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Los ganaderos protestan, en Senasa paran y Liniers sigue sin solución

Las nuevas restricciones a las operaciones de hacienda en Liniers no lograron impedir otra suba en el precio. Los ruralistas se movilizaron en Salliqueló. Paro de 24 horas de los trabajadores de Senasa.

El problema de la carne parece no lograr salir del cono de sombras. Ayer, mientras en Liniers el mercado de hacienda volvía a ser testigo de una pequeña suba en los precios promedio, pese a la implementación de la prohibición de las ventas al oído, varias decenas de productores protagonizaban la primera protesta callejera contra la restricción a las exportaciones de carnes, con una marcha efectuada en la localidad de Salliqueló, en el oeste bonaerense. Gobierno y sector privado no encuentran todavía un espacio de negociación para compatibilizar un mecanismo que garantice una baja de precios al mercado interno, en tanto las condiciones de la oferta siguen enfrentando nuevas complicaciones: ayer, un paro por 24 horas convocado por empleados de Senasa por un reclamo salarial impidió la realización de controles sanitarios en frigoríficos y a los animales en el campo, lo cual podría llegar a afectar el normal abastecimiento de la carne en estos días.

Jorge Ravetti, titular de ATE-Senasa, el gremio que agrupa a los trabajadores de esta repartición, señaló que la paralización de actividades y controles en frigoríficos y puertos “también afectará la normal comercialización de granos, carnes y otros productos frutihortícolas”, en especial los procedentes de establecimientos alejados de los centros de comercialización. Los trabajadores del Senasa admitieron que la paralización de actividades, que comenzó a las 10 de ayer en Liniers para extenderse durante 24 horas, “podría provocar desabastecimiento de carne vacuna en el mercado interno”. El conflicto se desató, según explicó el gremio, por “la demora en las negociaciones paritarias”.

Convocados por la Sociedad Rural de Salliqueló, decenas de productores marcharon ayer por las calles de esta ciudad, a unos 600 kilómetros de la Capital Federal, para protestar por la prohibición de exportar carne por seis meses y denunciar “los reiterados aprietes del Gobierno a los productores que comenzaron, cuando aumentó la carne, con las retenciones y continuaron con el freno a la exportación”, manifestó el titular de la entidad que convocó a la marcha, Hugo Jenjo.

Un tercer ámbito en el que se reflejó la temperatura del sector fue el mercado de Liniers, en el que el Gobierno no acierta a imponer políticas que reflejen una mayor transparencia. A pesar de una oferta algo superior a los niveles normales para un día lunes, con un ingreso de 5653 animales al mercado, los valores promedio aumentaron con respecto a los registrados el jueves, última jornada de operaciones. Por el feriado del viernes, se esperaba para ayer una mayor entrada de hacienda con respecto a la que finalmente se registró.

El índice Novillo se ubicó 2,6 por ciento por encima del nivel del jueves. Sin embargo, las distintas categorías de animales mostraron variaciones que oscilaron entre bajas cercanas al 1 por ciento en la cotización del kilo vivo de vacas y novillitos, y subas del 2 al 5 por ciento en vaquillonas y terneros.

Ayer fue el primer día en el que el mercado operó sin las ventas de ganado “al oído”, es decir, aquellas que se pactan entre comprador y vendedor sin subasta pública. La intención del Gobierno, al suspender este tipo de operaciones durante 60 días, es neutralizar el supuesto manejo de las cotizaciones promedio a través de ventas que, sin pasar por una puja entre compradores, igual inciden en los valores promedio que salen luego publicados. Como el mercado de Liniers sigue siendo el ámbito de referencia para el sector, más allá de que sólo pasen por allí menos del 15 por ciento de la compraventa de hacienda que se realiza diariamente en todo el país.

El presidente del mercado, Roberto Arancedo, afirmó que la plaza ganadera opera con normalidad y no se vio afectada por la prohibición de utilizar la modalidad “al oído”. El titular de la corporación abogó por la reducción por seis meses del peso mínimo de los animales para faena, lo que a su juicio ayudaría a que se mantenga la oferta. Por otra parte, Arancedo estimó que la adopción de un mercado electrónico para reflejar la cotización de la hacienda en las operaciones en remates y ferias “es muy difícil de adaptar, ya que no hay valores índices como en porcinos o lanares”.

En medio de los tironeos, la provincia de Córdoba le pidió a la Nación que se exceptúe de la prohibición de exportar carne a los cinco frigoríficos de la provincia que operan con la cuota Hilton. Adriana Nazario, ministra de Producción y Trabajo, propuso que los mismos puedan extender sus ventas a otros mercados y destinar parte de los animales faenados con ese fin al mercado interno a valores más accesibles.

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Pese a la buena entrada, Liniers volvió a operar en alza en las categorías más buscadas.
 
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