En diálogo con Página/12, el ministro Carlos Tomada analizó la nueva baja de la de- socupación.

–Esto debe analizarse en un marco de políticas más generales. Desde hace doce años el eje ha sido la generación y protección del trabajo. Esta nueva baja del desempleo no es una casualidad, es parte de un conjunto de políticas de Estado que explican esta nueva reducción. Si tomamos en cuenta las distintas actividades, la construcción creció en los últimos doce meses un 8,7 por ciento, la enseñanza lo hizo en un 4,7 por ciento, el comercio en 1,5 por ciento y la alimentación, otro 2,4 por ciento. Esto muestra a las claras que los analistas de la oposición que habían pronosticado un escenario apocalíptico se equivocaron. Las políticas contracíclicas vienen dando buenos resultados. Ni hablar si comparamos nuestra situación con Brasil, que en el segundo trimestre del año tuvo un incremento de la desocupación en 1,6 por ciento interanual. Esto da una idea del esfuerzo que estamos haciendo en un mundo donde el empleo se derrumba.

–La tasa de actividad (calculada como porcentaje entre la población económicamente activa y la población total) tiene que tener varias cuestiones: la caída de la tasa puede ser por de- saliento. Esa es una de las razones. Otra es la incidencia del conjunto de políticas que mejoraron la ecuación de ingresos dentro de una familia. Por ejemplo, la política de asignaciones familiares, la Asignación Universal por Hijo, los ingresos previsionales. No estoy diciendo que la caída sea exclusivamente por estas razones. Las causas son varias.

–Por supuesto. Hay familias que perciben el salario de convenio con sus asignaciones familiares y además puede haber un jubilado en la familia y otro joven que ingresó en el Progresar. Todos estos factores deben considerarse a la hora de analizar la tasa de actividad.

–Está ocurriendo. Los datos de la construcción o el de los trabajadores de la enseñanza dan cuenta de que la recuperación económica está generando empleo. El hecho de que hayamos logrado mantener estable la estructura de ocupación es ya un valor en sí mismo. Es verdad que no estamos en un momento dinámico en la creación de empleo, pero es muy fuerte lo que hemos logrado en estos últimos doce años. Cuando Patricia Bullrich fue ministra de Trabajo, la desocupación aumentó cuatro puntos, de 14 a 18 por ciento. Se perdieron más de 500.000 puestos de trabajo. Siempre hay que ver con qué se comparan los números actuales.