EL MUNDO › EL GRUPO DE RIO (SALVO CARACAS) APOYA INTERVENIR

Hay luz amarilla en Colombia

Al terminar la cumbre del Grupo de Río, Hugo Chávez se desmarcó ayer de las implicancias de una intervención diplomática internacional en Colombia, que podría dar luz verde a una intervención militar.

Página/12, en Perú
Por Carlos Noriega, desde Cuzco

Con la oposición del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el entusiasmo de su colega colombiano, Alvaro Uribe, el Grupo de Río, reunido en Cuzco para su XVII Cita Cumbre entre ayer y anteayer, aprobó una resolución en la que acuerda solicitar la intervención de las Naciones Unidas en el conflicto militar entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC. La propuesta partió del presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, y abrió un debate en el que Chávez se distanció de sus colegas, aunque al final firmó la resolución, pero “con reservas estratégicas”, según él mismo señaló.
Al abandonar la ceremonia de clausura, que se realizó en las ruinas de la fortaleza Inca de Sacsayhuaman, en las afueras de la ciudad del Cuzco, Chávez se detuvo unos instantes para declarar ante la prensa y advirtió: “Lo que los presidentes han acordado es muy peligroso porque abre las puertas a algo peor que una guerra, al intervencionismo, y eso se los he dicho a ellos en las reuniones con toda crudeza”. Minutos después, el presidente peruano, Alejandro Toledo, le respondió calificando lo dicho por Chávez, aunque sin mencionar directamente al presidente venezolano, de “versión que distorsiona lo acordado”. En una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, Toledo señaló que “lo que se ha acordado es solicitar a la ONU para que invoque a las FARC a que deponga las armas y si eso no funciona, se continuará conversando, pero ni siquiera se ha tocado el tema de una militarización o de una fuerza que pueda intervenir en Colombia”. Los presidentes Toledo y Chávez mantienen una difícil relación, al punto que cuando el presidente venezolano fuera derrocado por un golpe hace un año, su colega peruano se apresuró a decir, antes de que Chávez recuperara el poder, que “el presidente Chávez no es santo de mi devoción”.
Aunque Toledo haya dicho que no se contemplan alternativas diferentes al diálogo, en la resolución aprobada se afirma que si no prosperan las gestiones de la ONU a favor de la paz, entonces “se buscarían otras alternativas”, sin mencionar cuáles serían éstas y sin descartar ninguna. Lo que deja las puertas abiertas a una intervención militar regional, como ha advertido Chávez. Las siguientes alternativas que seguirían a un eventual fracaso de la ONU serían “materia de una reunión extraordinaria”, precisó el canciller peruano, Allan Wagner. Es decir, la opción de una intervención militar no está descartada, como aseguró Toledo, y el presidente colombiano ha sido claro en decir que si esta propuesta “es la última alternativa” y que si falla entonces sólo queda “la derrota militar” de la guerrilla con “apoyo internacional”. La resolución adoptada por el Grupo de Río coincide con un acuerdo tomado por los miembros del G8 el viernes que respalda abiertamente la política de mano dura del presidente colombiano.
Otro caso que captó la agenda del debate de la cumbre fue el de Venezuela. Los presidentes decidieron respaldar el acuerdo entre el gobierno de Chávez y la oposición de ese país, el cual se firmaría la próxima semana, según anunció el propio Chávez a su llegada al Cuzco, y que abre las puertas para un referéndum revocatorio.
Los presidentes Toledo y Lula, quien será anfitrión de la próxima Cumbre de Río en el 2004, coincidieron en señalar que Cuba, único país de América latina ausente de este foro internacional, debería ser invitada a dicha cita. “No veo ninguna razón por la cual Cuba esté afuera del Grupo de Río. Pretendo consultar a los otros miembros para que Cuba pueda participar en la próxima Cita Cumbre, por lo menos como invitado especial”, señaló Lula. Y Toledo respaldó la propuesta. “Yo no sé por qué Cuba no está en el Grupo de Río, vamos a investigar las razones”, señaló Toledo, marcando distancias de las responsabilidades por esa exclusión, y agregó: “No descarto que Cuba pueda estar presente en la próxima cumbre”. La declaración final, por otra parte, no estuvo exenta de las fórmulas usuales sobre la necesidad del desarrollo para combatir la pobreza y favorecer la democracia. Por su parte, Lula también anunció que ante los países del G-8 expresará una “posición firme” de rechazo a los subsidios agrícolas, a las políticas comerciales proteccionistas y en defensa de mejores condiciones para las exportaciones de los países latinoamericanos.
Mientras los presidentes de la región hablaban de gobernabilidad y examinaban los efectos de la pobreza, miles de maestros en huelga desde hace dos semanas protestaban en los alrededores de los salones de la reunión y se enfrentaban a la policía en las calles. Los maestros, cuyos sueldos en promedio son de 150 dólares mensuales, piden un aumento de 60 dólares mensuales, pero el gobierno ha dicho que sólo está dispuesto a aumentarles 30 dólares. Estas protestas fueron el marco de la cumbre.

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Ayer, en Cuzco, los integrantes del Grupo de Río presentaron una foto de familia dividida.
 
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