EL MUNDO › EL NUEVO PRESIDENTE CHECHENO ES ALJANOV, PRO RUSIA

Gana el favorito del Kremlin

Los chechenos votaron ayer entre el miedo al sabotaje de los separatistas y la resignación ante unas elecciones dudosas.

Por Andrew Osborn *
Desde Moscú

Los chechenos fueron a las urnas para elegir a su nuevo presidente ayer –tres meses después de que el anterior fuera asesinado– en una elección que aseguraba los resultados a favor del candidato de Vladimir Putin. La votación fue pacífica, en un entorno de férrea seguridad, con una excepción: un suicida presunto separatista se voló frente a una de las sedes de votación. No hubo heridos y la televisión rusa mostró imágenes de una pileta de sangre donde se detonó la bomba.
El alcalde general Alu Aljanov, el ministro de Interior de la república, alto, de bigotes y candidato favorito del Kremlin, había sido declarado anoche como el ganador. El policía de 47 años fue lanzado en la carrera presidencial desde el principio sin ninguna oposición real. Los otros seis candidatos eran virtualmente desconocidos y se les impidió presentarse sobre la base de espurios tecnicismos, mientras que Aljanov conseguía aparecer durante horas en la televisión, cobertura que le fue negada a sus rivales. Moscú espera que Aljanov tome las medidas que pacifiquen y estabilicen la región azotada durante una década por la guerra brutal entre los rebeldes separatistas y las tropas rusas.
Los rebeldes separatistas ya han anuciado que consideran las elecciones de ayer como una farsa diseñada para instalar a un títere de Rusia y han jurado asesinar a Aljanov.
La presidencia chechena no es para los cobardes: tres de los previos mandatarios fueron asesinados. El último, el fuerte Ajmad Kadyrov, fue muerto en la capital de Grozny mientras presenciaba un desfile militar.
La atmósfera en la conmocionada región era de alarma ayer, luego de una incursión rebelde en Grozny la semana pasada, que dejó 70 muertos y fuertes señales de que los dos aviones rusos que cayeron fueron actos llevados a cabo por dos mujeres chechenas.
Miles de tropas rusas y 14 mil policías pro Moscú se habían desplegado, y el acceso a las sedes de votación se hacía previo paso por detectores de metales. Las calles estaban bloqueadas por troncos de árboles para evitar las bombas de suicidas cerca de las sedes de votación. La quietud reinaba tras la partida de la mayoría de los residentes de la ciudad. “Todos temen más ataques de los rebeldes”, dijo Amina Daatova, una mujer de 47 años, que comentó que la mayoría de los alojados en su hotel se había ido de la capital. “Si yo pudiera me iría, pero no tengo adónde.”
El ministro de Interior ruso Al- jhanov (familiar del favorito presidencial) desechó tales acusaciones. “Cualquiera que vea objetivamente la situación en Chechenia podrá ver que la votación se da activamente en las sedes.” Los funcionarios validaron la votación, al estimar que los resultados superan el umbral legal del 50 por ciento. De un millón, cerca de 585 mil personas están registradas para votar en la república. Pero con el 75 por ciento de la población desempleada, la electricidad y los servicios telefónicos casi inexistentes y cientos de secuestrados cada año, la vida en la región es sombría. Algunos votantes dijeron haber apoyado a Aljanov porque les prometió el respaldo de Moscú, pero otros parecen resignados. “Mi voto no cuenta”, dijo Isa, de 36, que vive en un campamento de refugiados. “No elegimos al presidente. Moscú lo designa.”

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.

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Una mujer acude a votar en Grozny, la capital chechena.
Mi voto no cuenta, dijo Isa, que vive en un campamento de refugiados.
 
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