ECONOMíA › PROFETA DEL AJUSTE, SUBIO SU PRESUPUESTO UN 5 POR CIENTO

En el Fondo cada vez se gasta más

Contradiciendo su propia prédica, el ente financiero se porta como una gran burocracia que cada vez gasta más.

 Por Marcelo Zlotogwiazda

“Los maestros en exigir ajuste fiscal, los mayores expertos en presionar por rebajas en el gasto de los Estados, se comportan puertas adentro al revés de la austeridad que propician”, decía el comienzo de una nota publicada en este diario un año atrás, pero que sirve perfectamente para iniciar esta nota sobre el mismo tema, ya que la historia se repite: el Fondo Monetario Internacional volvió a elevar su presupuesto administrativo, esta vez en un 5 por ciento, correspondiendo el grueso del aumento a mayores erogaciones en personal. No quedará al margen, sino que será uno de los más beneficiados su director gerente, el español Rodrigo Rato, que pasará a ganar 443.760 dólares anuales, lo que representa un incremento de casi el 10 por ciento.
De acuerdo al último presupuesto aprobado por el directorio del organismo, que abarca el período mayo 2005-abril 2006 y que aparece publicado en el recientemente difundido Informe Anual, el total del gasto administrativo previsto asciende a 937 millones de dólares, unos 45 millones de dólares más de lo que finalmente se ejecutó en el ejercicio terminado el 30 de abril pasado.
Lo señalado no constituye ninguna rareza, ya que el gasto administrativo viene ascendiendo de manera ininterrumpida desde hace por lo menos un decenio (ver cuadro adjunto), al punto de que en este ejercicio van a gastar el doble que en el finalizado en abril de 1995. Cabe preguntarse qué opinarían los tecnócratas de la institución si uno de sus socios exhibe semejante performance alcista.
La partida para gastos en personal representa más de dos terceras partes del presupuesto total, y en el presente ejercicio recibió un 4 por ciento más que en el anterior, para llegar a los 660 millones de dólares. Las razones que se esgrimen para justificar el aumento son las siguientes:

- “El standard de eficiencia y competencia técnica del staff del FMI tiene que ser el mejor.”

- “El FMI requiere que todo aquel que trabaja para la institución observe los más altos standards de conducta ética, consistentes con los valores de integridad, imparcialidad y discreción que exige el Código de Conducta.”

Se trata sin duda de motivos más que sensatos, que por supuesto bien vendría que la institución acepte esas mismas razones cuando evalúa las políticas de sus prestatarios. ¿Pero se imaginan a Anoop Singh o a Anne Krueger propiciar un aumento en los sueldos de los empleados públicos municipales, provinciales y nacionales de manera de contribuir a una mejora en la eficiencia y a bajar la corrupción?
También resulta lógicamente incuestionable que el Fondo se plantee que “para reclutar y retener al staff altamente calificado que necesita, se han desarrollado sistemas de compensación y beneficios que sean internacionalmente competitivos, de forma tal que compense la buena performance y que tome en cuenta las especiales necesidades de una dotación procedente de muchos países que en general es expatriada”. Y se explica que para lo anterior se ha adoptado como criterio “ajustar los salarios en base a lo que surja de compararlos con los que se pagan en empresas privadas industriales y financieras muy bien seleccionadas de Estados Unidos, Francia y Alemania”. Una vez más, ¿por qué no aplicar el mismo criterio para los empleados públicos de los países que el Fondo monitorea? ¿O es que tal vez en esos casos no les importe demasiado la eficiencia y la transparencia?
Los que no se pueden quejar son los máximos funcionarios del staff, comenzando por Rato, que como se vio va a cobrar 10 por ciento más que un año atrás, y siguiendo por su segunda, la inefable señora Krueger, que recibió un ajuste similar del 9 por ciento y pasará a ganar 327.290 dólares al año; equivale a entre ocho y doce veces lo que el Fondo les paga a los que están en la categoría de choferes. Dichosos de todos ellos, a los que el Fondo –según consta en el presupuesto– les reconoce como mínimo la indexación salarial en base a la inflación de Washington.
Aunque no está previsto un número importante de incorporaciones a la dotación de personal, ésta viene subiendo tendencialmente al punto de duplicarse en los últimos veinticinco años.
El presupuesto administrativo también prevé un alza significativa en el rubro viajes, que pasa de 90 a poco menos de 100 millones de dólares. Y fuera de lo que es gastos corrientes, las previsiones de gastos de capital también apuntan hacia arriba, subiendo de 123 millones de dólares que pensaban destinar a esos fines en el trienio 2005-2007 a 148 millones que piensan invertir en el trienio 2006-2008, a pesar de que ya concluyeron las obras del nuevo edificio.
La nota de hace un año finalizaba señalando que el número de países socios del Fondo es casi el mismo que hace diez años, y textualmente sostenía: “Es decir que si le eficiencia global del FMI se midiera según la proporción del gasto por país, un auditor debería bajarle el pulgar. No obstante sus funcionarios cobran cada año un poco más”.
De todas maneras, esta noticia repetida no es lo peor que hay para objetarle al Fondo.

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Rato volvió a tener aumento casi un 10 por ciento– y ya gana más de 440.000 dólares al año.
 
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