EL MUNDO › PELEAS EN EL CONGRESO DEL POLO DEMOCRáTICO ALTERNATIVO Y SE BAJó “EL” CANDIDATO

Se agrieta la izquierda colombiana

 Por María Laura Carpineta

La única fuerza de izquierda en Colombia está al borde de la fractura. A un año de las elecciones presidenciales, el Polo Democrático Alternativo luchaba para mantenerse unido en su Congreso Nacional, del que se negaron a participar dos de sus figuras más populares: el ex alcalde de Bogotá Luis Eduardo “Lucho” Garzón y la ex canciller María Emma Mejía. Un tercer dirigente, el mediático senador Gustavo Petro, participó del debate, pero sólo para acribillar a la dirección de la coalición. “La mesa está preparada para una crisis, una ruptura. Las diferencias parecen irreconciliables”, opinó, sin demasiadas esperanzas, el politólogo colombiano Fernando Giraldo.

Su pronóstico no parece muy exagerado. Garzón, Mejía y Petro representan a la llamada ala moderada del Polo que impulsa la creación de un gran frente nacional que logre poner fin a ocho años de gobierno de Alvaro Uribe. En las últimas dos elecciones presidenciales, la izquierda perdió en primera vuelta ante un todopoderoso Uribe que arrasó muy por encima del 50 por ciento. “Es imperativo para el país que terminemos con este gobierno criminal”, explicó por teléfono Petro. Evitar una nueva derrota, agregó el senador, debe ser la prioridad para la coalición.

Pero el sector mayoritario del Polo no comparte ni esta visión fatalista del futuro del país ni cree que sea necesario aliarse a otras fuerzas, más de centro, para alcanzar una segunda vuelta en las elecciones del año próximo. “Además, el Polo no puede desdibujarse ni abandonar su proyecto político sólo para ganar un gobierno o unos cargos”, se quejó el presidente de la fuerza y ex candidato presidencial, Carlos Gaviria.

Tanto Gaviria como Petro estaban seguros ayer de que su posición será la que primará hoy, el último día del congreso. “Creo que logramos convencer a la mayoría de que hay que alejarse del extremo izquierdismo”, aseguró el senador y ex guerrillero del desmovilizado M-19. Enumera acuerdos y dirigentes afines hasta que finalmente reconoce que la partida no está ganada. “Puede ser que perdamos. Eso sí, sería el comienzo del final. Mucha gente se saldría del Polo, que iría derecho a una gran derrota electoral”, amenazó.

Lucho Garzón y María Ema Mejía también advirtieron que la decisión que tome el congreso hoy será decisiva para su futuro en la coalición. Pero a Gaviria la amenaza no lo asusta. “Yo preferiría que todos se quedaran y trabajar juntos para mejorar a Colombia”, dijo, haciendo gala de la diplomacia que lo caracteriza. “Pero la verdad es que electoralmente no va a ser una gran pérdida para el Polo”, agregó y no quiere decir más.

Desde la creación del Polo, hace cuatro años, Gaviria ha sido la figura de los consensos. No pertenece a ninguno de los partidos que componen la coalición y su tono moderado y siempre medido le han permitido mantener una muy buena relación con el sector más radical, el Partido Comunista y el ex maoísta Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR), y una convivencia civilizada con las figuras más centristas como Lucho Garzón, Mejía y Petro.

Sin embargo, sus días de mediador podrían haber acabado. Ya adelantó que no quiere volver a ser candidato presidencial ni líder de la coalición. Aunque le molesta reconocerlo, no hay otro dirigente capaz de unir a los dos sectores. “Yo realmente quisiera que fuera otro, pero si el congreso decide con una significativa mayoría que sea yo, tendría que repensar mi decisión”, dijo, bajando la voz, casi como si quisiera que nadie lo escuchara.

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