ECONOMíA › MICELI EVALUA OPCIONES PARA RECUPERAR LA CREDIBILIDAD DEL ORGANISMO

Otro escalón en la batalla del Indec

Miceli le aceptó la renuncia al titular del Indec, Lelio Mármora, y nombró en su reemplazo “en forma transitoria” a Mario Krieger, el número 2. La ministra quiere concursos públicos. Moreno se opone.

La ministra Felisa Miceli le aceptó ayer la renuncia como titular del Indec a Lelio Mármora y designó en su reemplazo, aunque en forma “transitoria”, a Mario Krieger, quien se desempeñaba hasta ahora como subdirector del organismo. Krieger es un funcionario de buena llegada a la Jefatura de Gabinete, que durante el último mes avaló la intervención política del Indec por parte de funcionarios leales el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. De ahí que su designación no calmará las aguas dentro del Instituto: ayer, los empleados enrolados en ATE se mostraban muy críticos de la actuación del nuevo director en los últimos tiempos.

Sin embargo, todavía queda abierto el interrogante de cómo se dirimirá la puja entre Miceli y Moreno respecto del Indec. La ministra de Economía, en coincidencia con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, considera que más temprano que tarde habría que llamar a concursos públicos para cubrir los principales cargos técnicos dentro del Indec, como el camino más lógico para recuperar la dañada reputación del organismo y disipar las sospechas sobre las estadísticas oficiales. En esta línea, también, se evalúa la posibilidad de nombrar a un “consejo de notables” que garantice la transparencia de la institución. Moreno, en cambio, es de la idea de que las áreas críticas del instituto, como la estratégica dirección de precios, deberían continuar intervenidas por funcionarios leales a la gestión kirchnerista, en especial en un año en que, elecciones mediante, las presiones inflacionarias se harán sentir.

Como se recordará, el Gobierno desplazó a principios de enero a Graciela Bevacqua, a cargo de la dirección de precios al consumidor, y la reemplazó por Beatriz Paglieri, una funcionaria de carrera del Ministerio de Economía, que reporta directamente a Moreno. Luego, Graciela Trabuchi, directora nacional de estadísticas de condiciones de vida y jefa de Bevacqua, solicitó su desafectación del cargo, en solidaridad con Bevacqua y en desacuerdo con los cambios metodológicos introducidos al IPC (Indice de Precios al Consumidor) para moderar las alzas de precios.

En el medio, Paglieri incorporó un cambio metodológico en los procedimientos de cálculo –sobre todo en relación a la medicina prepaga, el turismo y los productos frescos–, con lo cual la inflación de enero y febrero fue bastante menor a la esperada e inferior al año pasado: 1,1 y 0,3 por ciento, respectivamente.

Desde que estalló la polémica en el Indec, con la difusión del controvertido 1,1 por ciento como índice de inflación de enero, Mármora se había alejado del edificio de Diagonal Sur, aduciendo una licencia médica por un pico de hipertensión. Pero sólo el viernes pasado presentó su renuncia, y recién ayer Miceli se la aceptó formalmente. Así, durante el último mes fue Krieger quien manejó la burocracia del Indec, en consulta permanente con Miceli y Moreno.

Hacia el mediodía, después de que Economía anunciara la designación de Krieger “en forma transitoria” al frente del Indec, Miceli se reunió con él para “evaluar la situación del organismo”. Krieger es licenciado en Ciencia Política y en Administración Pública. Además es profesor adjunto regular de la asignatura Sociología de las organizaciones en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y asesor en la Subsecretaría de Gestión Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Entre otras publicaciones es el autor de Sociología de las organizaciones - Una introducción al comportamiento organizacional y de Análisis comparativo de las estructuras administrativas migratorias de América del Sur y modelo de propuesta de modernización administrativa migratoria.

Al igual que su predecesor, Krieger había sido designado como director adjunto del Indec por el ex ministro Roberto Lavagna, y los trabajadores de la institución dicen que en realidad siempre formó un equipo con Mármora. Sin embargo, a diferencia de éste, tejió un buen diálogo con la Jefatura de Gabinete y colaboró para que la intervención política de las áreas más sensibles del organismo no fuera todavía más caótica de lo que fue. Krieger mantiene, además, un buen diálogo con la dirigencia de UPCN, el gremio estatal que en los ’90 se alineó con el menemismo y hoy sintoniza con Alberto Fernández.

Pero, más allá de esos vínculos, todo pareciera indicar que la mayoría de los empleados del organismo, afiliados a ATE, continúa en estado de alerta. Ayer, el delegado Daniel Fazio sostuvo que el reemplazo de Mármora no es la solución, “ya que lo que hace falta es el descongelamiento de vacantes y la designación de personal a través de concursos”.

Miceli considera que ése es el camino para recobrar la reputación del Indec y que dichos concursos podrían prolongarse más allá de seis meses. También evalúa la designación de un “Consejo de Notables” como asesor y aventar así las sospechas sobre las estadísticas oficiales.

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El futuro del Indec depende de cómo se resuelva la puja entre Miceli y Moreno.
 
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