EL MUNDO › UNO DE LOS ATAQUES FUE CONTRA LA ONU

Ola de atentados en Somalia

Todos contra la ONU. Mientras sus soldados de paz están bajo constante ataque en el Congo, en la vecina Somalia las oficinas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fueron objeto de un atentado ayer. Fue parte de una ola de atentados suicidas en Somalilandia, la zona predilecta de los piratas somalíes, que se autoproclamó autónoma en 1991 y hasta ayer se mantenía al margen de la violencia que azota al país africano desde entonces. Atacaron al palacio presidencial y a la embajada etíope, país que desde hace un año apoya con tropas al gobierno central somalí. Los otros dos atentados fueron en otra región semiautónoma del norte, Puntlandia. Allí el objetivo fue la Central de Inteligencia. Oficialmente el saldo de muertos fue de 24, pero extraoficialmente ya hablan de 45.

La ONU confirmó en un comunicado emitido en Ginebra el ataque contra las instalaciones del PNUD en Somalilandia y dijo que hubo varios heridos y muertos, pero no precisó el número. Sin embargo, fuentes de Naciones Unidas en el lugar sostuvieron que en los tres atentados en Somalilandia murieron al menos 40 personas y más de un centenar resultaron heridas. Bystander Abdala Husein, testigo del atentado contra la embajada etíope en Hargeysa, contó cómo un Toyota Surf se estrelló a toda velocidad contra la puerta de la embajada. “Se produjo una gran explosión y el edificio se hundió. Parecía que no hubiera habido un edificio antes”, recordó.

Pocos somalíes se sorprenden ya con los atentados fuera de esta zona del norte del país. Los muertos y la pólvora son moneda corriente en el sur y el oeste. Después de la caída del gobierno en 1991, el país cayó en una anarquía, en la que las únicas autoridades reconocidas eran los señores de la guerra. El mundo prefirió ignorarlo porque era más simple que involucrarse. Pero en 2006 las llamadas Cortes Islámicas, una organización radical que ha recibido apoyo de grupos como Al Qaida y Hezbolá, pusieron fin al caos y establecieron un gobierno central. Con él también establecieron la sharia (ley islámica).

El mundo, ahora sí, prestó atención. Prestó apoyo a un gobierno de transición sin demasiada base social y lo convenció de que invitara a las tropas etíopes –entrenadas y equipadas por Washington– para garantizar la seguridad. Ayer, mientras los atentados se sucedían uno tras otro, los presidentes de Africa del Este se reunían con una delegada de Estados Unidos para discutir la situación en Somalia. “Aunque nadie se adjudicó la responsabilidad todavía, los atentados llevan la marca de Al Qaida”, declaró Jendayi Frazer, la secretaria de Estado norteamericana adjunta para Asuntos Africanos.

Como la funcionaria norteamericana, el gobierno de Somalilandia también cree que detrás de los ataques están las milicias islámicas. El domingo pasado el gobierno central somalí y la oposición islamista moderada habían firmado un acuerdo auspiciado por la ONU, que prevé un alto el fuego y la retirada de las tropas etíopes en los próximos 120 días.

Después de los atentados de ayer, los presidentes africanos y Frazer coincidieron en que las tropas etíopes debían quedarse en Somalia hasta que la situación se estabilice.

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Ningún grupo rebelde somalí se adjudicó los ataques.
Imagen: AFP
 
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