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El embajador de los Estados Unidos en Argentina, Lino Gutiérrez, consideró ayer que las negociaciones del país con los acreedores externos “marchan bien” y pronosticó que en breve plazo el crucial problema podría estar solucionado. El diplomático coincidió así con el juicio formulado por el presidente del Banco Central de Canadá, David Dodge, quien también ayer negó haber juzgado en algún momento como “no sustentable” el plan local para reestructurar las obligaciones en default.
Quien más derrochó optimismo, sin embargo, fue Gutiérrez. “Estados Unidos ha estado al lado de la Argentina hasta ahora. Nosotros siempre hemos discutido el caso de Argentina en el Grupo de los Siete y hasta ahora las negociaciones van bien y esperamos que sigan así”, subrayó el embajador, omitiendo que en el G-7 hay opiniones divididas acerca de la posición de Argentina.
“Se ha progresado mucho y habrá buenas negociaciones en las próximas semanas”, se entusiasmó el embajador norteamericano, dando por sentado que la gestión de Roberto Lavagna imprimirá al tema la celeridad que se le reclama desde Washington y otros países en los que residen los tenedores de bonos en default. “La Argentina es un país de gran potencial. Que ha sufrido mucho. Pero yo creo que va en buen camino. Y si resuelve el tema de la deuda, que está en vías de resolución, volverá a ser la economía que fue”, destacó.
Los dichos de Gutiérrez tuvieron lugar horas después que declaraciones de Anne Krueger a un diario local anticiparan que la discusión con el Fondo sobre el tratamiento de la deuda tendrá varios momentos difíciles y poco después de que Néstor Kirchner e Inácio Lula da Silva firmaran un acuerdo de cooperación para unificar criterios acerca de cómo abordar la cuestión. “No nos preocupa. Es natural que entre las dos naciones exista ese acercamiento, a pesar de que sus deudas son de naturaleza diferente”, acotó Gutiérrez.