EL PAíS › LOS IBARRISTAS ARCHIVAN LA
IDEA Y SE CONCENTRAN EN LA GESTION

Un plebiscito que quedó en stand by

No llegaron a juntar las firmas. Quieren que la iniciativa quede en el olvido. Planean relanzar la gestión de Ibarra.

 Por Santiago Rodríguez

Los ibarristas ya casi no hablan del referendo de revocatoria de mandato del jefe de Gobierno porteño y mucho menos lo harán de ahora en adelante: como conseguir las firmas necesarias para su realización les resulta cada vez más difícil, decidieron concentrar sus esfuerzos en la gestión y dejar que el simple paso del tiempo haga que la convocatoria termine en el olvido. Ante la posibilidad de que no consiga relegitimarse por la vía de las urnas, Aníbal Ibarra prepara un relanzamiento de su administración y también un cambio en su estilo político. “Tendrá mayor presencia en los barrios y un contacto cara a cara con los vecinos”, anticipan sus colaboradores.
El ibarrismo hizo un último intento por reinstalar el tema del referendo hace apenas tres semanas. Entonces, el propio Ibarra y varios de los miembros de su gabinete salieron a la calle en busca de los avales que hacen falta para convocar al electorado porteño a votar si debe seguir o no al frente de la Jefatura de Gobierno. Aquella salida estuvo precedida de una arenga de Ibarra a su tropa para que se comprometiera en la campaña de recolección de firmas.
Ibarra convocó al referendo cuando la crisis por la tragedia de República Cromañón hacía tambalear su administración y logró así recuperar la iniciativa política. En aquellos días críticos también varias fuerzas de la oposición y abogados de familiares de las víctimas del boliche de Once salieron a juntar firmas para la revocatoria, pero con el correr del tiempo sólo los ibarristas continuaron con esa tarea.
La Constitución porteña establece que para hacer el referendo es preciso contar con el aval del 20 por ciento del electorado; o sea, unas 520 mil firmas. Hasta ahora se juntaron alrededor de 280 mil.
El relanzamiento de la campaña de recolección de firmas que el ibarrismo hizo semanas atrás estuvo fundado en sondeos que indican que no hacer el referendo sería perjudicial para la imagen de Ibarra. Aun cuando no deja de atender esos datos, el jefe de Gobierno tiene la percepción de que el impacto no sería de consideración porque el paso del tiempo terminaría diluyendo el asunto y por eso descartó la alternativa de realizar una consulta popular junto con las próximas elecciones, que en algún momento analizó junto a sus colaboradores.
A la lentitud en la recolección de firmas se suma ahora un nuevo elemento que llevó a los ibarristas a tomar la decisión de concentrar sus principales esfuerzos en la gestión: el aceleramiento de los tiempos electorales a partir del acto del peronismo que Cristina Kirchner y Alberto Fernández encabezaron la semana pasada en Obras. El análisis que hacen en la Jefatura de Gobierno es que las elecciones de octubre próximo ya están instaladas en la agenda porteña y que el referendo quedó relegado a un segundo plano.
En línea con la idea de apostar las fichas a la acción de gobierno, Ibarra ya está definiendo junto a sus íntimos un relanzamiento de su administración e, incluso, un cambio en su estilo político. Quienes trabajan en eso adelantan que habrá novedades en no más de dos semanas, aunque aclaran que no incluirán modificaciones al gabinete.
Ibarra dejó para más adelante los posibles recambios en su elenco de secretarios y ahora buscará darle “visibilidad” a una serie de obras que se empezaron a ejecutar en los últimos tiempos, al tiempo que anunciará nuevos emprendimientos. Sin descuidar otras zonas, el jefe de Gobierno pondrá particular atención en el sur de la ciudad. Aquellos que están al tanto de sus planes confiaron a Página/12 que se dará impulso a la Usina de la Música y el Polo Farmacéutico y que también se preparan iniciativas vinculadas con el Mercado de Hacienda.
En no más de veinte días, Ibarra empezará a reunirse con su gabinete en los barrios. El escenario de la primera reunión será la sede de la ex fábrica Suchard, ubicada también en el sur y adquirida por la ciudad parala instalación de un polo de empresas como parte de una estrategia para desarrollar esa zona siempre postergada de la ciudad. Las reuniones se repetirán después en otros lugares e Ibarra saldrá además una o dos veces por semana a recorrer obras y mezclarse con los vecinos.

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Pese a los esfuerzos, los ibarristas llegaron a juntar 280 mil firmas de las 520 mil requeridas.
 
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