EL MUNDO › EL GOBIERNO IRAQUí ANUNCIó QUE EL ESTADO ISLáMICO ABANDONó LA CIUDAD MáS IMPORTANTE QUE CONTROLABA

Ramadi volvió a estar bajo el control de Bagdad

La coalición respaldada por Estados Unidos retomó la ciudad de Ramadi. Los observadores estimaban que los combatientes del Estado Islámico se habían replegado hacia los suburbios. Los pobladores comenzaron a regresar.

El ejército iraquí anunció ayer la liberación de Ramadi, una gran ciudad al oeste de Bagdad que estaba en manos del grupo jihadista Estado Islámico (EI) desde el pasado mes de mayo. En las calles, algunos soldados bailaban, blandiendo sus armas, mientras los comandantes de las fuerzas de seguridad desfilaban tras lograr una victoria que buscaban desde hace meses.

En un mensaje televisado, el vocero del ejército, el general Yahya Rasool, mostró cómo sus hombres volvían a izar la bandera nacional sobre la sede del gobierno provincial en Ramadi, mientras celebró: “Sí, la ciudad de Ramadi ha sido liberada”. Sin embargo, poco después, el jefe de las operaciones militares en la provincia de Al Anbar, el general Ismail al Mahlawi, explicó a la prensa que el ejército logró ayer hacer retroceder a los extremistas del centro de Ramadi, pero destacó que un número no definido de combatientes islamistas se refugiaron en otros distritos y barrios de la capital provincial. Con este mismo nivel de cautela, el vocero de la ofensiva militar en Irak de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, el coronel Steve Warren, sostuvo en un comunicado difundido desde Bagdad que “la toma de la sede del gobierno en Ramadi es un logro significativo y el resultado de muchos meses de duro trabajo”.

El ejército aseguró que los combatientes del EI no ofrecieron ninguna resistencia desde que abandonaron el domingo un complejo gubernamental estratégico, en el centro de la ciudad, aunque es posible que algunos yihadistas sigan presentes en varios barrios de Ramadi. Tras el mensaje del general Rasool, el primer ministro iraquí Haider Al Abadi, se comprometió a liberar en 2016 todas las zonas del país bajo control del grupo extremista.

Los habitantes de varias ciudades del país salieron a las calles para celebrar la que se considera como la mayor victoria de las fuerzas gubernamentales desde que el EI conquistó extensas zonas de Irak en 2014. El ejército intentaba este lunes desactivar las bombas dejadas por el EI en las calles esta localidad, capital de la provincia occidental de Al Anbar. Las tropas avanzaban con prudencia hacia el complejo gubernamental por culpa de los artefactos explosivos que dejaron los jihadistas.

Los artificieros afrontan una labor gigantesca y necesitarán tiempo para desactivas los centenares de bombas diseminadas por los combatientes del EI en Ramadi. “Hay por lo menos 300 bombas y artefactos explosivos en el complejo gubernamental y en las carreteras que llevan hasta ahí”, explicó un oficial de la octava división del ejército iraquí, Majid al Fatlawi.

Casi todos los civiles abandonaron el centro de Ramadi, asolado por los combates. Algunos pudieron ser evacuados, y otros fueron utilizados como escudos humanos por los yihadistas para cubrir su huida hacia el este de la ciudad, según varios testimonios.

Hace una semana, el mando militar iraquí calculaba que el EI tenía a 400 combatientes en Ramadi. Este lunes resultaba imposible determinar cuántos murieron en los enfrentamientos y cuántos lograron huir. En el bando gubernamental, las autoridades no divulgaron ningún balance de bajas pero varios médicos indicaron que un centenar de soldados heridos fueron hospitalizados en Bagdad el domingo.

La coalición internacional antijihadista liderada por Washington, que apuntaló el avance de los soldados iraquíes con sus bombardeos, felicitó a Irak por su victoria en Ramadi. Desde Estados Unidos, el secretario de Estado norteamericano, John Kerrry, celebró la “gran derrota” del EI en Ramadi pero admitió que la ciudad aún no se hallaba “completamente controlada”. “Aunque Ramadi todavía no está totalmente controlada y otras partes de la ciudad todavía deben ser retomadas, la bandera iraquí ahora ondea sobre la sede del gobierno provincial y las fuerzas enemigas han sufrido una gran derrota”, indicó Kerry en un comunicado.

Expresó, asimismo, su admiración por “la determinación, coraje y capacidad de las fuerzas iraquíes para acercar el día en el que la ciudad pueda ser devuelta a las familias que tuvieron que huir del terror de EI”, y apuntó que estos esfuerzos fueron “respaldados” por ataques aéreos de la coalición estadounidense.

Para el presidente francés, François Hollande, la reconquista es “la victoria más importante” hasta ahora en la lucha contra el EI. Berlín por su parte estimó que esta victoria “demuestra una vez más que el EI no es invencible”. El presidente del parlamento iraquí, Salim al Juburi, aplaudió, por su parte, la “magnífica victoria contra Dáesh”, acrónimo en árabe del EI, que “supone una rampa de lanzamiento para la liberación de [la provincia norteña de] Nínive”.

Desde hace más de un año, Estados Unidos y sus aliados en la región y en todo el mundo bombardean desde el aire las posiciones del EI en Irak y Siria, incluidas las ciudades o las zonas con población civil que los islamistas tomaron en los últimos dos años. En total, Estados Unidos bombardeó desde el aire 630 veces la zona en los últimos meses, según el comunicado firmado por Warren.

Fue en la capital de esa provincia, Mosul, donde el líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, proclamó su “califato” en amplias regiones de Irak y Siria, hace año y medio. En los últimos meses, el grupo yihadista fue cediendo terreno en Irak. El ministro iraquí de Defensa, Khaled al Obeidi, aseguró la semana pasada que sus tropas habían retomado cerca de la mitad del territorio conquistado por el EI en 2014.

El ejército iraquí, apoyado en ocasiones por milicias chiitas o combatientes kurdos, logró reconquistar Tikrit y Baiji, al norte de Bagdad, y Sinjar, en el noreste del país. En Ramadi, las poderosas milicias chiitas, acusadas por los defensores de los derechos humanos de cometer atrocidades contra sunitas, permanecieron al margen de los combates, y “la victoria corresponde al ejército iraquí”, según el analista político Ihsan Al Shamari.

Se necesitará mucho tiempo para que la ciudad vuelva a la normalidad. Los habitantes apenas empezaron a regresar a los barrios periféricos para comprobar los destrozos. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los habitantes de la provincia de Al Anbar representan un tercio de los 3,2 millones de iraquíes que tuvieron que abandonar sus casas por culpa de los combates desde 2014.

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La ciudad de Ramadi estaba prácticamente en ruinas ayer cuando empezaron a regresar algunos de sus pobladores.
 
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