EL MUNDO › LA POLICíA BALEó A UN JOVEN NEGRO EN EL ESTADO DE MISSOURI, EE.UU.

Alta tensión por un caso de violencia racial

La muerte de un adolescente negro baleado por un policía en un pueblo del centro de los Estados Unidos desató el fin de semana una ola de disturbios, saqueos e incendios, que dejaron al menos 32 detenidos cuando convergieron a reprimirlos 300 policías de los condados cercanos. Ayer, mientras cientos de personas seguían manifestándose en forma pacífica en Ferguson, una población del estado de Missouri, a 20 kilómetros de la ciudad de Saint Louis, el FBI se hizo cargo de la investigación y la sacó de las manos de la fuerza local de seguridad.

El sábado pasado, un policía de Ferguson, donde reina una creciente tensión entre la población (mayoritariamente negra) y la policía, predominantemente blanca, le disparó varias veces a Michael Brown, de 18 años, quien murió debido a los impactos. El agente, según el jefe de la Policía de Ferguson, Tom Jackson, goza de un permiso administrativo a la espera del resultado de la investigación.

El domingo por la noche se congregaron en el sepelio centenares de personas. Mientras la mayoría rezaba, algunos grupos se dispersaron deteniendo el tránsito de vehículos y empezaron los saqueos después de que un grupo de personas rompieran las vidrieras de varios comercios llevándose ropa, teléfonos celulares y otros artículos.

A partir de los disturbios, unos 300 policías de 15 jefaturas de condados aledaños acudieron por la noche a Ferguson. Ayer, cientos de personas protestaban pacíficamente, custodiados de cerca por la policía, y coreaban consignas como “Sin justicia no habrá paz” y “Alto a los policías asesinos”. Los indignados ciudadanos exigían que se divulgue el nombre del agente policial involucrado en el incidente y pidieron que el policía fuera acusado de asesinato.

“¿Qué hicimos para merecer esto? –gritaba ayer una joven entre los manifestantes–. ¿Por qué siempre nos disparan a nosotros?” Según la versión oficial del jefe de la Policía del Condado de Saint Louis, John Belmar, un agente policial, había tenido “un encuentro con dos individuos” y Brown había empujado al policía dentro de su vehículo y lo “atacó”. De acuerdo con Belmar, el agente disparó una vez dentro del vehículo mientras forcejeaba con Brown, y luego le disparó varias veces cuando el joven huía. Brown cayó muerto en la calle, a unos diez metros del automóvil policial.

“Estamos indignados porque una vez más un joven afroamericano fue asesinado por la policía”, dijo John Gaskin, uno de los responsables de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color. Los líderes de derechos civiles recordaron el caso de George Zimerman, un vigilante voluntario, que fue absuelto el año pasado tras alegar defensa personal al matar en 2012 a un adolescente afroamericano, Trayvon Martin, que caminaba desarmado por su vecindario.

El alcalde de Ferguson, James Knowles, se mostró satisfecho porque la investigación vaya a ser supervisada por el FBI para que se garantice la imparcialidad de la averiguación, y atribuyó los saqueos a personas que se enteraron de la protesta por “los medios de comunicación del siglo XXI” y “se infiltraron” en la ciudad.

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