ECONOMíA › LA APERTURA DE PASES SE INSTRUMENTARIA DESDE JUNIO

Otras claves de la reforma

Antes de abrirse el período de libre traspaso se anunciará que los aportes a las AFJP subirán al 11 por ciento. Además, se actualizará el salario para calcular la jubilación en reparto.

 Por Maximiliano Montenegro

En los despachos oficiales ya empezaron a definirse algunas cuestiones esenciales de la anunciada reforma previsional. Aunque no le fijan plazos, en el Gobierno esperan que el Congreso apruebe en marzo el proyecto de ley, que será enviado en las próximas horas para su tratamiento en sesiones extraordinarias. Sin embargo, la opción por 180 días para que los afiliados a las AFJP puedan optar si volver al sistema de reparto se abriría recién hacia junio, después de que el Ejecutivo reglamente la norma. Antes de abrirse la libre opción, la Anses informará a cada aportante del sistema previsional cuáles son las mejores alternativas de acuerdo con su situación personal (edad, nivel salarial, aportes realizados, etc.). Y, además, se anunciarán dos medidas clave.

En primer lugar, el aporte a las AFJP, que actualmente es del 7 por ciento del salario, será elevado al 11 por ciento, equiparándolo con el aporte al sistema público de reparto. La rebaja de aportes al sistema privado fue dispuesta por Domingo Cavallo en el 2001, en plena recesión, en un intento desesperado por mejorar los salarios de bolsillo con los recursos que los propios trabajadores debían reservar para su jubilación. Ahora es imprescindible reconstituir el aporte del 11 por ciento, no sólo para emparejar la situación con el sistema público, sino fundamentamente porque con el actual nivel de aportes las futuras jubilaciones privadas serán raquíticas. Los propios técnicos de las AFJP reclaman esta medida, conscientes de que la situación actual sólo agravaría el desprestigio del sistema privado.

El Gobierno anunciará la suba de aportes al sistema de capitalización antes de la etapa del libre traspaso, para que los afiliados cuenten con toda la información disponible. Sin embargo, dicho aumento sólo se aplicaría –por decreto– una vez cerrada la opción, es decir seis meses después. Los funcionarios esgrimen sofisticados argumentos técnicos para justificar la postergación, pero lo cierto es que, antes de las elecciones de octubre, el presidente Kirchner no quiere saber nada de una decisión que, en la práctica, encogerá –aunque levemente– los sueldos de bolsillo de más de 5 millones de aportantes regulares a las AFJP.

La segunda novedad importante es un mecanismo de actualización en el cálculo del haber previsional del sistema de reparto. Hoy las jubilaciones en reparto se calculan en base al salario promedio de los últimos 10 años. En un contexto inflacionario, esta metodología deprime fuertemente las jubilaciones. Un sueldo de este año quedará totalmente desactualizado dentro de 10 años, y aun así se promedia en el cálculo sin ningún ajuste, con lo cual enflaquece el monto del salario base al momento de jubilarse. En 1994, cuando la “ley de (in)solidaridad previsional” creó las AFJP, borró el “82 por ciento móvil” y estableció el nuevo método de cálculo de las jubilaciones en el sistema público, reinaba la convertibilidad y la inflación era tendiente a cero.

Todavía no está definido qué índice se utilizará para actualizar los salarios de los últimos 10 años al momento de jubilarse. Pero esa información también se conocerá antes del período de pases.

Hasta tanto no esté lista la ley y la reforma en marcha, ningún funcionario de rango emitirá opinión sobre qué es más conveniente, si quedarse en una AFJP o regresar al sistema de reparto, entre otras cosas, porque esa decisión dependerá de la situación particular de cada aportante.

Sin embargo, ya empieza a esbozarse un panorama de grandes grupos a los que convendría uno u otro sistema:

- Si se está a menos de 10 años de jubilarse la mejor opción sería reparto. Y lo mismo para el caso de los empleados con sueldos bajos, o aportes irregulares, para quienes la garantía estatal de la jubilación mínima o la posibilidad de ser cubiertos por la “jubilación por moratoria” –-casi un seguro social universal– ofrecería mayor tranquilidad.

- En cambio, para sueldos altos la mejor opción sería capitalización.

- Los primeros borradores técnicos hablan de que para sueldos mayores de 3500 pesos la opción segura sería una AFJP, y para sueldos inferiores, reparto. Sin embargo, otro factor determinante es la edad: cuanto más joven, mayor atractivo ofrece una AFJP. Pero siempre desde un piso salarial que no bajaría de los 2000 pesos.

Compartir: 

Twitter

En el Gobierno esperan que el Congreso apruebe en marzo la reforma previsional.
 
ECONOMíA
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.