EL MUNDO › KHALED FOUAD ALLAM, PROFESOR Y SOCIóLOGO ARGELINO

“Es civilización y barbarie”

El autor de El jihadista de la puerta de al lado señala que las guerras contra el terrorismo ocultan los aspectos culturales y filosóficos del Islam. Y que la situación es mucho peor ahora en Irak y Libia.

 Por Elena Llorente

Página/12 En Italia

Desde Roma

Después de los atentados en París y en otros países de Europa muchos se preguntan qué pretende en realidad el terrorismo islámico, contra quién es esta suerte de guerra que han iniciado, si es sólo contra Europa y Estados Unidos o también otras regiones, y cuánto tiene que ver en todo esto el accionar de esos países en Medio Oriente y la discriminación y el racismo existentes en Occidente.

Khaled Fouad Allam, sociólogo argelino, es profesor de Sociología del Mundo Musulmán en la Universidad de Trieste y dicta cursos sobre ese tema en la Ecole Pratique des Hautes Etudes de París. Ha visitado algunos países latinoamericanos con sus conferencias, entre ellos Perú y la Argentina en 2008, y volverá a Argentina posiblemente en julio. Entre sus varias publicaciones se destacan dos libros, Carta a un terrorista suicida, publicado también en España, e Il jihadista della porta acanto (El jihadista de la puerta de al lado, Ed Piemme) que incluye un capítulo sobre los atentados de París.

–Profesor Allam, ¿estamos en guerra según usted?

–Evidentemente no es una guerra clásica porque se unen dos tipos de estrategia: por una parte una guerra territorial en Medio Oriente, que lleva a cabo el Estado Islámico tratando de ampliar su territorio original. Y en este sentido es una guerra más tradicional porque se hacen batallas ciudad por ciudad. Por la otra, hay una guerra inédita, que yo he definido como “terrorismo de proximidad”, y que se refiere al accionar de células conocidas como aquellas de Al Qaida o de otras que han prestado juramento de fidelidad al califato islámico. En síntesis, hay una guerra tradicional y una guerra que usa el terrorismo, hay un ejército visible, el del califato, y uno invisible, el de los terroristas de Occidente. Esta guerra usa además la matriz religiosa como ideología.

–¿Cuál es el objetivo del Estado Islámico?

–Hay una incomprensión de fondo entre Islam y Occidente, y la estrategia del califato islámico es romper las relaciones con Occidente e involucrar a todo el Islam europeo en una guerra civil.

–¿Cuáles son las raíces que explican esta guerra?

–El primer ministro francés Valls ha dicho que ciertamente el malestar es un componente en el “terrorismo de proximidad”, malestar por la mala integración de algunos sectores de la población musulmana y por la discriminación. Pero a esto hay que agregarle que Medio Oriente vive en guerra desde hace 30 años. La primera y segunda guerra del Golfo, Afganistán, Somalia, Irak, etc. Estas guerras se han acumulado, creando un mayor desequilibro en la región. Pienso por ejemplo en Irak, Saddam Hussein no era ciertamente un santo, pero el equilibrio que tenía Irak hace diez años ha desaparecido completamente. Ahora existe una situación que contrapone comunidades religiosas y étnicas, sunnitas contra chiítas, chiítas contra cristianos...

–Esto habría estimulado entonces el nacimiento del terrorismo...

–Es fácil iniciar una guerra pero después la reconstrucción es muy difícil. El plan de Estados Unidos para la reconstrucción de Irak no ha funcionando para nada y los equilibrios entre las distintas comunidades, que eran centenarios, han desaparecido completamente. Otro ejemplo es Libia. Mataron a Khadafi, aun cuando no era un tirano pero tampoco un santo, y Libia al no tener cinturones de Contención, como un Parlamento o una constitución, se ha encontrado frente a un vacío y se han colado otras fuerzas transformando al país en la Libia de hace 100 años, donde se enfrentaban bereberes contra árabes, islámicos contra islámicos moderados.

–Las distintas intervenciones de Estados Unidos y de los países europeos en Medio Oriente ¿han contribuido a aumentar la rabia, la rebelión de ciertos sectores musulmanes?

–Varias de estas guerras las han hecho Estados Unidos y una coalición de países europeos, sin medir realmente las dificultades que se encontrarían al tratar de reconstruir el país. Han actuado con mucha ingenuidad, sin darse cuenta del desastre que podrían producir... La situación es mucho peor ahora. El Medio Oriente que hemos conocido hace algunas décadas ha desaparecido completamente. Todos estos países se han debilitado y ante a esa debilidad ha subintrado el radicalismo islámico.

–¿Según usted, la rabia de los terroristas está dirigida principalmente contra Estados Unidos y Europa o también contra otras regiones del mundo, por ejemplo América latina?

–Me parece evidente que los países de Europa y Estados Unidos son los que tienen mayor riesgo de atentados. En América latina no existe el jihadismo porque hay otra relación con el mundo musulmán.

–Una mayor educación sobre el mundo musulmán y una mayor información, ¿no ayudaría a eliminar la discriminación entre otros problemas?

–Hay que trabajar sobre la educación mostrando que el Islam no es sólo barbarie sino que existen una civilización, una filosofía, una cultura. Estos aspectos han sido completamente ocultados por las guerras. Y el periodismo no ayuda porque se concentra sólo sobre la noticia y no le importa lo que sucede después. Antes los periódicos servían para independizar a los pueblos. Ya no. Cada noticia anula a la otra y tenemos la impresión de que el mundo no cambiará jamás, que estamos destinados a vivir en la barbarie permanente y que cada uno se las tiene que arreglar como pueda. Esto contribuye al desequilibrio de la sociedad, a dividir, a romper la cohesión social.

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“Nosotros somos todos Charlie” dijeron los que se manifestaron en París en solidaridad con las víctimas.
Imagen: AFP
 
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