ECONOMíA › PRESENTAN UNA NUEVA MEDICION DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO

El 38,6% del producto va al trabajo

La distribución del ingreso sería mejor de lo que se suponía hasta ahora, según la nueva medición que estimó el Indec.

 Por Raúl Dellatorre

La participación de las remuneraciones al trabajo en el total del valor agregado bruto de la economía alcanzó al 38,6 por ciento en el año 2005, aumentando 4,3 puntos porcentuales con respecto al nivel del año 2003. El dato surge de una nueva estimación estadística elaborada por el Indec, denominada “Cuenta de Generación del Ingreso e Insumo de mano de obra”, que se publicó ayer por primera vez y que tendrá, de ahora en más, una frecuencia de publicación anual. La proporción del ingreso que queda en manos de los trabajadores está, todavía, por debajo de los niveles alcanzados entre 1993 y 1995 (del 44,7% al 40%) y entre 1999 y 2001 (del 40,7% al 42,1%), aunque en esta última etapa sobre un producto bruto total en reducción, en medio de una brutal recesión.

El nuevo estudio del Indec sobre generación y distribución funcional del ingreso abarca el período 1993-2005. El Ministerio de Economía recordó ayer que “esta información dejó de ser elaborada en 1974 y, desde entonces, no fue actualizada”. Los análisis sobre distribución del ingreso se basaban, hasta ahora, en estimaciones privadas, tomando fuentes diversas. Es decir, con escaso rigor científico. La construcción de la nueve serie, bajo nuevos parámetros metodológicos, presenta tres componentes del ingreso:

- Remuneración al Trabajo Asalariado, que incluye las retribuciones de todo trabajador en relación de dependencia, registrado o no, más las contribuciones sociales de los empleadores;

- Excedente Bruto de Explotación, que es la suma de retribuciones a los activos de las empresas constituidas como sociedad (utilidades, intereses, renta patrimonial, etcétera). Incluye la renta imputada por el uso de la vivienda propia, la amortización del capital.

- Ingreso Bruto Mixto, que es el excedente o saldo contable no contemplado en ninguno de los dos componentes anteriores. Como tal, representa los ingresos de las empresas no constituidas como sociedad, de las propiedades de los miembros de un grupo familiar, de los trabajadores autónomos y todo otro que no se desempeñe en relación de dependencia. Se lo llama mixto porque incluye tanto retribuciones al trabajo como al capital.

En cuanto a los resultados de la serie 1993-2005, se observa que la evolución de la participación de la Remuneración al Trabajo tiene un primer período de baja, hasta 1997 (llega al 37,1%), luego un crecimiento hasta 2001 (toca el 42,1%), una abrupta caída con la devaluación del 2002 (al 34,6%) y una paulatina recuperación del 2003 en adelante (pasa del 34,3% en ese año al 36,1% en el 2004 y 38,6% en el 2005). Es decir que la participación de la remuneración al trabajo en el valor agregado bruto, medido a precios corrientes de mercado (sin deflacionar), recuperó el año pasado su nivel de 1998, último año de crecimiento previo a la crisis. Pero todavía estaría por debajo de los niveles de la primera mitad de los ’90.

En su comentario a la nueva serie estadística, la cartera económica destaca que “el actual proceso expansivo, con tasas promedio del 9 por ciento, viene acompañado por un incremento de la participación de los asalariados sobre el producto bruto interno, mientras que durante los años de crecimiento de la década pasada (1993-1998), la participación fue claramente decreciente”.

Economía explica también que el crecimiento de la participación del trabajo asalariado en el período 1998/2001, del 38,3 al 42,1 por ciento del producto, se produjo durante una etapa “signada por la recesión económica y por una leve deflación”, y en buena medida la aparente redistribución progresiva del ingreso entre el capital y el trabajo “se explica por la caída en las ganancias de las empresas radicadas en el país”. Esto se ve más claramente en los datos del año siguiente –2002–, en el que, pese a que continuó la caída del producto hasta llegar a su piso más bajo, por efecto de la devaluación hubo una recomposición de precios relativos entre los valores de venta de los productos y los salarios que provocó que el trabajo perdiera, en un solo año, 7,5 puntos (42,1% al 34,6%) y el capital ganara más de 10 puntos (del 41,8% al 51,9% del producto).

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El trabajo mejoró la participación en el ingreso a partir del 2004.
Imagen: Jorge Aloy
 
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