ESPECTáCULOS › EN EL SET DE “DOBLE VIDA”, LA APUESTA
FUERTE DE AMERICA EN EL TERRENO DE FICCION

“Esto es modernoso, no es un culebrón”

“¡Es un auténtico quilombo!”, define Moria Casán al escenario de la tira que comienza hoy, un burdel donde se cruzarán historias de sexo, mafia, farándula y política. Con un amplio elenco y una cuidada dirección de actores, Doble vida pretende meterse en la pelea grande de las ficciones.

 Por Emanuel Respighi

Aunque se trate de un set de filmación, el lugar bien podría ser un auténtico cabaret escondido en alguno de los tantos barrios porteños. Una puerta metálica da paso a un estrecho y largo pasillo de paredes despintadas y alguna que otra maceta con plantas resecas. Al final del corredor, otra puerta revestida con una manta oscura oculta lo que ocurre del otro lado, aunque por la música que llega a filtrarse se intuye que hay clima de fiesta. En el interior del lugar predomina la penumbra. Entre las luces tenues de un galpón reciclado sobresalen el fucsia, el violáceo y el azulado de los tubos de neón que forman diferentes figuras sobre las paredes, mientras que cortinas de plástico de distintivas formas caen desde el techo sin pasar inadvertidas. En el escenario del fondo, un par de chicas con poca ropa bailan entre sí y en su propio mundo, mientras los tragos largos salen de a montones de la barra. A esta altura, ya nadie dudaría de que se está dentro de un burdel, a no ser por los reflectores, cables y cámaras que invaden un lugar en el que la privacidad debería ser la norma primordial. “¡Es un auténtico quilombo!”, dispara Moria Casán, con su naturalidad habitual.
El lugar no es otra cosa que la escenografía principal de Doble vida, la telenovela que desde esta noche América pone al aire de martes a viernes, a las 22.15. Producido por Endemol Argentina, la productora de Martín Kweller (Historias de sexo de gente común, Conecta2), el programa será la principal apuesta de América para esta temporada. El caballito de batalla con el que el canal intentará sumarse a la pelea grande que por estos días se disputan Telefé, el 13 y el 9 por el liderazgo de público. Una tira diaria cuya trama combina tres mundos (poder, prostitución, modelaje) en un interesante cóctel televisivo, al que entusiastas productores y actores coinciden en señalar, sin mucha originalidad, como “una propuesta distinta” a lo que habitualmente se ve en la TV vernácula.
Doble vida cuenta con un elenco acorde y multitudinario para la temática por la que transitará durante los 88 capítulos pautados de emisión. Moria Casán, Jorge Marrale, Patricia Viggiano, Valentina Bassi, Carolina “Pampita” Ardohain, Romina Ricci, Claudia Lapacó, Felipe Colombo, Gonzalo Valenzuela, Bárbara Lombardo, Pamela David, Juana Viale, Esteban Pérez y Sandra Ballesteros son algunas de las figuras que le pondrán color y mucha sensualidad a una trama en la que el sexo será un protagonista de lujo.

Historias alrededor
del burdel
Doble vida comenzará contando tres historias paralelas que posteriormente se irán entrelazando. Por un lado, se cuenta la historia de Leonardo (Marrale), uno de los más reconocidos cirujanos plásticos del país, al que acuden a sus “mágicas” manos políticos, deportistas y figuras del espectáculo. Tocado por el éxito, todo en su vida marcha en paz hasta que una tarde aparece muerta su mujer, Silvia (Patricia Viggiano), en la bañera de su mansión. Las circunstancias de su muerte y la endeble investigación posterior llaman la atención de la opinión pública: nadie duda de que tras esa muerte se esconde un complicado entramado de poder y mafia. Cualquier parecido con la muerte de María Martha García Belsunce... no se trata de mera coincidencia.
Paralelamente, la serie narra la historia de Violeta (Romina Ri- cci), una mujer endeble, desocupada, con un marido en estado terminal y una hermana menor embarazada. Viviendo en la casa de su suegra (Claudia Lapacó) y sin ninguna entrada de dinero, a la joven no le queda más remedio que trabajar de lo que sea, aun a costa de perder su dignidad. Desesperada, Violeta se contacta con Sabrina (Moria Casán), una ex Miss Mundo que tras su trabajo de fotógrafa esconde su verdadero sostén económico: es la madama de un burdel VIP del centro de Buenos Aires. Un cabaret con el que, de alguna u otra manera, todos los personajes se relacionarán, cada uno cargando con su propia historia. “Lo interesante –dice Diego Palacio, director delciclo– es que el sexo en Doble vida es el recurso a partir del cual la serie indagará en las historias de estos personajes. No es un programa de sexo.”

Los ruidos del prostíbulo
La escena no debería ser muy complicada. El personaje que interpreta Moria debe increpar al que hace Ricci para que defina si quiere sumarse a su prestigioso book o no. Sin embargo, una escena que no debería llevar más de dos minutos en realizarse tarda más de una hora. La primera vez no sale porque Moria se traba con una palabra. “Dale que recién es la segunda toma y acá el promedio es de 15 tomas por escena”, apunta en broma el director. Pero no hay caso. En las siguientes tomas, la suerte no cambia: suena un celular, luego un auto toca la bocina, más tarde uno de los reflectores hace un ruido extraño, posteriormente pasa un colectivo y se mete en el sonido... Y hasta un oportuno paseador de perros se queda charlando con un amigo en la calle, mientras los caninos ladran hasta más no poder. “¡¿Pueden callar a esos perros?!”, grita alguien a través de una ventana. Golpe de suerte o puro dominio animal, lo cierto es que el silencio se hace presente por primera vez en una hora. “Por fin”, dice Moria, mientras Betty, su asistente personal, le maquilla el rostro por enésima vez.
Entre toma y toma, el actor Claudio Gallardou sobresale por sobre la veintena de personas que invaden el set. Su ir y venir constante y sus diálogos con actores y camarógrafos tienen su sentido: Gallardou se encarga de la puesta en escena de Doble vida, algo inusual para el medio. ¿Qué se les pide a los actores? “Es poco común que haya un director de actores, además de un director de cámara. Tanto a los actores como a mí nos cuesta un poco. Mi tarea es inducir al actor a encontrar más caminos a los que encuentra siempre; somos dos cabezas pensando y no una sola. Se busca naturalidad para alejarse de los códigos impostados de la telenovela.”
Historias de amor, misterio, drama, poder, suspenso, comedia, sexo... Una trama compleja para una telenovela. “Se trata de un unitario hecho en formato de telenovela”, apunta Ricci. “Es una especie de reality ficcionado y clipeado. No es un culebrón tradicional: no es previsible, ni más de lo mismo. Es un programa modernoso por donde se lo mire”, agrega Moria. ¿Una telenovela de alto contenido erótico? “El sexo está en la vida de todos”, explica Pamela David. “Los casos relacionados con el sexo de Doble vida le pueden pasar a cualquiera”, continúa. “Lo que pasa es que se trata de un tema reservado, puertas adentro. Está bueno que la televisión lo muestre como algo normal. No es real la historia de que la pobre se enamora del rico y se terminan casando. No tengo dudas: Doble vida es más real que lo que muestran las telenovelas.”

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