ECONOMíA › LAVAGNA INVITO A LOS ACREEDORES A CONOCER EL PAIS

Realidad social “for export”

Si la estrategia del Gobierno tiene éxito, la Argentina tiene serias chances de consolidarse como polo de atracción de visitantes extranjeros. Pero ya no sólo de turistas ávidos por hallar productos autóctonos a precios de baratija, aprovechando el dólar a 3 pesos. También habría una invasión de inversores en bonos en default. Roberto Lavagna les está cursando invitaciones para que conozcan la realidad del país en vivo y en directo, sin intermediarios.
El Ministerio de Economía envió cartas de invitación a 22 grupos de acreedores y bancos de inversión internacionales, cuyo contenido había sido hecho público parcialmente unos días atrás. La propuesta de Lavagna parece audaz. Les pide a los acreedores que lleguen a Buenos Aires que no sólo se encuentren con funcionarios oficiales sino que “tomen contacto con entidades representativas de la sociedad (iglesias, organizaciones religiosas, ONG, entre otras)”. Presumiblemente, el objetivo será demostrarles que la oferta oficial, de quita del 75 por ciento, no es un acto mezquino, sino que se adapta a una realidad social complicada.
En la ocasión, el ministro volvió a cargar culpas sobre la situación crítica que atravesó la Argentina –que incluyó la cesación de pagos de su deuda– a lo ocurrido en los años de la convertibilidad. Lo escribió así: “Estimamos este contacto directo como imprescindible para una comprensión adecuada de la realidad heredada de la acumulación de errores económicos y financieros de los ‘90”.
La intención de Economía es que los acreedores viajen una vez que se avance en la propuesta definitiva junto con el sindicato de bancos. Mientras tanto, “se evaluará la viabilidad de los comentarios y sugerencias” que se recabaron en los distintos encuentros realizados en Europa y los Estados Unidos en los últimos meses.
En la carta también se deja entrever la estrategia negociadora del Palacio de Hacienda: “El crecimiento argentino es el único instrumento que permitirá llegar a una solución de base, el efecto de creación y recuperación de valor que todos buscamos”, sostuvo el mensaje. En esa frase encierra el marketing del ministro a favor de los bonos que se les ofrecerá a los acreedores, que estarán atados a la suerte del Producto.
Más allá del éxito que tenga el Gobierno en su invitación, queda claro que éste es un paso para demostrar la “buena fe” en las negociaciones. Ese es el reclamo permanente del Fondo y del Grupo de los Siete. No obstante, en su carta, el ministro esbozó que esta movida “es una continuidad de la política de consulta y diálogo iniciada hace ya más de un año (aún antes del acuerdo inicial con el FMI en enero de 2003)”.
Entre los destinatarios figuran bancos de inversión que colocaron títulos públicos argentinos en Europa (Deutsche Bank, Swiss Banking), entidades japonesas (Nikko, Mitsubishi Securities, Nomura, Daiwa) y agrupaciones de acreedores locales e internacionales: Asociación de Ahorristas de la Argentina, Asociación de Damnificados por la Pesificación y el Default, la italiana CITA, el alemán IG-Argentinien y hasta el GCBA de Nicola Stock, que hasta ahora era ninguneado por Lavagna.

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