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La dieta de la inflación

El aumento de precios de los bienes de la canasta básica redujo entre 7 y 27 por ciento desde la devaluación el consumo interno promedio de carne, pollo y lácteos, según un informe de la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco). El trabajo, realizado sobre datos de la Secretaría de Agricultura y del Indec, sostiene que el aumento de precios del 75 por ciento de los alimentos entre 2001 y fines del año pasado generó “una retracción en el consumo de distintos productos que componen la canasta básica de alimentos”. Mientras los argentinos consumieron en promedio 63,5 kilogramos de carne vacuna per cápita durante 2001, esa ración promedio se redujo a 59,1 kilos anuales en diciembre del año pasado, un 7 por ciento menos que entonces. La caída es más abrupta en el caso del pollo, que tenía un consumo promedio anual de 25,7 kilos en 2001 y bajó 21 por ciento, hasta los 20,2 kilos promedio de 2004. El consumo promedio de lácteos experimentó en el mismo lapso una retracción general del 15 por ciento, pero la disminución fue superior en el caso de la leche en polvo (18 por ciento) y los quesos de pasta semidura (27 por ciento), agrega el estudio. El trabajo aclara además que las ventas de alimentos en supermercados medidas por el Indec a precios corrientes aumentaron un 50,5 por ciento desde la devaluación, pero se redujeron un 24 por ciento a precios constantes, tomando en cuenta la inflación.

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