ECONOMíA › LA INFLACION NO SE DETIENE Y LAS VACAS ACOMPAÑAN

Los precios, sin vacaciones

Los números de la inflación de enero superarían lo esperado y no sólo por el turismo, también por alimentos. Economía estudia nuevos controles y los ganaderos más díscolos quieren volver al diálogo.

El Ministerio de Economía estudia nuevas medidas para el control de precios, pero mantendría como base la estrategia de acuerdos por empresa impulsada hasta ahora. Aunque la inflación de enero se mantiene bajo siete llaves hasta el anuncio oficial del próximo viernes, algunos analistas privados creen que podría haber superado el 1,5 por ciento de igual mes del año anterior. Los rubros vinculados al turismo son los que previsiblemente estarán al tope de la lista, pero las alzas se habrían extendido también al rubro alimentos y entre ellos, la carne. En tanto, dos de las organizaciones de productores agropecuarios que el pasado lunes tacharon sus firmas del acuerdo de congelamiento de precios, la Sociedad Rural y Carbap, se manifestaron dispuestas a reanudar el diálogo, pero eludiendo al secretario de Agricultura, Miguel Campos, a quien acusan de haberles prometido una baja de las retenciones.

La suba de precios habría continuado en enero por encima de las expectativas oficiales ubicándose entre el 1,3 por ciento y el 1,6 por ciento, lo que obligaría al Ministerio de Economía a tomar nuevas medidas para complementar la estrategia de acuerdos de precios. De acuerdo a fuentes de la cartera que conduce Felisa Miceli, el anuncio del pasado viernes sobre la creación de un registro para la autorización previa de las exportaciones cárnicas, se enmarca en el nuevo paquete y podría hacerse extensivo a otros bienes de consumo masivo, como los lácteos. Así, al control de exportaciones se agregarían retenciones móviles, un instrumento que en el pasado dio buen resultado para estabilizar los precios internos de los combustibles en un contexto de alza internacional del petróleo.

El dilema de Economía es mantener bajo control los precios locales sin alterar al mismo tiempo el nivel de exportaciones. Una baja de las ventas al exterior afectaría negativamente las cuentas externas. Aunque la restricción por el lado del balance de pagos no está en el horizonte de 2006, sí se prevé que las importaciones sigan aumentando. Cualquiera sea el escenario, el superávit de la cuenta corriente sigue tendiendo a reducirse, por eso la preocupación para que las medidas de control de precios no afecten las cantidades exportadas. Siempre según las fuentes, las retenciones móviles serían el instrumento ideal por su “carácter correctivo transitorio”. Este carácter “móvil” significa que una alícuota mayor comenzaría a actuar y a partir de determinado nivel de precios internos, por ejemplo, en el caso de las carnes bovinas, los pagados por el kilo vivo en el Mercado de Liniers S.A. De la misma manera, la mayor alícuota dejaría de actuar frente a la baja de precios, de allí su carácter de “corrector automático” del valor interno.

En este contexto, las entidades del agro de sesgo más liberal o conservador, las mismas que el pasado lunes tacharon su firma del acuerdo de congelamiento suscripto por una parte de la cadena cárnica, se manifestaron dispuestas a “retomar el diálogo” con el Gobierno.

Analía Quiroga, la vicepresidente tercera de Carbap, quien saltó súbitamente a la fama luego de acusar al Presidente de “falta de materia gris”, se mostró este domingo sumamente conciliadora. “Tenemos que poner nuevamente el diálogo arriba de la mesa, con humildad y sin rencores”, sostuvo. “Yo como ganadera, quiero que la gente siga comiendo carne, pero también no quiero desperdiciar la oportunidad de colocar la mejor carne del mundo en los mercados del mundo”, agregó alineándose con las demandas de Economía. En rigor, la producción de carne aumentó en 2005 en 100 mil toneladas, pero las exportaciones lo hicieron en 170 mil, con lo que el consumo interno cayó en 70 mil toneladas. Quiroga hizo también una autocrítica sectorial por el estancamiento del stock ganadero durante las últimas tres décadas. “La producción ganadera es un ciclo largo que debemos preservar. Cometimos errores durante 30 años y por eso llegamos a este cuello de botella”, reconoció.

En cuanto a la amenaza de su entidad de realizar un lockout en la comercialización de animales, la dirigente dijo que “no se irá a un paro porque aún hay muchas instancias previas”, concluyó.

Por su parte, la Sociedad Rural Argentina (SRA) también se mostró dispuesta a retomar el diálogo, pero aclarando que no quieren hacerlo con el secretario de Agricultura, Miguel Campos sino directamente con Felisa Miceli y Néstor Kirchner. La oposición a su figura por parte de los sectores más liberales de la dirigencia ruralista es para Campos, en el actual contexto, el mayor apoyo político para mantenerse en su puesto.

Hugo Biolcatti, vicepresidente de la SRA, opinó que “el Presidente está anunciando una política de diálogo y nosotros tenemos la misma vocación”. “Hubo extralimitaciones en lo que se podía ofrecer por el afán de lograr un acuerdo, pero me parece que la actitud del Presidente es la de sumar con cada uno de los sectores y encabezar la lucha del flagelo de la inflación. Nuestra intención es acompañar en el proceso”, afirmó. Sobre la supuesta oferta de baja de retenciones que habrían recibido antes del cortocircuito del pasado lunes, Biolcatti acusó a Campos. “No tengo dudas de que el secretario Campos conocía perfectamente la oferta que se nos prometió y no así la ministra”, concluyó.

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El Gobierno prepara nuevas medidas para controlar los precios, que siguen en alza.
 
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