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Por Mario Cafiero *

Las últimas medidas del gobierno nacional, respecto de liberar la salida de divisas, atentan gravemente contra el interés nacional y sólo persiguen dejar condicionada la gestión del próximo gobierno popular. Un gobierno de “transición”, que supuestamente está por irse, no debería insensatamente facilitar la fuga de divisas sino que, por el contrario, debería defender con “uñas y dientes” un colchón de divisas para que el próximo gobierno legítimo pueda renegociar la deuda externa sin apremios por iliquidez de divisas.
Estas medidas tomadas por el señor Prat Gay, flamante presidente del Banco Central, demuestran que su designación estaba destinada a facilitar que las empresas extranjeras y los grandes exportadores les peguen un manotazo a las reservas de divisas. Insensatamente, de esta manera se dilapida lo que el país acumuló dolorosamente durante este año, ya que el incremento de reservas tuvo como contrapartida el empobrecimiento de millones de argentinos por efectos de la maxidevaluación.
También se trata de una medida que huele a otra sigilosa imposición del FMI, siempre buscando que las fluctuaciones y el descontrol del tipo de cambio obren como herramienta de disciplinamiento, que los “mercados financieros” se reservan para aquellos gobiernos que se atrevan a desviarse de su sacrosantos mandatos.
El cumplimiento de esta medida servirá, tal vez, para ponerle fin al manoseado acuerdo con el FMI. Esta carta de intención, después de un año de negociaciones secretas y a sólo cuatro meses de las elecciones generales, sólo puede interpretarse como el primer condicionamiento para el futuro gobierno constitucional y no como aporte a solución alguna a la presente coyuntura económica.
La impotencia del ministro de Economía para controlar la suba de los precios internos (donde hace punta el lobby petrolero arrastrando al resto de los operadores económicos) y la incongruencia de desmantelar el sistema de control de cambios son claras señales que el establishment financiero y económico esta logrando posicionarse estratégicamente para prolongar sus rentas privilegiadas, dejando “desnudo y a los gritos” al próximo gobierno popular.

* Diputado nacional ARI.