EL PAíS › A 12 AÑOS DEL ATENTADO A LA EMBAJADA DE ISRAEL

“Doce años de inoperancia”

Carlos Susevich criticó duramente la investigación y el encubrimiento. El embajador Orón sostuvo su teoría de que fue Hezbolla.

 Por Raúl Kollmann

“Ha sido muy duro transitar estos doce años marcados por la inoperancia y casi seguro encubrimiento de quienes debían investigar y juzgar el por qué, cómo y quién atacó la embajada de un país amigo de la Argentina.” Carlos Susevich cumple hoy 80 años, su hija murió en el atentado, y él suele decir que en el tiempo que le falta por vivir quiere saber algo de la verdad. Aunque sea algo. Ayer, exhibió su decepción e indignación con esa frase y con muchas otras de su discurso. Reflejó la bronca de una pesquisa en la que nunca hubo un sospechoso, mucho menos un detenido y el propio embajador de Israel en la Argentina, Benjamín Orón, dijo ayer que existió una conexión local, una apoyatura al atentado, pero que nada se descubrió sobre quiénes fueron esos cómplices de la masacre.
Unas dos mil personas se congregaron ayer en la esquina de Arroyo y Suipacha, frente al predio donde estaba la embajada. El ataque de Madrid puso nuevamente sobre el tapete la cuestión del terrorismo y ello derivó en una cantidad de gente superior a la de los años anteriores. En verdad, el atentado contra la embajada de Israel fue de hecho el primero de envergadura fuera del escenario del conflicto de Medio Oriente, una modalidad que recién después se repitió con la AMIA, los ataques a las embajadas norteamericanas en Africa, ya con otra envergadura en las Torres Gemelas de Nueva York y el jueves pasado en Madrid. Tal vez por ser el primer atentado de ese tipo, en aquel 1992 casi no se le prestó atención a la investigación, al punto que se informó oficialmente que hubo 29 víctimas y cinco años más tarde la Corte Suprema tuvo que corregir semejante dato tan elemental: en 1997 estableció que en verdad las víctimas fueron 22. Ayer mismo, quien fuera embajador de Israel en la Argentina Itzhak Sheffi dijo en cambio que los muertos fueron 45, pero nadie entiende las diferencias en los números y en el acto se leyeron los 22 nombres de las víctimas registradas por la Corte.
La concentración de ayer se realizó en el marco de estrictísimas medidas de seguridad, con francotiradores en los techos, hombres de corbata conectados entre sí y caminando vigilantes entre la multitud y una concurrencia que debió pasar de a uno por detectores de metales similares a los de los aeropuertos. En el palco, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Rafael Bielsa, el ministro de Salud Ginés González García, el jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra y su vice Jorge Telerman, y el gobernador bonaerense Felipe Solá. En algún momento se dijo que estaría el presidente Kirchner, pero éste bajó del avión proveniente de Brasil y se fue a la Casa Rosada.
Bielsa fue quien habló en nombre del Gobierno y optó por un breve discurso de tono poético: “Miles de años de amor, de reflexión, de sabiduría, de cultura concebida alrededor de los calderos, de palabras pronunciadas en medio del frío invierno, siglos que vinieron a dar a esta patria, a enriquecerla, a hacerla más cultural, más comprensiva, más culta, devastadas en un segundo por la llamarada, la sinrazón, por el Holocausto”, expresó el canciller.
Entre los familiares de las víctimas y el embajador de Israel pareció deslizarse un contrapunto. “Los familiares no vamos a comprar la historia que nos quieren vender de que la autoría de los atentados está esclarecida. La rechazamos. Tenemos la amarga sospecha de que la sangre de nuestros muertos sirvió para saldar facturas impagas de oscuros negocios y que el ocultamiento deliberado de esa verdad responde a compromisos políticos difíciles de desentrañar”, sostuvo Susevich en obvia referencia al gobierno de Carlos Menem. A su turno, el embajador Orón reiteró lo dicho por Israel hace un año: “Nuestras investigaciones han determinado, sin lugar a dudas, que el atentado fue perpetrado por la organización libanesa Hezbolla y por el régimen de Irán”. Sin embargo, el embajador sostuvo, en diálogo con Página/12, que la información israelí todavía no tiene estado judicial por tratarse de información de inteligencia que “por distintas razones, todavía no puede ser desclasificada”.
En lo que sí hubo coincidencia es en un hecho incontrastable: hasta ahora no se determinó lo central, quiénes fueron los cómplices que ayudaron a realizar el ataque en la Argentina. Orón los sintetizó así: “En el tiempo transcurrido no se pudo señalar a un solo individuo que directa o indirectamente colaboró en la consumación del atentado”. Ese hecho tiñó hasta ahora todos los aniversarios.

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Doce años sin saber quiénes fueron los culpables.
El canciller Bielsa habló en nombre del Gobierno.
 
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