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Luz del candil que se extingue

 Por José Luis Livolti *

Como una suerte de candil que se les va extinguiendo al calor de declaraciones altisonantes que nada tienen que ver con la realidad, hasta apelando a las más burdas mentiras de la mano de la prensa que fustiga una ley de medios que acerca esas empresas a reglas democráticas, va feneciendo el protagonismo político de la propuesta corterrutista y tractorizante-destituyente de la contradictoria y envuelta en su propia crisis “Mesa de Enlace”.

Tendrán que agudizar la imaginación para seguir luchando contra los todavía tenues e insuficientes amagues del Gobierno en pos de la distribución de la riqueza. Pero en función de no subestimar a una burguesía que siempre ha dado muestras de ser hábil y su intacta capacidad de generar consensos, hay que prestar atención, en su justa medida, a las declaraciones de una insignificante intelectual “productora” de 700 hectáreas de la zona de Azul (artículo publicado en Página/12, domingo 30-09-09). La expresión más salvaje de vieja-nueva oligarquía propone ahora un cambio de gobierno, al que ella no llama golpe de Estado, sino simplemente “Grito de Libertad”. Nada más parecido y emparentado con las propuestas de la Medialuna boliviana, o de los objetivos del golpista descarado Micheletti, de Honduras, o cualquiera de los sueños destituyentes que caracteriza a cada una de las clases dominantes en Latinoamérica cuando en estos tiempos no son gobierno.

Lo más lamentable es que estas propuestas que salen a la luz, con nombres y apellidos de los “cuadros que integrarían el futuro gobierno libertario colegiado” en una suerte de gabinete, incluyen nombres que son visualizados por estos sectores, retrógrados y fascistas, como potables para integrar dicha patriada: Aguad, Sanz, Morales, Esteban Bullrich, Macri, De Narváez, Fernando Iglesias, incluyendo el nombre de Claudio Lozano para querer legitimarse con alguna cuota de progresismo.

Este intento de aumento de la virulencia (De Angeli utilizando los oligopolios mediáticos para amenazar una vez más al Gobierno) de la lucha destituyente encuentra a la Federación Agraria inmersa en una suerte de contradictoria crisis. Ulises Forte, el otrora gauchito pampeano hoy “diputado del campo”, intenta sostener en forma infructuosa un discurso progresista desde la férrea unidad con Biolcati y Llambías. Y debatiendo en escenas de casi pugilato (Hotel Bauen) con sus compañeros federados. Su perfil gorila-progresista es sostenido por Eduardo Buzzi, que imaginamos que por estas horas se debate (o no tanto) en seguir para adelante con sus propias aspiraciones de ser candidato a un cargo mucho más importante que el de diputado nacional en el 2011 o volver a ser uno de los referentes del campo popular. Pero de ese espacio defeccionó sin ponerse colorado y al que difícilmente pueda volver, ya sea porque sus inclinaciones de clase lo tracionan, como porque sus ex compañeros de ruta se lo impidamos definitivamente.

Más allá de todo esto está el verdadero campo, que intenta con magros resultados hasta ahora construir la unidad política y social que le permita aparecer y disputar un proyecto de verdadera distribución de la riqueza. Con un programa de reformas que atienda que hay un capitalismo en crisis que marca la necesidad de pensar un modelo superador al del monocultivo sojero, en línea con experiencias políticas de transición del actual modelo que coinciden en la búsqueda de una auténtica soberanía alimentaria.

Hasta el momento el Gobierno no parece adherir a esa posibilidad, más bien sigue dando acabadas muestras de su perfil de insuficiencias y de perseguir aquella quimera de instaurar un capitalismo bueno, equitativo y de Estado de Bienestar. La dinámica de los acontecimientos futuros, más tarde o más temprano, lo pondrá en la disyuntiva de optar por radicalizar medidas de tipo social y más a tono con lo que esboza la integración latinoamericana en sus propuestas más avanzadas. Esto es: cambios profundos en la línea del ALBA, Banco del Sur, democracia participativa, reforma agraria, nacionalizaciones, o su resignación ante la derecha destituyente y protofascista profundizadora del neoliberalismo. Tal decisión deberá ir de la mano de una herramienta política acorde y los espacios sociales necesarios para lograrlo. No sólo los pequeños productores y campesinos, sino el conjunto de los afectados por el andamiaje del modelo capitalista neoliberal en la Argentina precisamos transitar el camino de los cambios estructurales profundos.

* Coordinador del Movimiento Campesino Liberación, corriente interna de la Federación Agraria Argentina.

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Imagen: Bernardino Avila
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