EL MUNDO › COMO OPERA LA GUERRILLA QUE ENFRENTA A LAS TROPAS DE EE.UU.

La resistencia en Irak, manual de uso

Por Patrick Cockburn *
Desde Faluja

Las tropas norteamericanas arrestaron ayer a casi 50 personas luego de que seis soldados estadounidenses murieran en una serie de ataques en el norte y oeste de Bagdad. Tres soldados murieron y seis resultaron heridos cuando un vehículo, posiblemente conducido por un atacante suicida, estalló en un retén cerca de un puente sobre el Eufrates en Khalidiya, al oeste de la ciudad de Faluja. Otros dos soldados norteamericanos murieron al explotar una bomba al costado de una ruta, muy cerca de un convoy de cuatro vehículos, que viajaban hacia el norte de Faluja. Esta localidad es conocida como un centro de la resistencia antiestadounidense.
Las bombas colocadas debajo o al costado de los caminos se han convertido en el arma más peligrosa para las tropas norteamericanas en Irak. Generalmente consisten en proyectiles de mortero detonados con un cable comando o desde una distancia mayor con un control remoto que puede ser un teléfono celular o un dispositivo electrónico para abrir las puertas de un garage. A los ingenieros combatientes de la 82ª División Aerotransportada ubicada cerca de Faluja no se les había advertido que se encargarían de la peligrosa tarea de rastrear caminos en busca de bombas caseras. “Nunca escuché de este tipo de bombas hasta que llegué a Irak”, dijo Aaron Brown, ingeniero y soldado en la base operativa de Volturno, en las afueras de Faluja. Esta es una muestra de lo poco preparado que estaba el comando del Ejército norteamericano para enfrentar a la guerrilla en el centro y norte de Irak, que empezó a mediados del año pasado ni bien terminó la guerra convencional, y en la que el uso de bombas letales a los costados de las rutas tomó a las tropas por sorpresa.
El sargento Jeremy Anderson, líder de la patrulla de ocho hombres que encuentra y desarma este tipo de bombas, fue entrenado para lidiar con campos minados convencionales. En este tema, su mejor maestro resultó ser un viejo manual militar norteamericano sobre trampas explosivas en Vietnam. Los atacantes generalmente tienen mucha imaginación al planear sus atentados en las principales rutas de abastecimiento de Faluja. “Incluso encontramos una pegada con cemento a la parte inferior de un puente que pasa sobre la ruta principal para que explotara desde arriba”, dijo Anderson. El blanco de algunos dispositivos no son las caravanas sino sus hombres. Hasta ahora, el explosivo más ingenioso ha sido un panel solar cubierto de polvo. Cuando un soldado norteamericano intentaba limpiar el panel, una vez expuesto a la luz éste se convertía en explosivo y detonaba luego de completar un circuito eléctrico. Una vez, Anderson encontró al atacante al otro extremo del cable de 360 metros atado a la bomba. Resultó ser un chico de 12 años que fue llevado a su casa y cuyo padre fue arrestado.
El instrumento utilizado para detectar bombas es un palo plateado de 30 centímetros de largo, que en realidad es una sonda de titanio. “Buscamos cables, cualquier cosa que esté fuera de lugar”, dice Anderson. “Identificamos metales en el suelo”, explica. En Irak, esto es particularmente difícil porque los costados de las rutas se utilizan como basureros, que hacen que los tradicionales detectores de metales sean inútiles.
En el piso, cerca de las construcciones de cemento de Volturno –antes de la guerra, este lugar era un complejo recreativo del partido Baaz, a orillas de un lago de agua fresca– hay morteros de 122 y 155 milímetros, el principal explosivo utilizado por las guerrillas. La punta del mortero se saca y se pone una tapa atada con un cable a una batería, generalmente del tamaño de las que se utilizan en las motos. “Esto no es ingeniería espacial, precisamente”, dijo el teniente Ron Sturgeon, de la misma unidad. “Aparte de los morteros, se puede usar casi cualquier cosa, como un matafuegos que se hará pedazos con la explosión”, indicó. La ventaja de usar un detonador a control remoto como un teléfono celular es que elatacante puede ubicarse más lejos. Anderson y sus hombres saben que alguien los vigila cuando lentamente avanzan por el camino. Los miran cuando con mucho cuidado dan vuelta las piedras que algunos guerrilleros ataron con un piolín. En este tipo de bombas, el explosivo es escondido en una botella de plástico con cables que llevan a varios morteros de artillería. Se pueden detectar las señales de las alarmas de autos, pero los celulares son más difíciles de interceptar –en este caso, el atacante simplemente marca el número de un segundo teléfono adosado a una batería que detonará la bomba–. Ninguno de los hombres del sargento Anderson sabía a lo que se enfrentaba cuando llegó a Faluja. “Cuando recién llegamos, improvisábamos todo el tiempo”, dijo Shane Thompson, el especialista del equipo. Una de las sorpresas que se llevó el Ejército norteamericano en Irak es que la pequeña sonda de titanio resultó ser más útil que todos los tanques de batalla.
Mientras los ataques revelan la frágil seguridad en Irak, Estados Unidos dice que planea un rol importante para las Naciones Unidas durante el traspaso del poder a los iraquíes. Se espera que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, que ahora está viajando por Europa, anuncie hoy el envío de una misión a Irak para estudiar la viabilidad de estas elecciones tempranas.

*De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Milagros Belgrano

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