EL MUNDO › CAPTURARON EN PAKISTAN AL NUMERO
TRES DE LA ORGANIZACION DE OSAMA BIN LADEN

Cae un nuevo dominó del juego de Al Qaida

Cinco semanas después de su captura e interrogatorio por fuerzas paquistaníes y norteamericanas, ayer se informó de la detención de Abu Farraj al Libbi, considerado el número 3 de Al Qaida, en la frontera entre Afganistán y Pakistán.

Por Jan McGirk*
Desde Islamabad

Abu Farraj al Libbi, un alto líder de Al Qaida buscado por dos intentos de asesinato contra el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, fue capturado después de 17 meses de fuga. Según fuentes de Inteligencia, supuestamente coordinaba células islamistas en Gran Bretaña y Estados Unidos. El presidente estadounidense George Bush festejó el arresto y dijo que era una “victoria esencial en la guerra contra el terrorismo”. “Su detención elimina a un enemigo peligroso, una amenaza directa para Estados Unidos y para todos los que aman la libertad”, agregó, y felicitó al gobierno paquistaní por su “eficaz cooperación en la guerra contra el terrorismo”. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo que Al Libbi es “alguien que habíamos vigilado mucho los que hemos estado muy involucrados en la guerra contra el terrorismo”, y señaló que EE.UU. había cooperado con la captura.
El militante libio, considerado jefe de operaciones de Al Qaida en Pakistán, fue arrestado junto con otros cinco militantes islámicos, según informó el ministro de Información paquistaní, jeque Rashid Ahmed. “Es un arresto importante”, dijo Ahmed. “Lo vamos a mantener bajo custodia; es un terrorista importante y puede proveernos pistas para nuestras investigaciones.” Una alta fuente de Inteligencia paquistaní dijo que los detalles de la pista del dinero que Al Libbi declaró en los interrogatorios apuntaban a Europa. Considerado como el número tres de Al Qaida, Al Libbi estuvo en el centro de la escena después del arresto del cerebro detrás de los atentados del 11-S, Khaled Shaikh Mohammed, hace más de dos años en Rawalpindi. Mohammed fue rápidamente entregado a los norteamericanos para ser interrogado, al igual que unos 700 sospechosos de integrar Al Qaida, después de que Pakistán se convirtiera en un aliado de la guerra de Washington contra el terrorismo.
La fuente de Inteligencia paquistaní dijo que Al Libbi está detenido desde hace cinco semanas y que fue interrogado por agentes paquistaníes y norteamericanos. Ha revelado suficiente información para que Islamabad pueda planear un inminente “asalto contra los emires de Al Qaida”. Se refiere al médico egipcio Ayman al Zawahiri, el segundo de Osama bin Laden y los aliados uzbekos que han eludido a las fuerzas paquistaníes por casi un año en la remota región tribal entre Afganistán y Pakistán.
Al Libbi no está en la lista de los terroristas más buscados del FBI, pero el afiche de “Buscado” paquistaní lo muestra junto a otra media docena de fugitivos: es el único que viste saco y corbata y lleva una barba cuidada. Una modesta recompensa de 180.000 dólares fue recientemente aumentada a un millón, según un vocero del gobierno paquistaní. Es probable que el aumento de la recompensa haya sido clave en su captura.
Se interrogará a Al Libbi sobre el paradero de Osama bin Laden, que estaría escondido en una zona tribal cerca de Waziristán, donde tropas paquistaníes han luchado esporádicamente con clanes locales y militantes extranjeros desde 2004. Los sospechosos restantes son todos paquistaníes, vinculados con la milicia musulmana sunnita Lashkar-e-Jhangvi. Según analistas, este grupo está vinculado a Al Qaida.
Al Libbi está acusado de tentativa de asesinato, después de supuestamente planificar la colocación de dos bombas a control remoto en la ruta de Musharraf en diciembre de 2003. El líder militar escapó ileso, pero otras 17 personas murieron por las explosiones que tenían como blanco la caravana presidencial. Uno de los supuestos co-conspiradores de Al Libbi, Amjad Hussain Farooqi, murió en combate con las fuerzas de seguridad en el sur de Pakistán en septiembre pasado. Farooqi también estuvo involucrado en el secuestro y la decapitación del periodista Daniel Pearl, del Wall Street Journal, en Karachi. Un ex agente de la CIA reveló que fue enviado a Afganistán 11 días después de los atentados del 11-S con órdenes del jefe de contraterrorismo, Cofer Black, de “capturar a Bin Laden, matarlo y retornar con su cabeza en una caja con hielo seco”. El ex agente, Gary Schroen, dijo que era la primera vez en 30 años de servicio que le dieron órdenes de matar a un objetivo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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El afiche de los más buscados en Pakistán (izquierda) y Al Libbi, como era antes (derecha) y en una imagen reciente.
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