ECONOMíA › EL DESPLAZADO SUBSECRETARIO ARREMETE CONTRA RICARDO JAIME

“No debería estar en el Gobierno”

Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial, critica con dureza a su ahora ex jefe. Cuestiona la política de subsidios, la negociación con Aerolíneas y la historia de Lafsa.

 Por Cledis Candelaresi

El flamante ex subsecretario de Transporte aerocomercial, Ricardo Cirielli, conoció a Néstor Kirchner hace un par de décadas, cuando el ex presidente frecuentaba la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires. A poco de quedar fuera del organigrama estatal después de cuatro años y medio, tomó distancia del Gobierno embistiendo duramente contra el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. En diálogo con Página/12 adelantó que ampliará las denuncias contra su ex jefe en la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas.

–¿Usted está afuera o dentro del Gobierno?

–A mí oficialmente nadie me comunicó que estuviera afuera, por lo tanto me considero adentro.

–¿Pero le interesa ser parte de un Gobierno que mantiene un funcionario que usted sospecha de corrupción?

–Yo no lo acuso a Jaime de corrupto. Pero él tiene 18 causas judiciales, varias iniciadas por la Sigen. La Justicia definirá si lo es o no.

–¿Cuál fue su principal diferencia con Jaime durante la gestión?

–Es un mediocre, que se rodea de inútiles y no conoce nada de política. Lo único que hizo durante estos cuatro años y medio fue aplicar una política de subsidios, incluso en áreas que no lo necesitaban.

–Ese funcionario fue ratificado por la nueva gestión.

–Eso debería responderlo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En un país en serio no puede haber funcionarios como Jaime.

–¿Cuáles son los subsidios que se otorgan pero no se deberían dar?

–En el transporte aéreo hay un informe técnico que explica por qué no deberían subsidiarse, por ejemplo, destinos como El Calafate, que es muy rentable. Las subvenciones deberían ser la excepción y no la regla.

–¿El caso de Lafsa (la aerolíneas estatal que nunca voló) puede ser un ejemplo en este sentido?

–Yo no entiendo por qué no se dio de baja y se cerró definitivamente esa compañía cuando Julio De Vido dijo que ya no existía más. Todavía no se aprobaron los tres últimos balances de Lafsa y, en un acto irregular, dos meses atrás los trataron de aprobar juntos sin la firma del ministro.

–¿Y qué piensa de De Vido?

–Con él no nos vimos mucho.

–¿Usted sigue siendo kirchnerista?

–Yo apuesto por un proyecto de país, con Kirchner o con quien fuera. Estoy en desacuerdo con cosas que hizo el Gobierno en algunas áreas. Cuando tenga más libertad para hablar voy a comentarlas. Por ahora sólo puedo referirme a los proyectos para mejorar el transporte aéreo que quedaron truncos, como el que penaliza a las aerolíneas por la mala calidad del servicio o el que otorga beneficios impositivos para estimular al sector, pero evitando el pago de subvenciones. Tampoco se avanzó en la conformación de la Anac (Administración Nacional de la Aviación Civil) y habría que investigar por qué Jaime pagó un contrato de consultoría de varios millones de dólares a la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional) y después ignoró las recomendaciones. El Orsna, encargado de cobrar el canon a Aeropuertos Argentina 2000, quedó fuera de la Anac y bajo la órbita de Transporte, posiblemente para manejar los fondos fiduciarios que se formen para hacer obras con ese dinero.

–¿Y qué había recomendado la OACI?

–Que se unificaran las funciones de mi subsecretaría, del órgano de control de aeropuertos y del Comando de Regiones Aéreas en un solo organismo con independencia económica y jurídica. El secretario modificó el proyecto de decreto, le sacó el Orsna y ahora, con una resolución que firmó estos días se atribuye más poderes, quitándoselo al futuro administrador. ¿Será que quiere manejar todo el dinero del transporte aéreo que hasta ahora no pudo porque yo se lo impedí?

–¿Es posible que un secretario tenga esas prácticas y el Ejecutivo no lo sepa?

–Yo creo que no. Muchas de las cosas que hace Jaime las sabía perfectamente el ex presidente, a quien se iba a reportar todas las noches.

–¿Usted puede dar un ejemplo de acción irregular en Transporte?

–Después de que fracasó la gestión de Air Europa para comprar Safe Fly (una aerolínea que tiene estructura pero aún no está operativa), Jaime no le autoriza vuelos regulares aunque la empresa cumple con las condiciones para conseguirlo. No se puede usar un cargo público para dirimir cuestiones privadas. Otro es que muchos empresarios del transporte lo iban a visitar por las noches e ingresaban por los ascensores reservados a los funcionarios. Es por lo menos sospechoso.

–La Oficina Anticorrupción le impidió ocuparse de Aerolíneas Argentinas por la presunta “animosidad” contra la compañía.

–En un fallo inédito, la Oficina Anticorrupción me apartó del tema no por corrupto sino por haber denunciado corrupción en la empresa y esto me impidió impugnar los balances e intervenir en las definiciones que involucraran a la empresa. No me equivoqué y la realidad es que el servicio que hoy presta Aerolíneas Argentinas luego de la gestión de Marsans es lamentable.

–El Gobierno desistió de una denuncia penal por malversación de recursos que la Sepi le dio a Marsans y resolvió aumentar la participación accionaria en la compañía.

–Yo nunca hubiera recomendado que el Estado incrementara la participación en la compañía sin analizar antes los ilícitos que se cometieron y sin obligar a los accionistas a hacer las inversiones comprometidas. Cuando el Estado hace eso y aprueba balances irregulares se transforma en cómplice.

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“Es un mediocre, que se rodea de inútiles y no conoce nada de política”, dice Cirielli de Jaime.
Imagen: Télam
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