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La Hoja de Ruta recibió ayer dos duros golpes. El primer ministro palestino, Mahmud Abbas, anuló el encuentro previsto para hoy con el premier israelí Ariel Sharon, mientras que una célula de Jihad reivindicó ayer el ataque palestino suicida del lunes, donde murió una israelí. Este es el primer ataque luego de la tregua que los cinco grupos radicales palestinos firmaron la semana pasada. El lunes, Abbas renunció a la dirección del partido de Yasser Arafat, Al Fatah, que rechazó su dimisión por unanimidad. Pero Abbas amenazó también con abandonar su cargo de ministro si al término de la tregua de tres meses no consigue contrapartidas importantes de los israelíes. La crisis en Al Fatah estalló cuando los sectores históricos del partido lo acusaron de actuar como un ingenuo frente a Israel ofreciéndoles una generosa declaración de tregua de las facciones. Y afirmaron que lo que Israel dio a cambio fue mínimo: un repliegue superficial en Gaza y Belén, la liberación de 53 detenidos y el anuncio de que la excarcelación no superaría el 5 por ciento de los presos palestinos, que son 6 mil en total, y entre los que no figurarán los militantes de Hamas y Jihad. En medio de esta crisis interna, el gobierno de Sharon acusó ayer a los palestinos de romper la tregua, a la que calificó de “inútil”. Pero, a pesar del ataque, Jihad aseguró que su movimiento continúa respetando la tregua.