EL MUNDO › EL DELEGADO DE PAZ DE LA GUERRILLA DIJO QUE SE TRATO DE UNA ACCION DEFENSIVA

Tras el ataque, las FARC piden tregua

A su vez la fiscalía colombiana expresó que los diez soldados que murieron fueron atacados con explosivos no convencionales y que no pudieron no defenderse, por lo que determinó que la emboscada se trató de un “crimen de guerra”.

El comandante guerrillero, alias Pastor Alape, se refirió desde La Habana al ataque perpetrado por las FARC en la madrugada de este miércoles en Cauca, en el que resultaron diez soldados muertos y diecisiete más heridos, cuatro de gravedad. De acuerdo con el diario colombiano El Espectador, el delegado de paz de las FARC indicó que los hechos no fueron una emboscada premeditada de la guerrilla, sino que ocurrieron en medio de una acción defensiva.

“Manifestamos nuestra preocupación por los hechos que han reportado de nuevos combates en el Cauca. A todas luces esto tiene su causa en esa incoherencia del gobierno de estar ordenando operativos militares contra una guerrilla que está en tregua”, resaltó Alape en declaraciones a la prensa en Cuba. “Es necesario parar esta guerra, es necesario hacer esfuerzos para que dejemos de ver madres llevando a sus hijos a los cementerios,” agregó.

Por su parte, la fiscalía colombiana expresó que los soldados que murieron fueron atacados con explosivos no convencionales y que no pudieron no defenderse, por lo que determinó que la emboscada se trató de un “crimen de guerra”. Por su parte, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, participó de una misa celebrada en homenaje a los fallecidos durante el ataque perpetrado por las fuerzas guerrilleras.

Horas antes del ataque las FARC emitieron un comunicado que se refería a las marchas por la paz del pasado 9 de abril, que coincidió con la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las víctimas del conflicto armado. “Las principales consignas levantadas por los marchantes se relacionaban con la urgencia de firmar desde ya un cese bilateral del fuego. Las marchas se basaron en una premisa fundamental: la persistencia en las conversaciones actuales, que no pueden romperse por ningún motivo”, dijo Londoño Echeverri, alias Timochenko, en el comunicado. El líder de las FARC también se refirió a uno de los aspectos más polémicos de los diálogos: la reticencia del grupo armado a cumplir penas de prisión en un eventual posconflicto. “Carece de lógica pretender que la dirigencia insurgente resulte condenada como culpable única, y que además se someta a penas que la excluirán de la política a futuro”, declaró.

Por otro lado, la fiscalía colombiana afirmó ayer que el ataque de las FARC se trató de una “emboscada” violatoria del Derecho Internacional Humanitario y constituye un “crimen de guerra”. El fiscal general Eduardo Montealegre condenó ayer el ataque efectuado contra los soldados del ejército colombiano en la localidad de La Esperanza, departamento del Cauca (oeste). “Se trató de una emboscada a altas horas de la noche cuando los miembros del Ejército Nacional se encontraban descansando. Además, los guerrilleros utilizaron artefactos explosivos no convencionales, lo cual constituye un crimen de guerra”, puntualizó Montealegre. Por su parte, el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, afirmó que ya fueron entregados los cuerpos a los familiares y confirmó a la fiscalía que el ataque se produjo con artefactos explosivos, combinados con armas de alta velocidad desde diferentes ángulos y en un caso con un arma corta. “En ninguno de los casos hemos hallado elementos de prueba que nos indiquen que pudieron responder al ataque”, explicó el director del organismo.

A pesar de lo sucedido, la fiscalía llamó a continuar los diálogos de paz entre las FARC y el gobierno. “La guerrilla de las FARC y el gobierno nacional deben persistir en sus esfuerzos por alcanzar la paz y como tal deben mantener las negociaciones”, afirmó Montealegre.

Por su parte, el presidente colombiano encabezó ayer un acto en homenaje a los soldados que murieron en el enfrentamiento con las FARC. Acompañado de su esposa, María Clemencia Rodríguez, vestida de riguroso negro, Santos asistió a la misa en memoria de los fallecidos que se ofició en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, en la principal unidad militar de Bogotá. El homenaje fue privado y las imágenes, divulgadas únicamente por la Presidencia, mostraron al mandatario junto al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y los altos mandos de las Fuerzas Militares y la Policía. El Cantón Norte del Ejército se convirtió, desde el pasado miércoles, en lugar de homenajes espontáneos de los ciudadanos, quienes acercaron flores en señal de respeto por los fallecidos. El mandatario manifestó que la paz no puede ser utilizada como bandera política, y que se debe respetar el dolor de las familias de los once militares. “No queremos más escenarios desgarradores. No queremos más padres enterrando a sus hijos”, expresó Santos. “Llegó la hora de acabar la guerra, la paciencia se nos agota y hay que ponerle plazos a este proceso. Si quieren la paz tienen que demostrarlo con hechos y no con palabras”, expresó el mandatario colombiano, quien además pidió a los militares colombianos “no bajar la guardia”.

El pasado 20 de diciembre, las FARC iniciaron un alto el fuego unilateral e indefinido. Sin embargo, a raíz del ataque del miércoles, el presidente colombiano ordenó reanudar los bombardeos contra los campamentos de la guerrilla, que habían sido suspendidos temporalmente el pasado 10 de marzo.

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Tributo a los once soldados muertos en la puerta de una base militar en Medellín.
Imagen: AFP
 
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