ECONOMíA › CRIADORES Y JUGADORES INVOLUCRADOS EN MANIOBRAS DE EVASION

Caballos de polo en la mira del fisco

La Aduana investiga la exportación de caballos de polo declarados a valores irrisorios, propios de un pony de los bosques de Palermo. Las maniobras apuntaban a pagar menos impuestos. El organismo fijó precios de referencia de 15 mil dólares por animal.

 Por Maximiliano Montenegro

La Aduana tiene en la mira al selecto mundillo del polo. El organismo abrió una investigación porque sospecha que las exportaciones de caballos de polo desde la Argentina son declaradas a valores irrisorios, propios de un pony de los bosques de Palermo, para pagar menos impuestos. También se detectaron operaciones de triangulación: equinos vendidos a Francia en 2 mil dólares fueron al mes reexportados a Inglaterra 6 a 10 veces más caros. Por eso, la Aduana fijó en 15 mil dólares el precio mínimo de exportaciones de los corceles. Toda operación a un valor menor será investigada en el país y en el extranjero. En las maniobras estarían involucrados criadores, pero también jugadores que en muchos casos son dueños del negocio.

La Argentina es reconocida mundialmente como cuna del polo, tanto por la calidad de los jugadores como por la excelencia de los caballos. Desde la devaluación, las exportaciones de caballos de polo fue in crescendo, siendo los principales destinos Europa (55% del total de ventas), Estados Unidos (26%), los países árabes y el sudeste asiático. Sin embargo, los valores exportados todavía son bajos: en el 2005 fueron 4,3 millones de dólares; y en los primeros nueve meses de este año, 4,2 millones.

La crianza y el adiestramiento de un caballo de polo demanda tiempo y recién a la edad de 5 a 8 años puede estar listo para la venta. En general los precios de venta en el exterior pueden oscilar como mínimo entre 5 mil y 7 mil dólares para animales sin grandes aptitudes. Los animales con buenas perspectivas y entrenamiento parten de los 10 mil dólares. Los más caros son aquellos jóvenes y veloces, que giran rápido y frenan bien. Pero la clave está en el adiestramiento.

En muchos casos son los propios jugadores los que a su vez crían, porque al entrar al circuito pueden vender una cadena cerrada que engloba caballo, equipo y petisero.

Las operaciones promedio de exportación registradas en la Aduana rondan los 2 mil dólares. Pero hay ventas declaradas en menos: 500 dólares, más propias de un pony de los bosques de Palermo o de un matungo de las sierras de Córdoba. El organismo fiscal también detectó operaciones de triangulación: ventas a Francia que luego se reenvían a Inglaterra, el verdadero mercado, multiplicando hasta diez veces el valor de origen.

“Una de las formas utilizadas en la comercialización consiste en que el importador extranjero visite las estancias de los criadores y pueda elegir y probar los caballos que desee comprar. Con posterioridad, dicho importador es contactado con quien presta el servicio de traslado del animal (por avión) y se ocupa de los trámites y obtención de toda la documentación pertinente”, dicen los informes oficiales. “La información colectada revela que ese comprador extranjero estaría adquiriendo el caballo en la Argentina a un valor sensiblemente superior al declarado ante la Aduana”, agregan. Estas maniobras de subdeclaración de exportaciones apuntan a pagar menos derechos de exportación (retenciones) y también declarar a la AFIP menores ganancias.

Como parte de las actuaciones para reforzar los controles, la Dirección de Aduanas dictó la resolución 17/2006, que fijó un valor de referencia de exportación de los animales de polo en 15 mil dólares. Toda operación por un valor inferior será investigada, no sólo en Buenos Aires, sino también en Estados Unidos y Europa, a cuyas aduanas se libró ya la documentación bajo sospecha.

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Desde la devaluación, las exportaciones de caballos de polo fue in crescendo.
 
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