario de cesación de pagos por un factor especulativo. “El escenario de arreglo entre privados calzaba como anillo al dedo, pero los buitres se opusieron al stay porque querían cobrar el seguro contra default”, afirmó. Mencionó que “una vez cobrados esos seguros, los bancos locales probablemente volverán a intentar un nuevo arreglo, ofreciéndoles una garantía de pago para tentarlos a que piden un freno temporal de la sentencia. El punto es que un default prolongado no les sirve ni a los buitres ni a los bancos comerciales de Argentina. Esta negociación entre privados no debería tardar mucho en cerrarse”, aseguró.

Por su parte, Ramiro Castiñeira, de Econométrica, también precisó que en los próximos días seguramente se alcance una negociación entre privados que destrabe la situación. “El escenario de default será anecdótico. Dos o tres días no les da tiempo a los holdings (bonistas que ingresaron a los canjes de deuda) para sumar masa crítica y hacer reclamos. Entre que hacés los llamados para juntar las quejas ya cambió la situación”, mencionó. A su vez, Hernán Letcher y Julia Strada, del Centro de Economía Política Argentina, reforzaron la posición de que en los próximos días no habrá un escenario de catástrofe. “La Argentina no tendrá ninguna catástrofe, con derrumbe del consumo privado y de la inversión, como nos intentan hacer creer los gurúes del establishment”, mencionaron.

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