EL MUNDO › CONMOCION TRAS LA RENUNCIA DEL PRIMER MINISTRO JOSE SOCRATES

Portugal, en la incertidumbre

La muy grave situación económica del país y la negativa del Parlamento a aceptar el plan de austeridad llevaron al político a dejar su puesto. La situación puede acercar a Portugal más todavía al Fondo Monetario.

Sócrates con Rodríguez Zapatero, que expresó su apoyo pero despegó a España de su vecino.
Imagen: EFE.

La renuncia el miércoles del primer ministro socialista José Sócrates sumerge a Portugal en la más absoluta incertidumbre, tanto en el plano político como económico, que a breve plazo puede colocar al país bajo tutela. Tal como lo prometió, Sócrates presentó su renuncia, menos de dos horas después de que el Parlamento rechazara su nuevo programa de austeridad.

Al anunciar su renuncia, Sócrates predijo “consecuencias gravísimas” para la nación. “Hoy, todos los partidos de la oposición rechazaron las medidas propuestas por el gobierno para evitar que Portugal deba recurrir a un programa de ayuda exterior”, declaró Sócrates en un anuncio al país.

“La oposición retiró al gobierno todas las condiciones para gobernar. Por consiguiente, presenté mi dimisión al presidente de la República”, dijo. “Esta crisis política se produce en uno de los peores momentos para Portugal”, advirtió Sócrates.

Inmediatamente, todos los partidos pidieron una rápida convocatoria de elecciones anticipadas, cuyo resultado es incierto, ya que la derecha, incluso unida, no tiene asegurada una mayoría absoluta. El miércoles por la noche, el presidente de centroderecha Aníbal Cavaco Silva anunció que recibiría hoy a los partidos políticos, etapa previa impuesta por la Constitución antes de la disolución del Parlamento.

Hasta entonces, “el primer ministro se mantiene plenamente en sus funciones”, subrayó la presidencia. José Sócrates acudió ayer a Bruselas para una cumbre europea, cuyo orden del día quedará sin duda trastornado por la crisis portuguesa, que corre el riesgo de volver a desestabilizar la zona euro.

Desde hace meses, Portugal es considerado por los mercados como el próximo candidato a recibir un apoyo financiero de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI), después de Grecia e Irlanda. Anoche, la agencia de calificación financiera Fitch Ratings anunció haber bajado dos escalones la nota soberana de Portugal debido a los “crecientes riesgos” que pesan sobre la capacidad de financiación del país. Por otra parte, las obligaciones portuguesas a largo plazo subían ligeramente a 7,557 por ciento, contra 7,515 por ciento.

La inestabilidad política hace más urgente una intervención exterior para evitar la bancarrota del país, y el riesgo de un efecto dominó que se extienda a otros países aún frágiles, como España. Ayer, los analistas se preguntaban sobre la posibilidad de que el gobierno dimisionario negocie una ayuda internacional, algo a lo que Sócrates se negó durante meses –y repitió ayer–, alegando que ello sería “profundamente negativo para la imagen, el prestigio y la reputación nacionales”.

Sin embargo, el gobierno portugués cesante sostuvo que “seguirá luchando con todas sus fuerzas contra la eventualidad de un recurso a una ayuda exterior”, según afirmó ayer el vocero del consejo de ministros, Pedro Silva Pereira.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, pidió ayer a los partidos políticos portugueses que mantengan los compromisos de reducción del déficit público nacional. El jefe del Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha), Pedro Passos Coelho, considerado favorito en caso de elecciones, asiste por su lado en Bruselas a una cumbre de dirigentes del Partido Popular Europeo (PPE, conservador). Antes de esa reunión del PPE, Passos Coelho dijo que esperaba que “Portugal evitaría un plan de rescate”. “Espero que de las próximas elecciones saldrá un gobierno más fuerte, capaz de controlar el déficit con un programa de consolidación presupuestaria más severo que el que teníamos” con Sócrates, afirmó.

El importe de un eventual rescate a Portugal había sido calculado el otoño boreal pasado en unos 50.000 millones de euros (70.000 millones de dólares). Pero luego un responsable europeo elevó la cifra a unos 100.000 millones (140.000 millones de dólares).

El jefe de fila de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, afirmó que si Portugal recurre a una ayuda europea, un importe de 75.000 millones de euros sería “apropiado” en declaraciones el jueves a la cadena France 24.

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