EL MUNDO › EL GOBIERNO SIRIO ACORDó LEVANTAR EL ESTADO DE EMERGENCIA

Represión y después concesión

Los grupos de derechos humanos dijeron que por lo menos 200 personas han muerto en el último mes, mientras el régimen de Bashar al Assad combinaba promesas de reformas con tácticas represivas para sofocar las protestas.

 Por Paul Peachy *

El presidente sirio, Bashar al Assad ayer consintió el desafío más serio y sostenido a su autoritario gobierno del país cuando su régimen acordó levantar el estado de emergencia que tiene 48 años. La concesión –una de las exigencias clave de los manifestantes durante semanas de protestas contra el gobierno de 11 años de Assad– no aplacó a los líderes que dijeron que era una parodia para enmascarar brutales medidas.

La decisión del gabinete, que todavía debe ser firmada por Assad, se conoció poco después de una seria advertencia emitida por la televisión estatal diciéndole a los manifestantes que pongan fin a las sentadas y las protestas. Los grupos de derechos humanos dijeron que por lo menos 200 personas han muerto en el último mes mientras el régimen combinaba vagas promesas de reformas con tácticas brutales para sofocar el descontento usando a las despreciadas fuerzas de seguridad y matones pro régimen.

La categórica respuesta de la oposición abrió la perspectiva de una nueva fase más volátil de protestas. Los manifestantes pidieron el alejamiento de Assad en nuevas protestas anoche con miles gritando: “¡Queremos libertad!” en la ciudad de Daraa y la ciudad costera de Banias, según los testigos.

El anuncio del fin de la ley de emergencia se conoció horas después de una muestra de fortaleza por parte de las autoridades en Homs, la tercera ciudad más grande de Siria. Las fuerzas de seguridad dispararon a los manifestantes que hacían una sentada en la plaza principal y los persiguieron durante horas por las calles. Los activistas dijeron que 17 personas habían muerto. “Le disparaban a todo, había humo por todos lados”, le dijo uno a Associated Press. “Vi gente en el suelo, algunos con disparos en los pies, algunos en el estómago.”

Los hechos en Siria tienen resonancias de otras protestas en el mundo árabe. En Egipto, las tardías concesiones ofrecidas por Hosni Mubarak no lograron pacificar a los manifestantes que aumentaron sus demandas y se negaron a moverse de la plaza Tahrir hasta que renunciara. El lunes, los manifestantes en Homs llevaron colchones, comida y agua a la plaza Clock y prometieron no moverse hasta que el presidente renunciara, pero fueron sacados por las fuerzas de seguridad.

El régimen de Assad llamó al movimiento de protesta “una insurrección armada” y una toma del poder por parte de los extremistas islámicos. También tuvo más éxito que Egipto en mantener a los medios extranjeros lejos de las protestas. Las fotos de los choques vienen en gran parte de los activistas en el país, tomadas por celulares.

La mayoría de los 23 millones de habitantes de Siria nacieron o crecieron bajo el estado de emergencia que, entre otras cosas, establece un estricto control de los medios, permite las escuchas en telecomunicaciones y el arresto sin orden judicial.

Además de levantar la ley, el gabinete también aprobó la abolición de una corte de seguridad estatal, que manejaba los juicios a prisioneros políticos y apoyó una nueva ley permitiendo el derecho a hacer manifestaciones pacíficas. “Esto es pura palabrería. Las manifestaciones no pararán hasta que se hayan cumplido todas las demandas o se haya ido el régimen”, dijo una importante figura de la oposición, Haitham Maleh, un ex juez de 80 años.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Los manifestantes pidieron la renuncia del presidente Assad en las ciudades de Daraa y Banias.
Imagen: AFP
 
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