ECONOMíA › CELEBRA EL FISCO. TODOS
PAGAN MAS, HASTA EL COMERCIO EXTERIOR

Si es por plata, no hay problemas

La recaudación de abril le dio otra alegría al Gobierno: lo para mejor ante el FMI pero le quitará argumentos frente a los reclamos internos. Subas del 20 al 30 por ciento en los ingresos de los principales impuestos con respecto al año pasado.

 Por Raúl Dellatorre

El notable aumento de la recaudación tributaria en el mes de abril ubica los 9282,3 millones de pesos conseguidos entre los máximos históricos, sólo superados por los ingresos excepcionales de mayo y junio del año pasado. Más allá de la convencional explicación de la Administración Federal de Ingresos Públicos, adjudicándole los méritos al crecimiento económico y a la mejora en el cumplimiento de los contribuyentes, argumentos a los que sería prudente sumar en parte el efecto inflacionario, lo cierto es que el aumento de la recaudación alcanzó a todos los tributos principales. Las metas para el cuatrimestre, ampliamente cumplidas, fortalecerán la postura del Gobierno frente a las próximas negociaciones con el FMI, pero le restará argumentos a la hora de negarse a asignar mayores recursos a distintas áreas –sueldos de estatales, subsidios a los desocupados, por caso– que amenazan cruzar al terreno del conflicto y la confrontación ante la falta de respuestas.
La comparación de cada impuesto con lo recaudado en abril de 2004 arroja resultados llamativos: incrementos del 66 por ciento en Ganancias, 31 por ciento en IVA y en Débitos y Créditos Bancarios, 24 por ciento en Derechos de Importación y 18 en Derechos de Exportación. Hasta las contribuciones patronales crecieron significativamente por encima de la tasa de crecimiento del PIB o del empleo: 24 por ciento.
Algunos cambios en el calendario impositivo reportaron mayores ingresos en abril, que habían sido diferidos para este mes desde su vencimiento original, en diciembre del año pasado. En el último mes coincidieron los pagos de anticipos de las sociedades cuyo ejercicio anual cierra en diciembre y la cuarta cuota anual de las retenciones sobre sueldos. Los montos de los anticipos empresarios se vieron incrementados, además, porque se calculan sobre las utilidades de los balances del año 2003, que reflejaron una fuerte recuperación con respecto al año anterior.
La recaudación neta por el impuesto al valor agregado también aumentó, pese a que en abril creció el monto de devoluciones a contribuyentes –por saldos técnicos a su favor o por exportaciones–. Un dato particularmente curioso es que el incremento de la recaudación de IVA por aduana –40 por ciento– la coloca en un valor muy próximo al que llega por IVA DGI neto de devoluciones: 1285 millones el primero contra 1715 millones en el último caso. Es decir que por cada cinco pesos recaudados en este impuesto, dos se originan en el IVA a las importaciones y tres al IVA sobre la producción interna.
El comercio exterior ha pasado a ser una fuente de ingresos fiscales importantes también a través de los derechos de exportación e importación. Con respecto a abril del año pasado, el tributo sobre las ventas externas creció por el aumento de los valores exportados pero también por un nivel de tipo de cambio unos centavos por encima del vigente doce meses atrás. Pero también refleja la incidencia del incremento en las alícuotas a las exportaciones de hidrocarburos a partir de mayo del año pasado, primero, y por las alícuotas adicionales a las exportaciones de petróleo establecidas desde agosto de 2004, proporcionales al precio internacional del barril. Los derechos de importación también aumentaron sensiblemente, pese a la eliminación del incremento transitorio de los aranceles de importación (1,5 por ciento) a partir de septiembre último.
Pese a que las centrales empresarias, tanto de la industria como el agro, siguen reclamando la eliminación de las retenciones a la exportación bajo el argumento de su efecto “distorsivo”, el Gobierno las sostiene y parece cada vez más obligado a seguir haciéndolo, en la medida en que se han convertido en uno de los recursos clave del sistema impositivo. Por otra parte, ni la producción ni las exportaciones han dado señales de haberse desalentado por la presencia de estos tributos supuestamente “distorsivos” que, además, han permitido compensar el impacto del precio internacional sobre el mercado interno y evitar que se traslade, en su totalidad, elefecto combinado de la devaluación más los aumentos en los mercados mundiales de commodities.

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Carlos Mosse, secretario de Hacienda, y Alberto Abad, administrador federal de Ingresos Públicos.
 
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