EL MUNDO › BAN KI-MOON RESPALDó AL GOBIERNO DE TRANSICIóN

Apoyo de la ONU a Libia

El diplomático surcoreano estimó que en el futuro Estado no habrá espacio para la represión y que durante este proceso Naciones Unidas estará al lado de los libios.

En una fugaz escala en medio de su viaje a Cannes, donde participará en la cumbre del G-20 que comienza hoy, el secretario general de Naciones Unidas mostró su confianza en el compromiso del Consejo Nacional de Transición (CNT) de construir un Estado que respete los principios democráticos. “Las nuevas autoridades libias están comprometidas con la tarea de edificar una Libia democrática cimentada en el respeto a los derechos humanos y la preservación de la dignidad de cada hombre, de cada mujer y de cada niño”, señaló Ban Ki-moon en su primera visita a Libia después de la caída del régimen de Muammar Khadafi. El diplomático surcoreano estimó que en el futuro Estado no habrá espacio para la represión y señaló que durante este proceso de transición la ONU estará al lado de los libios. “Han pagado un penoso tributo para lograr la libertad, que prueba el coraje de este pueblo”, agregó Ban Ki-moon al calificar como un honor para su persona poder visitar Libia “en este momento histórico” para el país norafricano. Además instó a las autoridades sirias a que pongan fin de inmediato a la muerte de civiles, como consecuencia de la represión al movimiento de protesta contra el régimen del presidente Bashar al Asad.

El mandatario de la ONU llegó por sorpresa a Trípoli, junto al presidente de la Asamblea General, el qatarí Nassir Abdulaziz al Nasser. Las relaciones entre Libia y la ONU se caracterizaron por una relación marcada por las constantes tensiones entre el gobierno de Khadafi y las visitas de aquellos miembros de la organización mundial, a los que se les permitió ingresar a Libia, pero para trabajar en un limitado marco de acción. En su breve visita, Ban Ki-moon se reunió con algunos miembros del CNT, según reveló un vocero de la ONU. Se espera que el personal de la ONU desempeñe un papel central en las reformas que se prevén en el país, agregó el mismo portavoz. En este sentido, el diplomático surcoreano comprometió su ayuda en la reconstrucción de una Libia reducida a escombros por los bombardeos de la OTAN y las incursiones de tropas rebeldes y leales al coronel libio. Por su parte, el nuevo primer ministro interino, Abdulrahim Al Kib, aseguró que su gobierno estará abierto a todos los libios.

Sin embargo, el flamante mandatario adelantó al diario panárabe Asharq al Awsat que el próximo gobierno, que será formado luego de tres semanas de consultas, “no incluirá figuras del antiguo régimen de Khadafi que tengan las manos manchadas de sangre”. Al Kib, que fue elegido el lunes como nuevo primer ministro por el CNT, señaló que su gabinete estará formado por entre 22 y 24 ministros. “Los revolucionarios tendrán un papel en el nuevo gobierno”, dijo el funcionario y describió a los rebeldes como civiles que tomaron las armas para combatir a un régimen tirano. El proceso de desarme, una de las cuestiones pendientes a partir de la caída de Khadafi, encuentra algunas resistencias en aquellos que lucharon contra el líder libio. Las autoridades que dirigen el país no han logrado que algunos combatientes entreguen sus armas.

“Hay que dar pasos para reintegrar a las fuerzas revolucionarias en la sociedad o absorberlas en la policía nacional y el ejército”, formuló el primer ministro interino. En su ingreso al gobierno de transición, el ingeniero Al Kib reemplazó a Mahmud Jibril, quien había prometido que renunciaría a ese cargo una vez que Libia fuera liberada. El CNT entregará el poder a una asamblea elegida en un lapso de ocho meses. Una vez que se conforme este órgano de decisión, el camino para elaborar una nueva Carta Magna estará allanado.

Mientras tanto, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, reconoció que ese organismo recibió información donde se señala que Saif al Islam Khadafi, hijo del líder libio, estaría recibiendo el apoyo de mercenarios para abandonar el país. En declaraciones ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el fiscal argentino aseguró que la CPI supo además, por personas vinculadas al hijo de Khadafi, que éste estaría pensando en entregarse próximamente. “Hemos recibido acusaciones de posibles delitos cometidos por las fuerzas de la OTAN, por las del Consejo Nacional de Transición, al igual que de mercenarios y de las fuerzas pro Khadafi”, dijo el fiscal de la CPI y prometió que todas las denuncias se examinarán de forma imparcial.

Tras haber sido ocupado por los rebeldes en la lucha por Trípoli, el bunker de Khadafi es utilizado por niños que juegan entre los escombros, parejas que pasean de la mano y familias que van de picnic a un espacio que, hasta hace pocos meses, era el blanco preferido de la artillería rebelde. Bab al Azizia fue el sitio elegido por el coronel libio para resguardarse de los ataques, quedó sintetizado en seis kilómetros cuadrados de escombros. Con los bombardeos del 23 de agosto, el lugar se convirtió en un sitio de peregrinación y curiosidad.

No obstante, en los cuarenta y dos años de poder del Rais, la “puerta maravillosa” se mantuvo inexpugnable e inaccesible para el pueblo libio. Sobre las paredes semidestruidas de la ex fortaleza se alcanza a leer: “Demolición para renovación”. No faltan los que aprovechan el lugar para vender souvenires de la revolución como sombreritos y brazaletes con los colores de la nueva Libia. También están los sin techo, que se instalaron en los edificios aledaños al ex bunker. “La gente está feliz, se respira optimismo en Trípoli”, dicen algunos. Los disparos que ahora se escuchan por la noche son disparos de fiesta, comenta uno de los peregrinos.

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Ban Ki-moon (centro) de visita sorpresa en Libia.
Imagen: AFP
 
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